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Imagen de México en el Exterior a la alza


La política de los acuerdos ha rendido frutos. La imagen anquilosada de México anclada en una agenda monotemática, comenzó a transformarse a partir del Pacto por México que destrabó 15 años de parálisis legislativa, y que los monopolios tomaron al país como botín, y a los mexicanos como rehenes y que ahora el Estado de Derecho empieza aplicar la ley para que ningún interés privado este por encima del interés público, ejecutando reformas de gran calado, como la de Telecomunicaciones, educativa y laboral, misma que generan una opinión pública favorable entre los principales desplegados internacionales, que la califican como: “México´s Moment” de la revista The Economist, al elogio en The New York Times “México cambia de faz”; pasando por el Foreing Affairs reconoce la diplomacia mexicana de ejecutar con enfoque global la directriz de política interior, expresada en los 5 ejes de México en paz, incluyente, con educación de calidad, próspero y como actor con responsabilidad global, abocado a resolver la violencia estructural lacerante de la desigualdad del ingreso y las asimetrías económicas domésticas.

En los rotativos mundiales, México dejo de ser la crónica de una muerte anunciada para convertirse en la enumeración de retos cumplidos, compromisos calendarizados, ya no es la guerra contra las drogas como dice Denise Dreser, sino la lucha por los mercados”, misma que reflejan que el país camina hacia el Estado eficaz por una democracia de resultados.

El Financial Times, aplaude la captura de la lideresa Elba Esther Gordillo, como una gran victoria de Enrique Peña Nieto y como un claro mensaje de que los cambios programados van en serio, siendo clave para México, elevar el capital humano para aumentar las capacidades de los mexicanos.

México en el Mundo es visto como un país que transita de los pequeños arreglos a los grandes acuerdos, ya no como era tradicional, por la sola voluntad presidencial, sino de conformidad por los consensos alcanzados entre diferentes actores de la vida nacional. Atestiguamos el resquebrajamiento del poder unipersonal, omnímodo vertical del presidencialismo, al plano horizontal en la construcción de acuerdos.

Al interior del país, hay un cambio de humor público en el optimismo de las percepciones que ejecutado estratégicamente podrá genera un circulo virtuoso en conductas que potencien el logro de las mismas expectativas que genera el cambio del paradigma de que en México las cosas no cambian; peor aún que no podíamos cambiarlas.
Pero, más allá de las reformas estructurales, el éxito del trepidante inicio de sexenio de Peña Nieto es apostar en aumentar las capacidades del capital humano los mexicanos como la clave para hacer de México, un país menos desigual, más equitativo en el acceso de oportunidades, reduciendo la brecha de la pobreza.

Siendo, el capital humano en el largo plazo el elemento central de la competitividad para cualquier país, esta es la verdadera apuesta al futuro. En la actualidad aunque México no califique como un país desarrollado, cuenta con empresas y personas altamente competitivas a nivel mundial, y tiene lo que ninguna potencia ni nación emergente tiene: un bono demográfico en México y en Estados Unidos, en la que la política exterior mexicana sin dejar de proteger a los grupos vulnerables de mexicanos de primera generación – migrantes-, ha definido a los connacionales en el exterior como agentes para el desarrollo.

Entre 2000 y 2008 la población angloamericana de 15 a 49 años se redujo en 4.64 millones de personas, lo que representó una caída de 5 % acumulado en contraste con la población México-americana que en esa tasa creció de 2.4 millones, cifra que representa un crecimiento de 45 por ciento.

Por su ubicación estratégica, México tiene una ventaja competitiva y comparativa que no tiene ninguna economía emergente, contar con la mayor fuerza laboral de connacionales en los Estados Unidos, aportando el 27.5 % total del PEA, de los cuales tres millones corresponden a nuevos inmigrantes, mientras otros 2.1 millones son de México-americanos.

La política interior mexicana naturalmente ha dado mayor atención a la emigración, relegando la repatriación, dado que el país aún no reúne las condiciones económicas para un retorno masivo de mexicanos en el exterior.

Empero, la Política Exterior Mexicana no se queda atrás en la marcha de la innovación gubernamental, y desde la Subsecretaria para América del Norte al frente del Dr. Sergio Alcocer plantean la visión, los objetivos y las políticas para con los mexicanos en el exterior adecuadas a las realidades de la globalización y de ahí pasar a políticas públicas pertinentes.

Ampliar contactos no gubernamentales, para cultivar asociaciones estratégicas es la puesta en marcha de la Subsecretaria en comento operada desde el Instituto de los Mexicanos en el Exterior a cargo del Dr. Arnulfo Valdivia, para integrar a la diáspora mexicana al desarrollo con la cautela de no incurrir en el falso entusiasmo de que los migrantes calificados se convierte en automático en promotores del desarrollo, como tampoco incurrir en el desaliento de descartar cualquier posibilidad de inserción de las 2º o 3eras generaciones a la vida nacional.

Acompañada de la sociedad civil y de la mano de una Política Interior innovadora que reduzca los efectos negativos de la Migración, la Política Exterior está llamada a posicionar más México en el mundo, mejorando sus mejores prácticas como la matrícula consular, el 3×1 en incorporar otras como retener la emigración masiva, mejorar las condiciones de inserción laboral de mexicanos en el exterior, así como su reinserción en México, donde todavía se tiene un largo camino por recorrer.

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