Reforma Migratoria se Estanca
El proyecto todavía no tiene fecha
Septiembre comenzó con dudas para millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos. Se creía que el martes 8 el Senado recibiría un proyecto de reforma migratoria con una vía de legalización, pero el plan está retrasado y todavía no hay fecha probable.
“No está bien cocido”, dijo Eliseo Medina, Vicepresidente del Sindicato de Trabajadores de Empleados y Servicios (SEIU), quien ha participado en reuniones organizadas por el equipo del senador Charles Schumer (demócrata de Nueva York), quien preside el Subcomité de Inmigración del Senado. “La reforma de salud postergó los planes originales, que era a comienzos de septiembre. Y también su aprobación”.
Futuro poco claro
En julio se conoció que Schumer entregaría un borrador de reforma migratoria basado en un fuerte componente de seguridad nacional y que incluiría, después de cerrar las fronteras al tráfico de indocumentados, un camino a la residencia para aquellos extranjeros sin papeles que, entre otros requisitos, carecieran de antecedentes criminales.
Ese era, por lo menos hasta mediados de agosto, el plan que también comparte la Casa Blanca. Pero el panorama cambió a causa de la demora en el debate y aprobación de la reforma de salud del presidente Barack Obama.
“Ellos -el equipo de Schumer- están esperando un poco porque quieren conseguir a un senador republicano que co-patrocine el proyecto de ley”, dijo José Parra, vocero del líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid (demócrata de Nevada). “Quieren que sea un a propuesta bipartidista”, agregó.
Según el portavoz hispano, por ahora “no hay ninguno todavía” (nombres confirmados), se están barajando algunas probabilidades “pero no hay nada en concreto”.
Batalla de 4 años
El debate de la reforma migratoria arrancó el último trimestre de 2005. Una versión aprobada por la Cámara de Representantes el 16 de diciembre de ese año, entre otras disposiciones, cerró el paso a la legalización de los 12 millones de indocumentados, criminalizó la estadía ilegal, ordenó la construcción de muros, redadas y encarcelamiento de extranjeros sin papeles así como deportaciones aceleradas y masivas.
El senado respondió con un plan amplio que rechazó criminalizar la estadía ilegal y dispuso una vía de legalización programada para unos 9 millones de indocumentados que, entre otros requisitos, carecieran de antecedentes criminales, pagaran impuestos y llevaran tiempo en Estados Unidos.
Ambas versiones debían ser armonizadas por el Comité de Conferencia, pero la instancia fue detenida por el entonces liderazgo republicado que adujo razones de seguridad nacional. La decisión causó el rechazo de la totalidad de organizaciones que velan por los derechos de los inmigrantes, entre ellos el Consejo Nacional de La Raza (NCLR), la Asociación Americana de Abogados de Inmigración (AILA) y la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO), la mayor organización sindical del país.