Mensaje del Papa en el Contexto de la Desigualdad Económica y las Remesas

Cambio no solo el tono, percepción y enfoque de una de las instituciones más antiguas más grandes del mundo, afirmo la revista Time al nombrar al Papa Francisco la personalidad del año; que en un mundo que exige la congruencia de vida reconoce en el Papa al jerarca que cimbra desde el Vaticano, las estructuras de “confort” del individualismo tanto de la vida institucional y como de la personal que impiden experimentar la alegría del anuncio evangélico y salir a ofrecerla hasta llegar al extremo de la indigencia humana “periferia”, son las dos claves para entender la exhortación que desafía a la humanidad para salir del corazón cómodo y avaro de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales.
La exhortación que surge de las reflexiones del último sínodo de los obispos, consta de un documento de 220 paginas, que hay que mirar en su conjunto, evitando tomar lecturas parciales que distorsiones que desvirtúen su sentido original.
Hay quienes enfatizan las denuncias contra los mecanismos económicos y financieros del mundo moderno que fomenta la pobreza y la exclusión, precisamente en una época que ha alcanzado un alto nivel de bienestar. Al mismo tiempo que critica el relativismo que confunde el bien y el mal diluyendo toda responsabilidad personal, enfatiza la misericordia divina como la fuerza central del mensaje evangélico.
El péndulo ideológico de derecha a izquierda es intrascendente cuando no se rompen las “estructuras del egoísmo” del olvido de los necesitados, del temor actuar, y nos exhorta a salir del estado de bienestar, a dejar de ser jueces implacables, mientras afuera hay una multitud hambrienta y Jesús nos repite sin cansarse ¡Dadles de comer!
En México, quienes financian gran parte del desarrollo en zonas marginales, son los connacionales que con sus remesas alivian las inequitativa desigualdad económica que margina al grueso de la población acceder a un empleo digno y mejor remunerado.
Las remesas forman parte de la economía solidaria, luego de varias meses de caídas las remesas cuyo comportamiento ha vivido la peor recesión desde la posguerra, de la cual nunca ha sido desbancado del segundo lugar de ingresos detrás del petróleo y delante de la inversión extranjera; desde el 2013 ha comenzado a repuntar a partir de la recuperación económica del empleo en Estados Unidos, exige de nuestras autoridades un nuevo enfoque que potencialice la solidaridad y generosidad de la que el Papa Francisco insiste en su exhortación hacer vida.
En el contexto de los vientos de cambio que obligan a los estados nación a moderar y equilibrar el lucro voraz de la especulación financiera de los opulentos, queda claro que el mercado no se regula por la “mano invisible” y que Adam Smith tenía razón al afirmar que el factor predominante de la actividad económica es el “beneficio personal” como factor transformador de las economías.
México como ningún otro país del orbe cuenta con una riqueza de capital humano en la solidaridad de sus 33 millones de connacionales avecindados en el exterior; que ante el repunte de sectores de mano de obra mexicana como lo es la agricultura, construcción y manufactura apuntan a que Estados Unidos crecerá en gran medida por la fuerza laboral de los mexicanos; que de suyo nunca han olvidado la riqueza y tradición cultural suya y de sus padres. Habra que estar atentos a las políticas para el desarrollo que implemente el Estado Mexicano para convertir al mexicano en un actor para el desarrollo que no quede en retórica discursiva sino en acción solidaria. El Papa nos invita a experimentar la Alegría del Evangelio. El que se hizo pobre para enriquecernos.

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