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Ansiedad, compañera actual

Barbrha Ibáñez V.

Brenda abre los ojos en medio de la madrugada con sobresalto. Se fue a dormir con el pendiente de no haber terminado unos reportes que le encargó su jefe y la sola idea la ha despertado repentinamente. Después de dar varias vueltas en la cama se da por vencida. Sabe que no podrá volver a conciliar el sueño y piensa en lo cansada que estará en la oficina durante el día. Mientras espera la hora en que sonará el despertador, su corazón late aceleradamente.

A más de uno le parecerá familiar la experiencia antes descrita, incluso normal, pero la realidad es que Brenda, al igual que cientos de personas, se encuentra en un estado profundo de ansiedad al que tanto su mente como su cuerpo están ya acostumbrados.

El doctor Alfredo Estrada −coordinador del Programa de Salud Mental en el Departamento de Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM− explica que la ansiedad o angustia, es un mecanismo de defensa que permite que las personas se anticipen y eviten situaciones de riesgo, e incluso puede motivarlas. Pero en niveles excesivos, advierte, puede provocar otros padecimientos y alterar el funcionamiento del organismo.

El más reciente Estudio Epidemiológico del Instituto Nacional de Psiquiatría, publicado en 2003, reveló que la principal causa de consulta psiquiátrica en México son los trastornos de ansiedad. El doctor Estrada coincide en que actualmente este problema es cada vez más común, debido a las condiciones de vida tan estresantes que imperan, como los largos y complicados trayectos hogar-trabajo, o las presiones laborales, sociales y económicas.

Si bien es cierto que el ser humano siempre tendrá ansiedad en diferentes momentos de su vida, es necesario saber identificar cuando ésta empieza a rebasar los niveles “normales”.

El especialista indica que el cuerpo genera resistencia ante la ansiedad y el estrés. “Cuando el organismo detecta ciertas alteraciones en su funcionamiento, realiza diversos ajustes y hace que esos cambios se vuelvan tolerables para el individuo”, precisa. Sin embargo, esto provoca que la ansiedad se acumule cada vez más, hasta que la persona ya no es capaz de soportarla.

Entre los síntomas que se presentan cuando existe un trastorno de ansiedad mayor se encuentran dolores de cabeza, mareos, cansancio constante, alteraciones en el sueño y en el apetito. En etapas más avanzadas y severas pueden, incluso, presentarse ataques, en los que la persona llega a experimentar adormecimiento de extremidades, sensación de falta de aire y obstrucción en el pecho, taquicardia y hasta deseos de huir de cierto lugar o circunstancia.

Para prevenir que la ansiedad alcance niveles inmanejables, el doctor Estrada recomienda tratar de llevar una vida más equilibrada. Una agenda llena de compromisos y la falta de tiempo para cumplirlos generarán estrés. Adquirir muchas responsabilidades económicas a la vez también puede provocar estados de ansiedad.

Buscar espacios para uno mismo, realizar actividades relajantes y una alimentación más balanceada también ayuda a contrarrestarla. En caso que se presente un trastorno más grave, es indispensable recurrir a ayuda profesional para así tener acceso a un diagnóstico y tratamiento adecuados.

La ansiedad se puede evitar con prudencia. Aprender a decir “no”, conocer y aceptar las propias limitaciones, facilitará una rutina más llevadera, sin saturación y con un balance más adecuado en todos los ámbitos. “Debe hacerse lo que se puede, de la mejor forma posible, y de esta forma se evita tanta tensión”, concluye el especialista.

“Tenemos mucho,

hagamos más”.

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bojorge@mexicounido.org.mx

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