El Instinto del Nido
Martina Cielo
Conforme la fecha de nacimiento se acerca, es posible que la madre comience a experimentar distintas emociones que al arranque del proceso de gestación, por lo que no será extraño ver en ella algunos cambios en su estado de ánimo, así como distracción, ansiedad o alegría por haber llegado al final del embarazo. Dentro de estos cambios en la parte emocional, propios del embarazo, está lo que se conoce como el instinto del nido.
Heidi M. Murkoff, Arlene Eisenberg y Sandee H. Hathawey, autoras de libro Qué esperar cuando se está esperando, Editorial Norma, explican que puede manifestarse de modo muy intenso en algunas mujeres. “Si alguna vez has visto cómo nacen unos cachorros o unos gatitos, te habrás dado cuenta de lo inquieta que está la madre antes del parto: Corre de un lado a otro, busca el lugar indicado, y finalmente se instala. Hay muchas mujeres que sienten la necesidad de ‘arreglar’ su nido justo antes del parto”.
Las autoras explican que no en todos los casos es igual de intenso, ya que mientras algunas querrán limpiar algunas áreas de la casa con mayor meticulosidad y asegurarse que habrá algunos artículos de higiene para varios meses, habrá otras que expresen comportamientos más dramáticos, que pueden parecer poco comprensibles, como colocar por orden alfabéticos los alimentos de la despensa u ordenar la ropa del bebé varias veces.
Se relaciona con el momento en que va a nacer el bebé, a lo mejor es una respuesta a la cantidad de adrenalina que circula en el sistema de la madre. Hay que tener en cuenta que no todas las mujeres lo tienen, y esto no significa nada en referencia a su interés y dedicación hacía sus críos, por lo que tampoco se debe suponer que aquellas que lo viven, serán estupendas por el simple hecho de haberlo experimentado.
Cuidados + cuidados
Las autoras recomiendan que en caso de manifestarlo, es importante seguir el sentido común y evitar situaciones de riesgo o descabelladas que puedan provocar una caída, lesión o molestia, por lo que el consejo es permitir que otros ayuden a hacerlo, ya que hay que estar en las mejores condiciones al momento del nacimiento e impedir que cualquier imprudencia apresure el nacimiento o coloque a la madre en una situación de peligro.
Además, cargar objetos pesados, mover muebles o realizar un trabajo físico con gran demanda puede ser no sólo peligroso, también extenuante, y la energía que demandará el bebé tras el nacimiento será importante por lo que vale la pena administrar la energía para el trabajo que está por venir.
Si se comprende la situación que se vive y se fluye con ella, será un momento de felicidad y alegría saber que ese interés por tener los pequeños calcetines y mamelucos de forma organizada, no es más que el preámbulo para vivir el momento más esperado.
Colaboración de Fundación Teletón México.
“La empatía: Nos hace vivir el sentir ajeno”.
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