El potencial de robo de identidad es una realidad
Aunque la tecnología implica numerosos beneficios, deja a los que dependen de ella a merced del robo de identidad, un problema relativamente inexistente a comienzos del siglo XX que se convirtió en preocupación genuina a finales del mismo. Como cada vez más personas pagan sus cuentas por Internet, lo cual requiere la introducción de información personal como números de cuentas bancarias y de Seguridad Social, una cifra enorme e invisible de criminales se han apoderado de la Internet. Si bien el concepto de ser víctima de un robo de identidad es aterrador, podemos tomar medidas tanto en el mundo virtual de la Internet como en el real, para protegernos de ser víctimas de un delito cada vez más común.
Ojo con el correo-basura o spam. Aunque somos propensos a considerarnos demasiado expertos en Internet como para no ser víctimas de campañas de correo electrónico destinadas a robarnos la identidad, las mismas prevalecen, y los criminales no las emprendieran si no les resultaran en dividendos. Estos mensajes ofrecen límites de crédito aprobados previamente, y su apariencia es similar al que podría recibir de una compañía auténtica. Sin embargo, estos mensajes no sólo tienen el interés de extraerles información personal como el número de Seguridad Social a víctimas potenciales. Es mejor evitar solicitudes por correo electrónico, independientemente de lo legítimas que puedan parecernos. Cuando solicite crédito, póngase en contacto telefónico con la compañía, y no use el número que le proporcionan en el mensaje.
El número de Seguridad Social, a buen recaudo. Sólo en raras ocasiones se le pide que proporcione su número de Seguridad Social. Los negocios pueden pedirlo pero no exigírselo. Sólo una agencia gubernamental o un acreedor potencial (para el cual tendrá que llenar una solicitud de crédito) tienen el derecho de solicitarle ese número. E incluso en esas circunstancias, la solicitud debe ir acompañada por un aviso de privacidad. Si no se le proporciona la misma, y se le insiste en que proporcione el número de Seguridad Social, no lo proporcione bajo ninguna circunstancia.
También es importante que no incluya el número de Seguridad Social ni su número telefónico en los cheques con los que paga sus cuentas. Una vez que lo envíe por correo postal, no tendrá idea de quién verá el cheque eventualmente (ni de cuáles son sus intenciones), particularmente si se trata de un cheque enviado a un centro de recaudación con miles de empleados. Al incluir si número de Seguridad Social o telefónico en los cheques, sólo está aumentando la cantidad de personas con acceso a esa información sensible.
Compre una trituradora de papel. Los ladrones de identidad son ingeniosos, y muchos sustraen información personal mediante los llamados “buceadores de latones de basura”, quienes no vacilan en rastrear los desechos en esos latones para detectar información personal proveniente de cualquier documento echado a la basura. La mejor manera de evitar esto es comprar una trituradora de papel, adonde se destinarán todas las solicitudes de crédito aprobadas previamente que pudiera recibir por correo postal. Aunque no las haya solicitado, tienen su nombre, y los ladrones de identidad pueden sacar los documentos de la basura y obtener tarjetas con su nombre. Gracias a la trituradora de papel, puede destruir con facilidad y efectividad esas solicitudes, así como viejos recibos de tarjetas de crédito, estados de cuentas bancarias, recibos de pagos de utilidades y cualquier otro documento que pudiera contener información personal sensible.
Cancele las tarjetas que no use. El crédito abierto es uno de los primeros objetivos de los ladrones de identidad. Si no ha usado una tarjeta en varios meses, y el balance es cero, es probable que ignore los estados de cuenta que le enviarán por correo postal, pensando que no tiene nada que ver en los mismos. Pero los ladrones de identidad están conscientes de esto, y se dedican como resultado a los créditos abiertos. Si no va a usar la tarjeta, cancélela.
Cuando viaje, coordine que no le lleven correo a su domicilio. En caso de un viaje, coordine con la oficina de correos que le retengan la correspondencia, o pídale a un amigo, vecino o familiar confiable que le recoja el correo diariamente. Un buzón lleno de cartas y cuentas es una invitación para los ladrones de identidad, pues da la impresión de que no hay nadie en casa, o que no volverá a la misma en breve.
Incluso si no viaja, pero vive en un complejo de apartamentos con buzones abiertos, considere un apartado postal y úselo como su dirección de correo. Los buzones abiertos son otra invitación para los ladrones de identidad, por lo que el apartado postal eliminará esta posibilidad de sustracción de información.
Ojo cuando pague cuentas y compre artículos por Internet. Las compras y pagos por Internet facilitan la vida, pues muchos bancos ofrecen formas de pagar las cuentas mensuales de una sola vez. Aunque estos sitios son convenientes, asegúrese de que ofrecen protección significativa contra los ladrones electrónicos o hackers. Cuando cree una cuenta de pago con su banco, pregunte qué protección ofrecen y cuán exitosa ha sido hasta el momento. Cuando compre por Internet, hágalo sólo en sitios Web con seguridad. Si tiene que proporcionar alguna información personal además del método de pago, cancele la compra y vaya a otro sitio.
Para más información acerca del robo de identidad, visite el sitio Web del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, al www.usdoj.gov.