Brisa de Esperanza llegó a California

El debilitamiento de los secos vientos del Este, que habían alimentado los incendios en el sur de California, es la noticia que esperaban los bomberos, que hoy hallaron otros dos cuerpos calcinados entre las ruinas de una casa.

La desolación es grande en toda el área y el presidente George W. Bush, que viajó a California, lo pudo comprobar in situ.

Univision ha puesto en funcionamiento una línea gratuita de teléfono para que la ciudadanía haga sus donaciones en el marco de este esfuerzo solidario. La línea es operada por personal bilingüe de la Cruz Roja Americana: 1-800-842-2200.

Brisa marina

Hasta ahora, los bomberos habían concentrado sus esfuerzos en minimizar los daños por el fuego, en lugar de combatirlo directamente, dada la fuerza de los vientos que llegaban del desierto.

Los “Santa Ana”, como se les conoce, se encajonan y aceleran en los cañones que les guían desde las planicies áridas hacia la costa, al oeste, y en los peores momentos de esta semana llegaron a sobrepasar los 160 kilómetros por hora.

Finalmente, se han agotado y en su lugar una leve brisa marina transporta cierta humedad hacia el interior y baja las temperaturas.

El cambio meteorológico ha permitido levantar la orden de evacuación en muchos municipios y sus vecinos han comenzado a volver para comprobar si han tenido suerte y aún cuentan con un lugar donde vivir.

No obstante, otras localidades siguen cerradas y miles de viviendas están en peligro de ser destruidas, pues los bomberos solo han logrado controlar una extensión mínima de las decenas de incendios que aún devoran el monte bajo, que es perfecto pasto de llamas, dada la sequía del último año y medio en la zona.

Balance arrasador

Hasta el momento han ardido más de 3,000 acres de bosques, más del doble de la extensión de la ciudad de Nueva York, y han resultado destruidas o dañadas 2 mil viviendas, según el departamento de Bosques y Protección contra Incendios de California.

La cifra de personas muertas directamente por acción de las llamas ascendió hoy a tres, después de que la policía hallara dos cuerpos calcinados en las ruinas de una casa en Poway.

Además, cinco ancianos han muerto durante la evacuación o cuando estaban desplazados fuera de sus hogares, de acuerdo con la oficina forense de San Diego.

Poway es una de las localidades clausuradas, ya que sigue bajo la amenaza del incendio “Witch”, el mayor de todos, que es combatido por más de 2.600 bomberos en el norte de San Diego.

Lo peor ya pasó

También está cerrado el municipio de Ramona, aunque en él permanecen algunos vecinos que, como Wendy Urtiz, de 27 años, decidieron no abandonarlo.

“Me sentí más segura quedándome en casa que yéndome, porque la gente estaba desesperada por salir y me pareció peligroso”, dijo Urtiz en una entrevista telefónica.

“Lo peor fue el lunes, por todo el humo que había, pero ahora ya no se ve lumbre”, señaló la mujer, que se quedó en su casa con sus cuatro hijos.

En Ramona permanecen abiertas dos tiendas, aunque no hay agua, y los civiles no pueden ni entrar ni salir del municipio.

Pero el debilitamiento de los vientos no ha sido bueno para todos. Los vecinos de una veintena de localidades en el condado de San Diego, que antes habían quedado al margen de las llamas, han recibido el aviso de que se preparen para salir de sus viviendas.

Daño al medio

ambiente

Además, ahora que los “Santa Ana” no se llevan el humo y las cenizas hasta el mar, la calidad del aire ha empeorado en todas las zonas afectadas, desde el condado de Ventura, al norte de Los Ángeles, hasta la frontera con México.

El propio mandatario estadounidense ha podido sentir hoy el picor de nariz y garganta que produce el aire agrio, cargado de partículas de ceniza y humo.

Bush llegó a California para ver de primera mano los efectos del mayor desastre natural que ha sufrido Estados Unidos desde que el huracán Katrina arrasara la ciudad de Nueva Orleans hace dos años.

Sobrevoló en helicóptero junto con el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, algunas de las áreas que más han sufrido, después de que ayer declarara a la región una zona de “desastre importante”, lo que permitirá a los residentes recibir ayuda federal.

Su respuesta a esta emergencia contrasta con lo ocurrido tras el Katrina, cuando Bush fue muy criticado por la reacción tardía del Gobierno de Washington.

Esta vez fue el propio Bush quien se puso en contacto con Schwarzenegger a principios de la semana, cuando llegaron los primeros informes de la magnitud de los incendios, y le ofreció la ayuda del Gobierno central, según ha declarado el gobernador.

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