“No tocarlos ni con los codos”

Ana Díaz Sesma

Cuando notamos que la gente tiene que repetir lo que nos dice, subimos mucho el volumen de la televisión o el radio, no escuchamos bien al hablar por teléfono y, a veces, percibimos un zumbido en los oídos, son señales de que nuestro sistema auditivo está perdiendo su capacidad.

Las causas pueden ser desde infecciones no tratadas, transmisión genética, edad, golpes en la cabeza, consumo de ciertos medicamentos, hasta exposición durante mucho tiempo a ruidos intensos.

El oído es de los órganos más delicados y sensibles del cuerpo humano, por eso los doctores dicen: “Los oídos no se tocan ni con los codos”. Detrás de esta afirmación humorística hay una verdad que debemos tener en cuenta, pues en el canal auditivo hay miles de terminaciones nerviosas diminutas, sensibles a cualquier contacto externo que cuando se dañan, se produce una sordera parcial o total.

Para evitar daños en los oídos, el otorrinolaringólogo Víctor Manuel Quirós Cortés recomienda:

No nadar en aguas contaminadas y utilizar tapones antes de echarse un chapuzón.

En caso de cualquier infección o comezón en el oído, acudir con el médico. No tratar de curarnos solos y menos, frotar alcohol que es muy irritante.

Las gotas de los oídos o cualquier medicamento sólo se pueden usar bajo prescripción médica, algunos analgésicos y antibióticos son ototóxicos y dañan el oído, incluso pueden causar sordera desde la primera vez que se toman.

Al limpiar los oídos, tener en cuenta que la cerilla protege y lubrica. Sólo hay que limpiar la que está afuera de la oreja, pues ya cumplió su función.

No introducir ningún objeto que lastime la parte interna del oído como pasadores, agujas de coser, lápices, dedos o hisopos. Para limpiarnos, es mejor utilizar la punta de una toalla o un pedacito de algodón.

Además, el especialista enfatiza no escuchar el reproductor portátil con los audífonos a un volumen alto; es decir, por arriba de la mitad de la capacidad del aparato, pues se puede provocar una lesión. Esto es debido a que hay un aumento de presión en las membranas y huesecillos del canal auditivo y con el uso constante, se genera una pérdida auditiva irreversible. Además, la presión excesiva de los audífonos hace que la cerilla se vaya comprimiendo hasta formar un tapón que sólo un especialista podrá quitar.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no oír ruidos mayores a los 65 decibeles y afirma que los sonidos que rebasan los 90, escuchados de modo continuo, provocan sordera. Es muy difícil para las personas saber cómo medir los decibeles sin los instrumentos adecuados, pero para darnos una idea, al cuchichear se llega a los 20 y una charla típica es de 40 a 50, mientras que el ruido de un avión o un equipo de música muy potente alcanza hasta 130.

La OMS también advierte sobre la pérdida de audición por la exposición excesiva al ruido, además de considerar a la sordera una de las enfermedades irreversibles más frecuentes, especialmente entre los jóvenes.

“La sordera parcial o total tiene graves consecuencias para nuestra vida social, ya que al no oír o entender bien lo que dicen los demás, las personas tienden a no dirigirse a nosotros, por lo tanto, nos vamos aislando”, afirma el doctor Víctor Manuel Quirós Cortés.

El sentido del oído nos permite comunicarnos con las personas y el mundo exterior de una forma fácil y rápida, disfrutar de la música o cualquier sonido que nos guste escuchar. También nos alerta sobre los posibles peligros como cuando oímos una señal de alarma o el claxon de un auto. Mantener en óptimas condiciones los oídos y evitar perder audición antes de tiempo, es nuestra responsabilidad.

“A favor de la paz, por un México Unido”.

www.sermexico.org.mx

bojorge@mexicounido.org.mx

Share