El Futuro de los Libros
“Ni la TV mato a la radio, ni el DVD mato al cine… ni tampoco el libro digital matara al libro impreso, por muchas generaciones se preferirá el papel, por diversos motivos, y parece que la balanza se mantendrá durante muchos años, aunque siempre en un constante y paulatino avance del libro digital”… esto lo escribí en el año 2002 y aun hoy lo sigo afirmando…
Pero es increíble como muchas personas se resisten a comprender que el siglo XXI trajo grandes cambios, siguen mirando la vida con los ojos del siglo XX, cuando en este nuevo siglo han cambiado los paradigmas mundiales.
Y el mundo editorial no es la excepción… editores, libreros, distribuidores, escritores y hasta lectores, que son parte de la cadena productiva del libro en América Latina, se están asociando en gremios como las cámaras del libro o las redes de editores y libreros independientes, porque creen que esto los protegerá del avance de Internet, del ebook, y de las redes sociales.
Los actores de la cadena del libro en Iberoamérica no comprenden esta situación de cambio acelerado, en donde muchos factores inciden en ello; Internet y las tecnologías digitales traen tantas oportunidades como incertidumbres para la industria editorial, destruyendo la cadena de producción, en una región donde la brecha digital no ha podido ser superada, porque ciertos procesos de producción y distribución son todavía ineficientes, y las exigencias de inversión de capital para la reconversión tecnológica son altas, mientras que la demanda por productos editoriales crece muy lentamente en nuestros países.
Latinoamérica en el siglo XX
Según los últimos informes de CERLALC (Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina, el Caribe, España y Portugal), ha crecido recientemente el número de editoriales en América Latina, (pequeñas pero numerosas), esto determina la aparición de asociaciones gremiales en varios países.
En el 2014 hay casi 20.000 agentes de la industria editorial, registrados en agencias ISBN en Iberoamérica, un 25% más que en el 2000. Año tras año, así como aumenta el número de editoriales, ha aumentado el número de registros en el sistema ISBN en América Latina, probablemente porque el sistema es cada vez más conocido, y porque los editores han visto la necesidad de obtener la identificación de códigos de barras para poder comercializar sus libros. Por ejemplo se estima que la producción total de títulos nuevos en iberoamericana, que en el 2000 fue de 150.000 títulos, al cierre del 2015 superará los 400.000, con un alza promedio del 6% anual, de los cuales América Latina aumentó un 8% y 4% en España.
Una de las evidencias más palpables en la industria regional es la oferta creciente de títulos nuevos que llegan cada año al mercado, que inundan y sobrepasan la capacidad de manejo de unos canales de distribución que no se han adaptado todavía a las posibilidades que ofrece el ámbito digital. Indudablemente esta oferta de novedades seguirá creciendo y su consecuencia lógica parece ser la reducción de las tiradas promedio de cada título, lo que puede aumentar los costos asociados al libro impreso, si los modelos de producción de los editores iberoamericanos no logran adaptarse a las posibilidades de las tecnologías digitales tales como la impresión bajo demanda. La realidad en la región es que, el 50% de las editoriales no imprime todavía ningún título bajo demanda, mientras el 40% imprime tan sólo entre el 5% y el 20% de los títulos, según el CERLALC.
Sabemos que los principales productores de libros en Iberoamérica, son España, México, Argentina y Colombia, donde hay industrias gráfica y editorial desarrolladas y el nivel de exportación de libros es alto, después viene Chile y Perú, que tienen una producción media, a pesar de aumentos significativos en los últimos años, y luego siguen Costa Rica, Ecuador y muy lejos por distintas razones van Venezuela, Cuba, Guatemala, Nicaragua y El Salvador.
Donde se venden libros
En cuanto a la cadena de distribución del libro, ésta presenta cambios en cada uno de sus eslabones, la modificación de los formatos físicos del libro hacia los formatos digitales ha abierto la posibilidad de encontrar nuevos métodos de distribución, aunque hasta ahora, las librerías siguen siendo el principal canal para la comercialización de textos impresos, tanto en América, aunque en España se observa un aumento en el número de ventas vía internet, camino que seguirá Latinoamérica en poco tiempo, ya que poco a poco, se observa un descenso apreciable, en el número de librerías medianas y pequeñas.
