Unión Europea

Los políticos europeos (al igual que sus discípulos latinoamericanos) no saben de planificación estratégica, y así lo demuestran las últimas votaciones en Francia y Holanda, por la Constitución Europea, ningún político europeo analizo la posibilidad que algún país de los “grandes” como Francia y Holanda se rebelara contra la Constitución que tanto esfuerzo y horas de trabajo les llevo redactar.

Así como Moisés, Mahoma y los Cuatro Evangelistas escribieron los máximos libros sagrados por inspiración Divina y nadie se atreve a cuestionarlos, los políticos europeos redactaron la “perfecta” Constitución Europea y no evaluaron que “alguien tan imperfecto” como el pueblo podría cuestionarla.

Ahora están todos consternados, no tiene muy en claro los pasos a seguir, no saben si conviene hacer las votaciones en el Reino Unido y otros países o suspenderlas, se preguntan la diferencia entre “el EURO y el euro”, (ya Italia quiere volver a la libra atada al dólar), y cuestionan el ingreso de Turquía a la Unión. Pero los temas que preocupan a los ciudadanos europeos no están sobre la mesa de los políticos de la UE.

El lento crecimiento económico, los recortes de presupuesto en salud y educación, y el aumento del desempleo de los ciudadanos europeos (porque sus trabajos los hacen inmigrantes ilegales por bajos salarios), son la base de la impopularidad de los políticos europeos que ya no son tan confiables como antes.

Lo grave es descubrir que los políticos europeos no tenían un plan “B”, no habían planificado la posibilidad que el pueblo, “ese grupo de incultos que no sabe nada de política exterior ni macroeconomía”, podían votar por el NO, como lo hicieron Francia y Holanda y probablemente se repita en Gran Bretaña.

Y a mí que me importa…

Salí por algunas ciudades californianas a preguntar a los empresarios latinos si conocían del tema y como creían que afectara la vida en USA o en sus países de origen el rechazo a la Constitución europea y la eventual caída del Euro. No me sorprendió saber que el sesenta por ciento de los empresarios desconocía el tema, del resto que “había leído algo” me dijo que no le importaba ya que no le afectaba en su trabajo.

Lo grave es que no advirtieron que viven en un mundo globalizado, que como dice el refrán: “Si alguien toma frío en Ucrania, alguien estornuda en España y alguien tiene fiebre en USA”.

A algunos pocos, el debilitamiento del euro los beneficio, son aquellos empresarios que están invirtiendo en maquinarias y herramientas europeas o aquellos afortunados que pueden comprar un BMW o una Ferrari.

También hay un beneficio para los países latinoamericanos que le deben a la Comunidad Europea, ya que se reduce el peso de la deuda en dólares.

Pero… siempre hay un pero.

Latinoamérica le vende a Europa carne vacuna, soja, pieles, cueros, lácteos, huevos, miel, pescados, semillas oleaginosas, maquinaria simples, textiles, cobre, metales, productos químicos y partes para automóviles. También se destacan los minerales.

Todos estos productos se encarecerán un 10 o 15% en suelo europeo, serán más caros los textiles centroamericanos, la carne argentina, el cobre chileno o los mariscos mexicanos.

El tema mas grave es que al bajar el euro los exportadores europeos se vuelven mas competitivos con respecto a USA, China y otros países, con posibilidad de quitarle mercado a los exportadores latinoamericanos, que no están preparados para competir en calidad y eficiencia contra Alemania o Suiza.

Políticos

Lo grave es que los políticos latinoamericanos, del área económica, deberían haber evaluado la posibilidad (aunque sea lejana) que el euro se devalué y el dólar o el yen ocupe su lugar. (Ahora viviremos el avance del Yuanes, la moneda oficial de China Continental). Indudablemente el futuro no será lo mismo, el euro no desaparecerá, pero ya no le tendremos la confianza “ciega”, ni será la niña mimada de los operadores económicos. Demostró que puede trastabillar, que puede resbalar, que si bien no caerá, demostró ser una moneda como cualquier otra. Pero lo más hermoso que quedo al descubierto es que la democracia europea funciona… y muy bien, gracias a Dios. Los políticos “infalibles” europeos deberán poner sus barbas en remojo y pensar que el dueño del poder es el pueblo y ellos sus empleados.

Dios quiera que los latinos aprendamos a tener democracias parecidas, que los políticos latinoamericanos aprendan que el dueño del poder es el pueblo, y que los votos son los que mandan. También el pueblo latino americano debe aprender a vivir en democracia, sin cortar rutas ni provocar revueltas, aceptando al funcionario legítimamente electo hasta el final de su mandato, ya que así funciona la democracia, que como dijo alguien: “Es imperfecta… pero es el mejor sistema de gobierno conocido”.

Hasta la semana próxima

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