Ponte en los zapatos de tu hijo

Angélica Velázquez

Todas las mamás quisieran poseer habilidades extraordinarias que les permitieran penetrar al mundo mental de sus hijos. No se convertirá en un súper héroe, pero si presta atención a sus palabras y a su forma de expresarse tendrá a su alcance la respuesta a su duda sobre qué es lo que él desea escuchar.

La preadolescencia marca el inicio de las transformaciones más importantes del desarrollo, los cambios biológicos y hormonales ocasionan variaciones en la manera en que se habrán de comunicar los niños en lo sucesivo.

“En esta edad los muchachos están ansioso por ser escuchados, compartir sus nuevas experiencias, pero sin que esto implique tener que oír consejos ni opiniones de sus receptores. Es necesario darles los espacios y el tiempo que ellos mismos demandan, pero tratando de adaptarnos a cubrir sus requerimientos”, dice el doctor Manuel González Oscoy especialista en psicología.

Naturalmente habrá mucha información que le interese proporcionar a su hijo, acerca de la prevención de diversas situaciones a las que puede estar expuesto en este momento de su vida, lo cual es muy importante porque es parte de su educación y de la manera en que aprenderá a enfrentarlo. Pero como recomienda el especialista, debe de crear estrategias efectivas para hacerlo; por ejemplo: si va a abordar la prevención de las adicciones, evite decirle: “No lo hagas porque es malo y a la larga te vas a morir”, esta afirmación no le dirá nada, pues es posible que sepa de casos de personas que durante muchos años lo han hecho y siguen vivos. La opción correcta sería: “Supe del caso de un muchacho que ha vivido experiencias muy negativas, fue detenido por la policía y como se había consumido drogas, esto empeoró su situación, ¿tú que opinas acerca de los jóvenes que se drogan?”.

El ejemplo anterior le dará los elementos para abrir el tema, él tendrá la oportunidad de compartir con usted su opinión, e incluso, de hablarle sobre algún caso en particular que conozca. Con esta estrategia le quedará más claro el punto y estará dispuesto a que lo aborden nuevamente más adelante.

“Los jóvenes están ansiosos de descubrir el mundo por sí mismos, pero también les gusta compartirlo con los demás. Si bien es cierto que tienen cambios radicales de carácter que, en ocasiones, les hacen permanecer alejados, también lo es que pasan por momentos en los que tienen la disposición de hablar, y son éstos los que hay que aprovechar”, recomienda el doctor Manuel González Oscoy.

¿Cómo puede distinguir esos gloriosos instantes? Su hijo se acercará a usted sorpresivamente para hablar acerca de un programa de televisión, de los resultados de su deporte favorito o de un grupo musical que le agrada. Tal vez comparta su inquietud por escribir una canción o un libro. Le hará saber las formas en que piensa lograrlo y quizá parezcan de lo más descabelladas o fuera de la realidad, pero aún así no lo detenga, ni lo desanime diciéndole que con esa inmadurez no va a llegar a ningún lado; por el contrario, anímelo a que siga hablando y comente sus ideas. Dígale de corazón que está segura de que si se lo propone y trabaja con empeño, va a conseguir todo lo que se desee en la vida.

No necesita poseer un don especial para descubrir las palabras justas que necesita. Existen dos puntos básicos que serán de gran ayuda para poder responder: primero, debe escuchar aquello que transmite, por eso debe mantenerse muy atenta a sus palabras; la segunda clave es tener presente que un día usted también atravesó por esa edad, ¿recuerda qué anhelaba? ¿Qué palabras o actitudes de sus padres la herían, le molestaban o, por el contrario, le hacían sentir feliz? Ese punto es básico porque hace que por un instante se coloques en los zapatos de su hijo y comprenda mejor sus necesidades de afecto y de comprensión.

Cuando presta atención a las inquietudes de su hijo y le permites el tiempo suficiente para ver y compartir con él su desarrollo, deje abierta la posibilidad de que se acerque y encuentre en usted a una cómplice capaz de apoyarlo y de brindarle, en el momento oportuno, justo las palabras y las muestras de amor que requiere para crecer feliz.

“A favor de la paz, por un México Unido”.

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