En cuanto a la lectura de libros, los porcentajes de la población que por lo menos lee un libro al año sobre la población total de los países encuestados son: Argentina (63%), República Dominicana (62%), Uruguay (60%), México (59%), Portugal (54%), España (53%), Perú (52%), Brasil (51%), Chile (49%) y Colombia (47%). En la mayoría de las mediciones realizadas en la región aún no se ha investigado directamente sobre la lectura que se hace a través de otros medios diferentes al impreso, sin embargo, a través de estudios sobre el uso de Internet se puede tener un acercamiento a este tipo de lectura. En general, se encuentra que la lectura de libros en soportes distintos del papel todavía no es significativa. Aunque se desconoce la creciente lectura de otro tipo de contenidos en soportes digitales.
El presente del libro…
Estos son los cinco cambios que sufrió la industria editorial en los primeros catorce años del siglo XXI…
1- Los lectores de libros digitales (eReaders, Tablet, etc.), se están imponiendo poco a poco, sus precios bajan dia a día, e incluso Amazon empieza a subvencionar con ofertas de bajo costo intentando “barrer” el mercado.
2- La reducción progresiva de la publicación en papel estará motivada principalmente por la facilidad en cuanto a la distribución de nuevas obras (y la comodidad de su adquisición desde casa) y por motivos ecológicos, más que por una propia elección de los usuarios.
3- La edición en papel perdura, pero ahora es a pedido, por eso el número de ejemplares publicados cada año, ha menguando y se concentra exclusivamente en los grandes best-sellers, de consumo rápido con un éxito casi garantizado.
4- Las grandes editoriales “clásicas”, han dejado de ser monopólicas, las editoriales virtuales, como Windmills Editions, están ocupando un lugar muy importante en la edición y difusión de nuevos escritores iberoamericanos, esto provoco que los intermediarios en la cadena editorial desaparezcan, aún a pesar de los intentos de las grandes editoriales por evitarlo, como ha sucedido, con las tiendas de música, etc.
5- Las grandes editoriales están a la espera, que una obra publicada por una editorial por demanda o virtual, triunfe en su país, o en un sector, para negociar los derechos de traducción y distribución en otros mercados, y transformarla en best-sellers, porque la industria internacional es quien activa el tejido cultural editorial.
El futuro del libro…
Estos son los cinco cambios que sufrirá la industria editorial en los próximos quince años del siglo XXI…
1- Las grandes editoriales comienzan a apostar por el formato de virtual o por demanda, para diversificar su negocio y creando distintos sellos, porque saben que las nuevas generaciones de autores, tiende a este tipo de publicación de manera natural, pero como gigantescos elefantes, les llevara mucho tiempo esta readaptación.
2- Cada dia se está generalizando el uso de páginas de recomendación y votación de obras publicadas, porque la existencia de grandísimas cantidades de libros diversos (tesis, manuales, novelas, libros de texto, guías…) obligará a los usuarios a usar plataformas en las que filtrar libros según sus gustos (fantasía, novela histórica, tesis doctorales…) o recomendaciones de sus amistades de manera muy avanzada, esto último provoca que editoriales por demanda o virtuales, como Windmills Editions, comiencen a generar best-sellers con un éxito similar o incluso superior al de cualquier obra de una gran editorial clásica.
3- En el ámbito de la publicidad, la promoción será sólo a través de Internet, y esto afecta a las librerías físicas, provocando la desaparición progresiva de espacios de venta físicos de obras, creciendo las librerías virtuales como Amazon, etc.
4- El punto anterior provocará que la publicidad se inserte en las propias obras de los autores de éxito, lo que hará que muchos best-sellers sean gratuitos en formato digital e incluso en formato físico. En determinados casos incluso se insertará publicidad en las obras de pago y se negociará con los anunciantes un pago extra por las descargas/compras legales y otro por las “no controladas”.
5- El patrocinio de obras como forma de financiación y pago a los autores será muy común, sumándose nuevos modos de publicidad utilizados en otros medios (televisión o cine, por ejemplo) se utilizarán también en las obras escritas.
La buena noticia, para quienes amamos la lectura, es que el libro no morirá, simplemente se transformara y adaptara a la tecnología del nuevo siglo… VIVA EL LIBRO.