El dinero no es sinónimo de felicidad
Todos conocemos a los vecinos. Son los que estacionan el Range Rover y el Mercedes en la calzada, los que viven en una casa de muchos millones, los que tienen cinco hijos, tres perros y que toman largas vacaciones de tiempo compartido en el Caribe. Sí, todos conocemos a los vecinos. Creemos que necesitamos más dinero para ser mejores que ellos. Sin embargo no te preocupes. Los vecinos no tienen ni un centavo.
Aunque muchas personas creen que un ingreso más alto los hará más felices, un estudio del año 2006 realizado por investigadores de la Universidad de Princeton descubrió que la relación entre el dinero y la felicidad es en la mayoría de los casos una ilusión.
Vida cómoda
Para la mayoría de los estadounidenses, una vida cómoda equivale al menos a $50 mil, casi $4 mil más que el ingreso promedio 2004-2005 de $46,326. Un 24 por ciento de los estadounidenses declara que incluso si ganaran menos de $50 mil, podrían vivir cómodamente.
Según una nueva encuesta de MSN-Zogby, casi la mitad (48 por ciento) declara que necesitaría ganar de $50 mil a $100 mil para vivir cómodamente, pero un 23 por ciento indica que tendría que ganar más de $100 mil. Cuidado con esto. Incluso si obtuviéramos estos ingresos y viviéramos cómodamente, no significa que estaremos más satisfechos.
“La creencia de que un ingreso alto está asociado con el buen humor es popular, pero en la mayoría de los casos es ilusorio”, escribieron los investigadores.
“Las personas con ingresos por sobre el promedio están relativamente satisfechos con sus vidas, pero son sólo un poco más felices que los demás en las experiencias del diario vivir, tienden a estar más tensos y no dedican más tiempo a actividades particularmente agradables”.
Medir la calidad de vida
El economista Alan B. Krueger y el psicólogo y ganador del premio Nobel Daniel Kahneman, ambos profesores de Princeton, se unieron con los investigadores de otras tres universidades en el estudio.
El objetivo era formular diferentes métodos de medición de bienestar de las personas y de la sociedad, así alcanzaron un conocimiento profundo de la relación entre ingresos y felicidad.
Según un comunicado de prensa, los investigadores desarrollaron una herramienta para medir la calidad de vida diaria de las personas, conocido como Day Reconstruction Method, o método de reconstrucción de la vida diaria.
Este método crea una “escala de satisfacción” en la cual las personas anotan las actividades del día anterior en un diario y evalúan sus sentimientos sobre las experiencias. La encuesta demostró que los encuestados que ganaban menos de $20 mil al año revelaron estar malhumorados sólo un 12 por ciento de su tiempo que aquellos que ganaban más de $100 mil.
“Si las personas tienen ingresos altos, creen que deberían estar satisfechos y lo reflejan en sus respuestas”, afirma Krueger. “Sin embargo, los ingresos influyen muy poco en las experiencias cotidianas”.
¿Más dinero, más problemas?
La mayoría de nosotros cree que más dinero equivale a más felicidad, pero olvidamos unas cuantas cosas. En primer lugar, no importa cuánto ganes, siempre puedes ganar más.
No existe una cantidad probada de salario que te haga declarar que eres “feliz”. Terminarás buscando un salario más alto año tras año.
Incluso cuando logres un nivel de ingresos más alto, ganar más dinero no necesariamente significa más sonrisas. De hecho, probablemente significa más estrés.
Pasamos por alto el hecho de que ganar más en general significa trabajar más. Trabajar más significa dedicarle menos tiempo a la familia, los amigos y a ti mismo. ¿Si pudieras ganar el doble de tus ingresos trabajando turnos dobles, lo harías?
Las personas con ingresos más altos tienden a estar más tensas y dedican más tiempo a actividades “obligatorias” como trabajar, ir de compras y cuidar a los niños, según una encuesta nacional de Bureau of Labor sobre a qué dedicaban el tiempo personas de distintos ingresos.
Y menos diversión
Según estadísticas gubernamentales, los hombres que ganan más de $100 mil al año dedican 19.9 por ciento de su vida a actividades como socializar o ver televisión, en comparación con un 34.7 por ciento de los hombres que ganan menos de $20 mil. Las mujeres que ganan más de $100 mil dedican 19.6 por ciento de su tiempo a la diversión pasiva, en comparación con un 33.5 por ciento de aquellas que ganan menos de $20 mil.
“En algunos casos, esta ilusión óptica puede llevar a un mal uso del tiempo, que van de aceptar largos traslados (que se encuentran entre los peores momentos del día) a sacrificar dedicar tiempo para socializar (que se encuentra entre los mejores momentos del día)”, indica el estudio.
Fundamentalmente, el dinero no es todo lo que importa en un trabajo o en la vida. Así que deja de tratar de seguir el ritmo de los vecinos. Lo que el dinero no puede comprar es lo que brinda felicidad.
Rachel Zupek es escritora y participante del blog de CareerBuilder.com. Ella investiga y escribe sobre estrategias para buscar empleo, gestión profesional, tendencias de contratación y conflictos en el lugar de trabajo.