Los Programas de Aprendizaje de Verano reducen las Brechas de Oportunidades
Summer Learning Programs reduce Opportunity Gaps
Las investigaciones muestran que los programas de educación de verano son esenciales para cerrar las brechas de aprendizaje de los estudiantes latinos y afroamericanos
El verano debería ser divertido, ¿no? Con la llegada de las temperaturas cálidas y la emoción de los niños y adolescentes de despertarse sin alarmas, muchas familias se preparan para el verano con una variedad de planes diseñados para disfrutar del cambio de ritmo “en familia”. En efecto, las vacaciones estivales pueden beneficiar a los estudiantes proporcionándoles el descanso y esparcimiento necesarios para reducir el agotamiento académico, ofreciendo oportunidades de aprendizaje experimental a través de viajes, aficiones y actividades familiares académicamente enriquecedoras. Sin embargo, en algunos casos, las vacaciones de verano pueden tener efectos limitantes, especialmente para las familias que carecen de recursos para costear actividades como campamentos de matemáticas o música, clases particulares o viajes.
Según el Departamento de Educación de EEUU, en promedio, los estudiantes pierden aproximadamente dos meses de conocimientos en matemáticas y lectura durante los meses de verano. Es lo que se conoce como “retroceso o bajón de verano”, que afecta a estudiantes de todos los orígenes. Sin un compromiso académico regular los alumnos a menudo olvidan las habilidades y conocimientos adquiridos durante el año escolar.
Este ” retroceso o bajón de verano” puede ampliar las diferencias de aprendizaje entre compañeros, haciendo cada vez más difícil ponerse y mantenerse al día. Para evitar que los estudiantes experimenten este fenómeno, muchas escuelas ofrecen programas de verano de alta calidad que proporcionan apoyo académico específico en asignaturas básicas como matemáticas y lectura y pueden adaptarse a las necesidades específicas de los estudiantes. Los programas educativos de verano ayudan a asegurar que éstos estén mejor preparados para el próximo año escolar.
Más aún, las investigaciones muestran que los programas de educación de verano son esenciales para cerrar las brechas de aprendizaje de los estudiantes latinos y afroamericanos, así como de los estudiantes de bajos ingresos y sin hogar, en las escuelas públicas de California. Estas brechas a menudo se ven exacerbadas por las desigualdades sistémicas y la pérdida de aprendizaje experimentada durante la pandemia, lo que afecta al desarrollo académico y social de los estudiantes más vulnerables.
Ahora bien, la eficacia de los programas de verano depende de su diseño e implementación. Los programas exitosos suelen tener clases reducidas, enseñanza individualizada y actividades prácticas enriquecedoras que hacen que el aprendizaje sea agradable. La integración de actividades artísticas, musicales y deportivas puede proporcionar una experiencia completa que mantenga a los alumnos motivados y comprometidos.
Estos programas también responden a las necesidades familiares. En muchos casos, los hijos mayores se ocupan de sus hermanos pequeños mientras sus padres trabajan. Los programas de verano que apoyan la capacidad de los estudiantes para asistir al programa tomando en consideración los horarios de los padres ayudan a aumentar la asistencia y el compromiso.
Un ejemplo exitoso es el programa de aprendizaje de verano de la escuela primaria PUENTE Charter de Boyle Heights. Su programa gratuito, abierto a todos los estudiantes de la zona, se centra en lo académico y ofrece clases de enriquecimiento y actividades al aire libre que evitan la pérdida de aprendizaje y cierran la brecha de oportunidades. Como parte de su sesión estival, la escuela ofrece a los estudiantes de secundaria programas que les permiten explorar intereses profesionales o participar en proyectos de servicio comunitario. Los estudiantes que completan los programas de secundaria reciben un estipendio por su participación y compromiso.
En definitiva, los programas de educación de verano son una herramienta vital en el esfuerzo por cerrar las brechas de oportunidades de los estudiantes más vulnerables y ayudan a nivelar el campo de juego. Al proporcionar apoyo académico específico, planes de estudio culturalmente relevantes, la participación de la familia, y hacer frente a las barreras de acceso, estos programas pueden mitigar significativamente los efectos del “bajón de verano”, manteniendo a los estudiantes seguros, comprometidos y disfrutando de la temporada estival. Los esfuerzos en todo el estado y en Los Ángeles, en particular, hacen que el aprendizaje de verano sea divertido, impactante y accesible para todos. Los padres pueden invertir en el futuro académico de sus hijos aprovechando las oportunidades educativas de verano que ofrecen las escuelas públicas inscribiendo a sus hijos en estos programas.
(*) Myrna Castrejón es la presidenta y directora ejecutiva de la Asociación de Escuelas Chárter de California (CCSA por sus siglas en inglés).
Research Shows Summer Education Programs Are Essential to Closing Learning Gaps for Latino and African American Students
Summer should be fun, right? With the arrival of warm temperatures and the excitement of children and teenagers waking up without alarms, many families are preparing for summer with a variety of plans designed to enjoy the change of pace “as a family.” Indeed, summer vacations can benefit students by providing the rest and recreation necessary to reduce academic burnout, offering experiential learning opportunities through travel, hobbies, and academically enriching family activities. However, in some cases, summer vacations can have limiting effects, especially for families who lack the resources to pay for activities such as math or music camps, tutoring, or trips.
According to the US Department of Education, on average, students lose approximately two months of knowledge in math and reading during the summer months. This is what is known as the “summer slump,” which affects students of all backgrounds. Without regular academic engagement, students often forget the skills and knowledge acquired during the school year.
This “summer slide” can widen learning gaps between peers, making it increasingly difficult to catch up and stay up to date. To prevent students from experiencing this phenomenon, many schools offer high-quality summer programs that provide targeted academic support in core subjects such as math and reading and can be tailored to students’ specific needs. Summer educational programs help ensure that students are better prepared for the next school year.
Furthermore, research shows that summer education programs are essential to closing learning gaps for Latino and African American students, as well as low-income and homeless students, in California public schools. These gaps are often exacerbated by the systemic inequalities and learning loss experienced during the pandemic, affecting the academic and social development of the most vulnerable students.
However, the effectiveness of summer programs depends on their design and implementation. Successful programs often have small classes, individualized instruction, and enriching hands-on activities that make learning enjoyable. Integrating arts, music, and sports activities can provide a well-rounded experience that keeps students motivated and engaged.
These programs also respond to family needs. In many cases, older children take care of their younger siblings while their parents work. Summer programs that support students’ ability to attend the program while taking into consideration parents’ schedules help increase attendance and engagement.
A successful example is the summer learning program at PUENTE Charter Elementary School in Boyle Heights. Its free program, open to all area students, focuses on academics and offers enrichment classes and outdoor activities that prevent learning loss and close the opportunity gap. As part of its summer session, the school offers high school students programs that allow them to explore career interests or participate in community service projects. Students who complete high school programs receive a stipend for their participation and commitment.
Ultimately, summer education programs are a vital tool in the effort to close opportunity gaps for the most vulnerable students and help level the playing field. By providing targeted academic support, culturally relevant curricula, family involvement, and addressing barriers to access, these programs can significantly mitigate the effects of the “summer slump,” keeping students safe, engaged, and enjoying themselves. of the summer season. Efforts across the state and in Los Angeles, in particular, make summer learning fun, impactful, and accessible to everyone. Parents can invest in their children’s academic future by taking advantage of the summer educational opportunities offered by public schools by enrolling their children in these programs.
(*) Myrna Castrejón is the president and CEO of the California Charter School Association (CCSA).