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Calor: Un Peligro Para Los Bebés

Protégelos del sol

Llega el verano y con el buen tiempo, las ganas salir a pasear con tu bebé y disfrutar del aire libre. Todos hemos escuchado hablar de agotamiento por calor, golpe de calor e insolación, así como de los grupos de mayor riego que son los bebés y los ancianos, pero pocos conocemos la gravedad de un golpe de calor, ni el hecho de que si no nos hidratamos suficientemente y exageramos nuestra exposición al sol, somos tan propensos a sufrirlo como el grupo de riesgo.

Que no se torne en pesadilla

Arena, mar y sol son los ingredientes perfectos para unas buenas jornadas de descanso. Pero lo que empieza como un buen día puede terminar mal si no tomamos precauciones con la exposición solar.

Si bien la mayoría de las personas agradecen el buen tiempo, ante el calor extremo debemos tener precauciones. Agotamiento por calor, golpe de calor e insolación, son riesgos conocidos cuando vivimos con altas temperaturas. Es importante conocer los síntomas, la población de mayor riesgo, la prevención, y qué debemos hacer si sospechamos que alguien cercano está bajo los efectos de un exceso de calor.

El agotamiento por calor es la respuesta del cuerpo a una pérdida excesiva de agua y sal contenidas en el sudor. Los más propensos a padecerlo son los ancianos, los bebes, y quienes trabajan o hacen ejercicio en ambientes calurosos. También corren riegos los que no beben líquidos suficientes, los obesos, los alcohólicos, los que padecen diabetes, insuficiencia cardíaca o tensión alta. Es importante señalar que el agotamiento por calor puede darse sin necesidad de una exposición exagerada al sol.

Entre los síntomas de alarma figuran: sudor copioso, palidez, calambres musculares, cansancio, debilidad, mareo, dolor de cabeza, náuseas o vómitos, desmayo. Si el agotamiento por calor no se atiende puede degenerar en insolación; por ello si detecta los síntomas anteriormente mencionados en alguien de su entorno busque atención médica inmediatamente.

El golpe de calor es la alteración más grave de la regulación térmica, una de sus características es la elevación de la temperatura sobre 40 a 45 grados con riesgo de daño cerebral y mortalidad.

Cuál es la causa

Por lo general el golpe de calor se produce por una exposición prolongada al sol en condiciones de altas temperaturas y elevada humedad en el ambiente. La mayoría de las veces tiene lugar en playas y piscinas cuando nuestro organismo bloquea uno de los mecanismos que tiene para regular la temperatura corporal: el sudor. Al no sudar el cuerpo aumenta su temperatura interna, afectando distintos órganos. Ello se debe generalmente a no haber aclimatado el cuerpo al calor con baños de sol y sombra intermitentes, y a una mala hidratación. El golpe de calor se presenta con fiebre muy alta ( por lo general más de 41º C) porque el organismo es incapaz de disipar la acumulación de calor corporal.

Este tipo de trastorno afecta a cualquier edad y en especial a los niños pequeños, por ello debemos estar atentos pues por lo general no lo manifestarán.

Los síntomas varían, pero generalmente se da una temperatura corporal elevada, piel roja, caliente y seca (sin sudor), pulso rápido y más fuerte de lo normal, dolor de cabeza, mareo, nausea, confusión y, a veces, pérdida del conocimiento.

Ante un cuadro con alguna de éstas características lo que debemos hacer es llevar al afectado a una zona de sombra y, si puede ser, a un lugar con aire acondicionado, dejarla descansar, aliviarla de ropa, darle un poco de bebida fresca sin alcohol, y enfriarla rápidamente utilizando cualquier método: una esponja mojada, una ducha tibia, etc. y por supuesto pedir ayuda médica inmediata.

Síntomas y tratamiento

Muchos utilizan como sinónimos golpe de calor e insolación, otros utilizan el término insolación para el golpe de calor no tratado en sus inicios. Sea como sea, lo que nos interesa en este artículo es transmitir el riesgo que cualquier exposición prolongada al sol conlleva y cómo se agrava la situación si no nos hidratamos lo suficiente; o, si quien se expone es un niño, un anciano o una persona con determinada patología, o alguien que consume determinados fármacos como pueden ser: diuréticos, antihistamínicos, antidepresivos…

La insolación sobreviene cuando el cuerpo no puede controlar su temperatura: la temperatura corporal se eleva rápidamente, el mecanismo del sudor falla y el cuerpo pierde la capacidad de enfriarse. Es necesario ante un cuadro de insolación un tratamiento médico de emergencia ya que si no es tratado puede ocasionar la muerte o algún tipo de iscapacitación permanente.

La pregunta que nos hacemos es ¿cómo podemos reconocer la insolación? Pues una piel roja y caliente, un agotamiento anormal y sudor frío, más dolor de cabeza, mareos o vómitos, entre otros síntomas, debe hacernos sospechar de esta patología.

Algunos consejos útiles:

• No llevar a niños menores de 6 meses a la playa, dado que no pueden recibir ningún protector solar por la inmadurez de la piel.

• No estar al sol entre las 11.30 y las l5.30, puesto que son las horas más peligrosas.

• Usar sombreros anchos o estar protegidos por sombrillas.

• Usar protector l5 o superior con antelación a la exposición y repitiendo las aplicaciones que necesitemos ( recordemos que el agua de mar o de la piscina arrastra con la mayor parte de la crema).

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