El TLCAN en el Marco del Progreso Mexicano

Con el TLCAN el desarrollo de México está indisolublemente relacionado a sus vínculos con Estados Unidos. Según diagnósticos gubernamentales con las reformas aprobadas se elevará el potencial de crecimiento del país, al ritmo del 5%, plantea se generará más de un millón de empleos formales cada año; se anticipa que el mercado estará inundado de crédito con la puesta en práctica de la reforma financiera y que tanto banca privada como nacional de desarrollo prestarán mucho más, estimando que el crédito llegue hasta representar un 40 por ciento del PIB, de un actual inferior al 20 por ciento, sin que se precise las tasas y las condiciones lo que prevé difícil predecir que este escenario cambie en el corto plazo.
El único factor exitoso comprobado que aliente inversiones productivas que se identifica en México es el relativo al flujo de inversión extranjera, que a partir de la entrada en vigor del TLCAN, se ha vuelto significativo para el desarrollo e impulso de algunas actividades y regiones.
Toda vez que el crecimiento económico lo inducen a los avances tecnológicos, así como el descubrimiento de nuevos recursos productivos, como seria petróleo, gas, combinados con el cambio en la calidad de los factores productivos del que dependerá también la correcta aplicación de las leyes secundarias de las reformas estructurales en telecomunicaciones, de competencia económica, educativa, política, anticorrupción transparencia del sistema financiero y energética se suma el raquítico mercado interno que sigue con una inercia muy reducida de crecimiento, porque la masa salarial en términos reales no ha crecido por lo menos en los últimos cinco años. Respecto a la industria de exportación, los inversionistas nacionales han permanecido alejados de los planes para integrarse a la cadena de exportación y esto con o sin reformas, no ha cambiado.
Para activar la economía mexicana el escenario queda en manos de la reforma energética, que hasta ahora es el gran atractivo nuevo para la inversión privada nacional y extranjera como lo atestigua las sendas declaraciones de los lideres de la cúpula empresarial mexicana. La fiscal supone que será a través de programas de gasto que detonen el crecimiento; supuesto que no se ha activado en las últimas tres décadas.
La infraestructura aunque tiene una influencia marginal en la creación de empleos; implicaría en la frontera una inversión que agilizaría el comercio y la consiguiente competitividad de la región como lo afirmó Nelson Balido, presidente de la Conferencia de Comercio Fronterizo, que aseguro que a la par de la aplicación de la reforma energética en la ley secundaria, deberá generar los incentivos adecuados y a la vez proveer mecanismos de protección de los derechos de propiedad y la seguridad de las inversiones.

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