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Establece rutinas y rituales

Pueden ser algo esclavizantes, comer a la misma hora siempre, con los mismos rituales, poner a los niños a estudiar en determinado momento, bañarlos en tal preciso instante. Sin embargo 50 años de investigaciones dicen que las rutinas y los rituales mejoran el bienestar en general de las familias: La importancia de mantener un orden

Hijos más exitosos

La investigación, realizada por la psicóloga Barbara H. Fiese y un grupo de expertos en la Universidad de Syracuse, fue publicada en el Diario de Psicología de Familia de la Asociación Americana de Psicología (APA). Este estudio determinó que las rutinas y rituales en familia son poderosos organizadores en especial en los momentos de estrés y transición.

También descubrió que las familias con rituales y rutinas están asociadas con la satisfacción marital, con el sentido de identidad de los adolescentes, con la salud de los niños, con el fortalecimiento de los logros académicos y con mejores vínculos familiares. La vida organizada tiene, según la ciencia, más beneficios que desventajas.

La experta Barbara H. Fiese explica que las rutinas están relacionadas con las transmisión del mensaje “esto es lo que hay que hacer”. Mientras que los rituales forman parte de otra comunicación, más simbólica, que tiene que ver con lo que una familia es.

El estudio descubrió que durante la edad preescolar y la infancia los niños que viven en familias donde hay rutinas y rituales son más saludables y tienen mejor comportamiento. Para llegar a estas conclusiones se examinaron 32 estudios. Uno detectó que los pequeños con rutinas se acuestan más temprano y ¡se despiertan con menos frecuencia de noche!

Una de las rutinas más comunes detectadas fue la hora de la cena. Pero también la hora de dormir, la de las tareas y las actividades de la vida diaria como la de visitar a la familia.

La importancia

de estar

La vida actual en la que se mezclan las actividades diarias con los compromisos sociales no deja casi tiempo para la familia. Sin embargo la presencia de ambos padres, en el caso de que estén juntos, o de un padre es fundamental. En especial en momentos como las comidas.

De nada sirve compartir la mesa con los niños sólo 20 minutos. La psicóloga Barbara H. Fiese dice que en tres o cuatro comidas familiares se comparte nada más que una hora. “Es un tiempo considerablemente menor que el de un evento deportivo televisado o una película”, recalca la experta.

Fiese explica además que no hay por el momento estudios que hablen sobre esta tendencia pero que sí hay razones para creer que estas comidas en familia ayudan a los niños a comunicarse con sus padres y beneficia a los que se sientan en la mesa.

Estar juntos sirve para que los niños sean más sanos, para compartir la crianza entre los padres y para lograr un mejor rendimiento escolar en el niño. ¡Qué esperas para establecer los horarios!.

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