La Inmadurez Dificulta la Comunicación

Los conflictos interpersonales se originan por diferentes motivos, por lo que no se le puede atribuir a una sola causa las crisis derivadas de la incomprensión. La comunicación en un lenguaje comprensible no siempre resulta fácil, sobre todo cuando existen grandes diferencias en la maduración intelectual y emocional de los involucrados.
Como primera causa encontramos la poca disposición que se tiene para saber escuchar, y esto precipita la desesperación, la frustración, para finalmente concluir en actitudes violentas. Al llegar a este punto las esperanzas de una buena avenencia se ven perdidas, porque se han expresado palabras que serán difíciles de olvidar. Saber escuchar es primordial para identificar lo que la persona solicita y luego acordar las mejores opciones de solución.
La paciencia es primordial para mantener un aceptable nivel de cordura durante el diálogo. Pero sobre todo, debe existir un genuino deseo de concordia entre los involucrados, de otra manera el intercambio de solicitudes ha fracasado desde el inicio. En todo conflicto siempre se oculta una petición que no se hizo en el lenguaje apropiado, en el momento pertinente, ante las personas debidas, en el lugar indicado y con las palabras precisas.
Sin la paciencia adecuada un conflicto jamás tendrá solución. Y ante la frustración se exasperan los ánimos y se da pie a la violencia. Todos los conflictos tienen más de una solución. Todo en la vida es negociable con beneficio para los contendientes, solo se necesita escuchar, comprender, decidir, y finalmente comprometerse a cumplir los acuerdos.
Pero el mayor error de la comunicación es suponer que la otra persona, de alguna manera ya sabe, o ha adivinado nuestras necesidades, cuando ni siquiera las hemos puesto en palabras. Explicar lo que sentimos, solicitamos y estamos ofreciendo a cambio, requiere de mucha práctica y una actitud conciliatoria.
Esto solo se logra cuando hay madurez en el desarrollo emocional, ya que muchas personas a pesar de su edad, continúan siendo inmaduras emocionalmente. Esto les lleva a continuos fracasos sentimentales, conflictos laborales y serias disputas familiares, en donde todos tienen la culpa ya que siempre manipulan con la actitud de víctimas.
Las mujeres inmaduras manipulan con explosiones de celos, y se victimizan para controlar al hombre en sus vidas. En cambio las mujeres maduras, saben que si el hombre es realmente suyo no hay necesidad de fiscalizar los pasos de su pareja. Los hombres inmaduros son inseguros y monopolizan el tiempo de su pareja. En cambio los que han madurado emocionalmente, se dan cuenta de que un poco de espacio hace de su tiempo juntos algo más especial.
Las inmaduras lloran y se enfadan porque no se les llama. Las maduras están demasiado ocupadas haciendo cosas, y sólo se limitan a decir con detalles y voz calmada que te recuerdan. Los inmaduros no perdonan y castigan a la mujer con el rencor. En cambio, aquellos que han evolucionado siempre perdonan, no importa lo que sucedas, y ofrecen su apoyo incondicional.
Las mujeres inmaduras siempre tienen miedo de estar solas y buscan la compañía para sentir que continúan vivas. En cambio las maduras utilizan su tiempo para producir beneficios económicos y lograr su crecimiento personal. Los hombres inmaduros que se enamoran, se encaprichan y persiguen a la mujer sin descanso. Pero aquellos que están seguros de si mismos saben que quien realmente les ama, mantendrá su amor por siempre, y continúan su camino.
Las inmaduras, sobre todo las que han sido lastimadas sentimentalmente, hacen que todos los hombres paguen por su fracaso. Las mujeres maduras saben que sólo fue un suceso irrelevante y nada más. Los hombres inmaduros que se enamoran, se encaprichan y persiguen a la mujer sin descanso. Pero aquellos que están seguros de si mismos saben que quien realmente les ama, mantendrá su amor por siempre, y continúan su camino.
Las mujeres inmaduras vigilan tu tiempo y te exigen que vuelvas pronto a casa. Las que han madurado emocionalmente hacen que siempre quieras volver pronto a casa.

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