El libre mercado crea división en la Declaratoria de Managua
• Asumen Parlamentos de Latinoamérica, Centroamérica y Cuenca del Caribe plan de contingencia para enfrentar Crisis Estadounidense. • El presidente de Costa Rica y la Canciller del Salvador se abstiene de vota por considerar que la declaratoria condena el libre mercado.
TERCERA PARTE
MANAGUA, NICARAGUA.- La Asamblea Nacional de Nicaragua, el Parlamento Latinoamericano y el Foro de Presidentes de Poderes Legislativos de Centroamérica y la Cuenca del Caribe (Foprel), considero el riesgo de la crisis estadounidense como un serio peligro para Latinoamérica y la cuenca del Caribe, pero disintió respecto a las medidas para paliar sus efectos.
El Parlatino, el Foprel y la Asamblea Nacional de Nicaragua, coincidieron en la necesidad de desarrollar estrategias que posibiliten la implantación soberana de políticas públicas para poner fin a la vulnerabilidad de las economías frente a crisis externas, fortaleciendo para ello sus aparatos productivos nacionales para lo cual delinearon una estrategia basada en las siguientes consideraciones:
Que la creciente globalización provoca que las medidas de un Estado incidan directamente en los pobladores de otro. Por ello, es responsabilidad de todos los Estados, y sus ciudadanos, proyectar costos y beneficios de sus políticas allende las fronteras.
1.- Seguimiento a las comisiones parlamentarias de asuntos económicos a que monitoreen en los parlamentos regionales las implicaciones de la crisis estadounidense.
2.- Implantar medidas para corregir las vulnerabilidades de nuestros sistemas económicos, a fin de fortalecer la identidad cultural y la acción solidaria nacional y regional.
3.- Fortalecer mediante el diálogo democrático la cooperación interinstitucional entre los poderes de nuestros Estados y nuestros pueblos las propuestas de superación.
4.- Corregir, de manera integral, las vulnerabilidades de nuestros sistemas económicos, fortaleciendo la identidad cultural y la acción solidaria nacional y regional.
Resuelven como Declaratoria
1. Su preocupación por la crisis mundial generada por el incremento de los precios de los alimentos. A fin de exhortar a la comunidad internacional revise de manera integral el sistema de comercio mundial, para garantizar el acceso de los pueblos a los productos alimenticios básicos, e implementar políticas de mediano y largo plazos que eviten que la crisis se convierta en un desastre crónico.
2. Su apoyo a la recientemente creada Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asistencia Humanitaria (Ocha) en la formulación e implantación de medidas tendientes a solucionar la crisis desencadenada, asegurando las actividades desarrolladas por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de las Naciones Unidas.
3. Adherirse a las preocupaciones de los jefes de Estado expresadas en la Cumbre Presidencial sobre Soberanía y Seguridad Alimentaría: Alimentos para la Vida, y apoyan la decisión de unir esfuerzos para enfrentar el impacto de la crisis alimentaría mundial en América Latina y el Caribe.
Entre los participantes, que disintieron de la Declaratoria de Managua destaca el presidente de Costa Rica y la canciller salvadoreña, que no firmaron esta declaración, al considerar que condena el libre mercado.