El Subconciente No Existe

La Personalidad es un Triunvirato

Por: Jorge Hugo García

Doctor en Psicología

Este concepto dio inicio en 1983 a la base teórica de Psynética. Se llegó a esta conclusión después de ocho años de pruebas con pacientes bajo hipnosis y sus enunciados se enseñan a través de las 120 horas que comprenden los seis niveles de Psynética. Todo comenzó con el descubrimiento de la doble personalidad, donde se demuestra que somos dos conciencias habitando en un solo cuerpo, al que se le ha llamado: la tercera personalidad.

Esta teoría afirma que no tenemos una sola conciencia, sino que estamos compuestos de dos personalidades internas y una externa. Sin embargo, las tres interactúan como si fuesen una sola. Esto provoca que tengamos tres ángulos de comprensión de nuestra realidad, tanto en el ámbito interno como externo, que en muchos casos llegan a ser antagónicos.

Se explica que todos los problemas o dificultades que se manifiestan en nuestro entorno, son la proyección de una conflictiva que se desarrolla dentro de nosotros mismos. Las crisis existenciales y las constantes indecisiones son una consecuencia de la lucha de estas personalidades, en donde cada una pugna por obtener el control del cuerpo y la supremacía sobre las dos restantes.

Para tener una idea de este triunvirato, imaginemos que escogemos al azar a dos personas sin distinción de edad, sexo, conceptos morales, objetivos, idiosincrasia, etc., y les obligamos a vivir dentro de un departamento que sólo cuenta con dos ventanas. Definitivamente, se verían obligadas a crear un ambiente de comprensión y apoyo mutuo, o de lo contrario terminarían en pugna.

De ellas dependerá cuidar su departamento y procurarse las comodidades. Pero no contaban con que el departamento (el cuerpo) también tiene opiniones, sentimientos y necesidades que deben satisfacerse y para ello precisa la ayuda de sus inquilinas. Pero cada inquilina piensa diferente, sueña diferente, ama a diferentes personas. Tienen conceptos morales y religiosos muy particulares, engañan o dicen la verdad según les convenga y además son felices en formas y por razones muy distintas. Es decir, no existe ni el ángel ni el demonio.

Para subsistir deberán ponerse de acuerdo, porque aunque parecieran opuestas son complementarias. No se emprenderá ninguna acción, pensamiento o sentimiento en donde no se involucren y resulten afectadas. Cada una estará observando al mundo a través de su ventana particular y sacando sus propias conclusiones y juzgará su realidad de acuerdo al tamaño y color del cristal por donde mira y de las suposiciones que haya escogido para explicársela. Si estas han sido agradables, entonces la realidad será hermosa. Pero si ha escogido las negativas, lo que interprete será apocalíptico.

El cuerpo presenta una personalidad virtual que interpreta la realidad que le circunda, por lo cual tendrá una opinión muy diferente a las otras dos. Lo más seguro es que entren en discusiones interminables tratando de hacer valer sus conceptos. Estarán conformes o no, de acuerdo a lo que cada cual haya adoptado como su verdad. Ni más ni menos como es el comportamiento de una familia que intenta vivir bajo un mismo techo.

Todo lo que nos molesta de nuestro exterior, es el reflejo de un disgusto o desacuerdo entre ellas. Una riña con la pareja, una discusión con los progenitores, una enfermedad penosa, un pleito en la oficina, un fracaso emocional o una bancarrota económica, significarán casi siempre una lucha por el liderazgo de opiniones.

Las estrategias terapéuticas creadas por Psynética, proveen las soluciones a estos desacuerdos, ayudándoles a lograr sus objetivos con el máximo de resultado y un mínimo de esfuerzo. De lo contrario sus crisis tendrán desastrosas consecuencias en el cuerpo. Ha sido mediante la observación de las enfermedades del cuerpo, como se ha podido inferir su conflictiva o desacuerdo interno, tal como se expresa en el libro ¿Por Qué Me Enfermo? que edita Psynética.

Comentarios al (664) 680-2592 de Tijuana; jorgehugo_garcia@yahoo.com.mx; visite; www.psynetica.com. Gracias

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