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La prohibición de fumar bajo techo lanza los carcinógenos a la calle

Estudio halla que están creando "zonas de humo" poco saludables en las aceras

Por Alan Mozes, Reportero de Healthday

(HealthDay News/HispaniCare) — Una investigación reciente señala que la prohibición de fumar en bares y restaurantes está obligando a cada vez más fumadores a buscar la salida, sólo para crear nocivas “áreas de humo” en la acera.

“En los últimos años, hemos prohibido de manera efectiva fumar en la mayoría de los lugares públicos de muchos lugares del país. Pero un resultado no intencionado son estas ‘zonas de humo’ frente a bares y restaurantes, anotó L.P. Naeher, autor del estudio y profesor asistente de la Facultad de salud pública de la Universidad de Georgia en Athens.

“Este es un fenómeno relativamente nuevo”, agregó. “Entonces, quisimos hacer un estudio para determinar cuál es la exposición al humo para clientes y trabajadores no fumadores. Lo que hallamos fue que el nivel de humo de segunda mano frente a restaurantes y bares era varias veces superior a los límites de seguridad establecidos por el Proyecto de Ley de aire limpio de la EPA”.

Se esperaba que los hallazgos fueran presentados el lunes en la Conferencia internacional de la American Thoracic Society en San Francisco.

Convertida en ley en 1963 y actualizada más recientemente en 1990 y 2005, el “Clean Air Act” de la U.S. Environmental Protection Agency establece regulaciones nacionales sobre la calidad del aire y estándares para la contaminación del aire.

Según la American Lung Association (ALA), la EPA considera el humo de segunda mano como un carcinógeno que contiene cientos de sustancias químicas tóxicas, como formaldehído, benceno, cloruro de vinilo, amoniaco y cianuro.

Los cálculos de la ALA sugieren que cada año ocurren en los EE.UU. unas 3,400 muertes por cáncer y más de 70,000 muertes por ataque cardiaco como resultado de la exposición al humo de segunda mano. El año pasado, un informe del Cirujano General reveló que casi la mitad de los estadounidenses no fumadores están expuestos rutinariamente al humo de segunda mano.

En su estudio, el grupo de Naeher midió los niveles de contaminantes en el aire fuera de varios establecimientos de comida y bebida en y cerca de Athens, Georgia.

Athens es una ciudad universitaria que tiene más de 100 bares y restaurantes, los cuales comenzaron a implementar una prohibición absoluta de fumar en 2005. El equipo examinó el aire cercano a dos bares y dos restaurantes, más una ubicación alejada de los restaurantes y los fumadores.

En dos tardes consecutivas un sábado y un domingo, se tomaron lecturas de las muestras de aire en el exterior de cada local durante 30 segundos. Cada uno de los cuatro establecimientos tenía un área designada para fumadores con o sin sillas, bien fuera fuera de la entrada principal o un patio interior.

Los investigadores tomaron muestras de los niveles de monóxido de carbono y del material de partículas finas relacionados con el tabaquismo. Este último, conocido como MP2.5, puede penetrar en lo profundo del pulmón.

El resultado fue que entre más fumadores hubiera en las zonas de fumadores, mayor era la cantidad de CO y MP2.5.

Las áreas para fumadores fuera de los bares tenían los mayores niveles de sustancias, seguidas por las ubicadas fuera de los restaurantes. En comparación con ubicaciones alejadas de los cuatro establecimientos, las lecturas de MP2.5 fueron casi tres veces mayores fuera de los bares y dos veces mayores fuera de los restaurantes.

Naeher recalcó que las lecturas del estudio parecían correlacionarse exclusivamente con los fumadores, no con el tráfico vehicular cercano.

Es difícil evaluar el peligro real para la salud que imponen los niveles de contaminación observados en las aceras, aseguró Naeher. De todos modos, este grupo está realizando una investigación de seguimiento para tratar de medir el impacto a partir de muestras de orina y de saliva de las personas que holgazanean en las zonas de fumadores.

Entretanto, un defensor del antitabaquismo de larga data aseguró que las medidas para prohibir fumar en bares y restaurantes siguen siendo importantes.

“El hecho es que a uno le va mejor aspirándolo fuera que dentro”, aseguró Stanton A. Glantz, profesor de medicina y director del Centro de investigación, control y educación sobre el tabaco de la Universidad de California en San Francisco. Con las prohibiciones existentes sobre fumar bajo techo, “la única opción que tienen los fumadores es salir a fumar”, dijo. “Y aunque eso podría causarle un problema a quienes eligen ir a esos lugares, probablemente los no fumadores no van a pasar ahí el tiempo”.

Señaló que en algunos estados, como California, también han enfrentado preocupaciones sobre zonas exteriores para fumar haciendo ilegal tener un cigarrillo encendido a cierta distancia de un lugar público.

“Pero aún en los lugares donde esto no está regulado, el humo se irá flotando en el aire”, agregó Glantz. “Además, hay buena literatura que señala que cuando se hace del sitio de trabajo un lugar libre de humo, la gente reduce el consumo en general. Entonces, esto es bastante mejor de lo que teníamos antes”.

Naeher estuvo de acuerdo.

“No es ilegal fumar y cuando hay fumadores, habrá humo de segunda mano”, reconoció. “No hay forma de evitarlo. La pregunta real es, sin embargo, si esos niveles son lo suficientemente altos para constituirse en un peligro para la salud. No tenemos una respuesta clara para eso. Por eso, se justifica, sin lugar a dudas, hacer más investigaciones”.

En una investigación relacionada, un equipo de la Facultad de salud pública Mailman de la Universidad de Columbia halló que los no fumadores que vivían y trabajaban en un ambiente completamente libre de humo son dos veces y media más propensos a tener mejor salud que los que no viven con dichas prohibiciones. Los hallazgos, publicados en la edición de mayo y junio del Journal of Urban Health, se basaron en encuestas realizadas entre cerca de 1,500 estadounidenses de origen chino que vivían en la ciudad de Nueva York.

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