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El Papa y la Europa Cristiana

“En tiempos de terrorismo, la humanidad necesita redescubrir la Misericordia de Dios… Tras los trágicos acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, que ensombrecieron el alba del tercer milenio, invitó a los cristianos y a los hombres de buena voluntad a creer que la Misericordia de Dios es más fuerte que todo mal, y que sólo en la Cruz de Cristo se encuentra la salvación del mundo”, así recordó Benedicto XVI, este domingo 16 de setiembre a los casi tres mil asesinados en las torres gemelas, antes de rezar al mediodía la oración mariana del Ángelus junto a varios miles de peregrinos congregados en el patio de la residencia pontificia de Castel Gandolfo, en su primer rezo colectivo luego de regresar de su viaje a Austria.

Durante su corto viaje a Austria, en el centro de Europa, el Papa resalto infinidad de veces el retroceso del cristianismo europeo en manos del avance islámico… llamando, en casi todos sus discursos a que Europa regrese a sus fuentes cristianas.

“En tiempos de globalización y de eficacia económica, para ser ella misma y desempeñar su papel, Europa tiene que redescubrir sus raíces cristianas”, afirmó Benedicto XVI en varias oportunidades desde su primer día de viaje a Austria.

En la Sala de Recepciones de la residencia imperial de Hofburg, en su encuentro con los dirigentes políticos austriacos y con el cuerpo diplomático, expreso que “Europa será para todos un lugar agradable para vivir sólo si se construye sobre un sólido fundamento cultural y moral de valores que sacamos de nuestra historia y tradiciones… Europa no puede y no debe renegar de sus raíces cristianas. Son un elemento dinámico de nuestra civilización para el camino en el tercer milenio”, explicó a un auditorio en el que también estaban presentes exponentes del mundo de la cultura, en particular, rectores de las universidades del país.

Con estas palabras Benedicto XVI demuestra su creciente preocupación por el avance islámico en la Europa Cristiana, esto no es nuevo en el Papa, el 12 de setiembre del 2006, en una clase magistral en la Universidad Alemana de Ratisbona, el Papa Benedicto XVI sorprendió al mundo hablando de un tema tabú para las religiones… la fe y la violencia… dividiendo el mundo entre los que usan la espada como método de evangelización y los que evangelizan mediante la fe, la razón y el amor.

El Papa en Austria fue mas allá, comentó el concepto de “modelo de vida europeo” concebido en la opinión pública como “un orden social que significa eficacia económica con justicia social, pluralismo político con tolerancia, liberalidad y apertura pero al mismo tiempo conservación de valores cristianos que han dado a este continente su posición particular” aseveró, “La frecuentemente citada globalización no puede ser detenida, pero es una tarea urgente y una gran responsabilidad de la política dar a la globalización un orden y límites adecuados para evitar que tenga lugar en detrimento de los países más pobres y de las personas pobres en los países ricos, dañando a las generaciones futuras”, pero subrayo que, “la libertad y la convivencia social son una herencia inmediata de la justicia judía y de la ética cristiana del amor… esta herencia ha sido siempre asumida porque no existe otra alternativa”, afirmó el Papa citando al filósofo y pensador alemán Jürgen Habermas, descartando otras religiones fuera del judeo-cristianismo.

“Con gratitud podemos constatar que los países europeos en general y la Unión Europea en particular, se encuentran entre los que contribuyen principalmente al desarrollo internacional, pero deberían también hacer valer su peso político, por ejemplo, ante los urgentísimos desafíos planteados por África, ante las enormes tragedias de ese continente”, recordando de este modo a los dos millones de cristianos asesinados recientemente, por la imposición de la «sharia» (ley del Coran) en el proceso de islamización forzada impulsado entre las poblaciones del sur de Sudan, en su mayoría cristiana.

Es muy importante resaltar algunos gestos del viaje Papal, al comenzar su viaje apostólico a Austria, Benedicto XVI quiso rendir un solemne tributo a las víctimas austriacas del Holocausto en la «Judenplatz» (la plaza de los Judíos) de Viena. El Papa fue acogido bajo la lluvia por el rabino jefe de Viena, Paul Chaim Eisenberg, ante el austero monumento que conmemora a los 65.000 judíos vieneses que murieron en los campos de concentración nazis. Benedicto XVI explico a los periodistas que con este gesto quería expresar “la tristeza, el arrepentimiento y la amistad con los hermanos judíos para continuar adelante con el diálogo”, pero debemos insertar este homenaje a las victimas del Holocausto nazi en el contexto mundial, donde los países islámicos fundamentalistas niegan la existencia de los campos de concentración y del asesinato de mas de seis millones de judíos en las cámaras de gas del Tercer Reich, en donde incluso por miedo, se ha retirado de las escuelas inglesas el estudio del genocidio de mas de doce millones de personas por parte de las fuerzas nazis, en donde la mitad eran judíos, pero el resto estaba formado por gitanos, morenos, homosexuales, insuficientes mentales y opositores.

Benedicto XVI concluyó su visita de tres días a Austria asegurando que este país puede ofrecer una contribución decisiva a Europa y al mundo recuperando la riqueza de sus raíces cristianas.

El Papa concluyó su séptimo viaje internacional en el aeropuerto de Viena-Schwechat diciendo: “Viena, con el espíritu de su experiencia histórica y con su posición en el centro vivo de Europa puede ofrecer su contribución, favoreciendo al mismo tiempo la penetración de los valores tradicionales del continente, impregnados de fe cristiana, en las instituciones europeas y en el ámbito de la promoción de las relaciones internacionales”.

En cada viaje, en cada homilía, en cada conferencia, el Papa demuestra su preocupación por el avance islámico en Europa y África, porque Benedicto XVI sabe que la guerra del siglo XXI no es por dinero ni por el petróleo, no es por las tierras ni por el poder, no es entre ricos y pobres, la guerra del siglo XXI es por la mente, por el pensamiento, por las creencias, por las libertades… por la forma de vida… el Papa sabe que los principales conflictos mundiales del siglo XXI no son entre ideologías ni entre estados-nación, sino entre civilizaciones con sistemas de valores distintos, con culturas diferentes y con dioses diferentes… Solo queda rezar para que los líderes occidentales lo escuchen y protejan a los ciudadanos que deseamos vivir en libertad…

Hasta la proxima.

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