Control Intestinal: Genética ¿Son hereditarios los trastornos digestivos?
Su padre sufre de acidez frecuente y su madre siempre parece tener malestar estomacal. ¿Significa eso que usted está destinado a sufrir de algún tipo de problema intestinal?
No necesariamente.
Ciertas enfermedades intestinales presentan una tendencia más clara a ser heredadas que otras, dice el Dr. Harold Frucht, profesor asociado de medicina del Centro Médico Presbiteriano Columbia en Nueva York. Hasta este momento, no se ha detectado ningún gen que aumente el riesgo de que una persona desarrolle enfermedad del reflujo gastroesofágico (ERGE) o síndrome del intestino irritable (SII), agrega.
Sin embargo, un estudio británico sugiere un posible vínculo genético con la ERGE. El estudio, publicado en agosto de 2003 en la revista Gut, analizó la frecuencia con la que ambos miembros de los pares de gemelos desarrollan la ERGE. Los investigadores realizaron un seguimiento de 928 pares de gemelos idénticos (univitelinos) y 1,032 pares de gemelos no idénticos (bivitelinos) y descubrieron que entre estos últimos, en un 26 por ciento de los casos ambos desarrollaron ERGE, mientras que entre los gemelos idénticos la cifra era del 42 por ciento.
Hay algunos cánceres gastrointestinales que pueden tener una causa genética clara, y si uno sabe que está expuesto a un mayor riesgo, hay algunas estrategias que puede seguir para salvar su vida en algunos casos.
Por ejemplo, según el Dr. Bennett Roth, profesor de medicina y jefe de gastroenterología clínica de la Facultad de Medicina David Geffen de la Universidad de California en Los Ángeles, se ha demostrado que ciertos cánceres de colon son hereditarios.
Aproximadamente un 20 por ciento de los cánceres de colon se asocian con genes específicos, sostiene Roth.
“Si tiene un pariente en primer grado con cáncer de colon, el riesgo de desarrollar cáncer de colon se duplica”, agrega, “y si tiene dos parientes en primer grado, el riesgo se sextuplica”.
Los parientes en primer grado comprenden padres, hermanos e hijos.
El cáncer y los genes
Se considera que un pequeño porcentaje de los cánceres de colon, alrededor de un 1 por ciento a un 3 por ciento, son síndromes hereditarios, según Roth. “En estos casos, el riesgo es extraordinariamente alto”, advierte.
Frucht recomienda que cualquier persona que tenga un pariente en primer grado con cáncer de colon se realice una evaluación para determinar la presencia de la enfermedad.
“El cáncer de colon se puede prevenir en un 100 por ciento a través de la colonoscopia”, afirma Frucht. “A través de la colonoscopia, se puede detectar el cáncer antes de que el paciente presente cualquier síntoma”.
Captar las primeras señales de advertencia puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, ya que el cáncer de colon a menudo es fatal cuando se detecta en una etapa tardía.
Algunos tipos de cáncer de páncreas también son hereditarios, según Frucht. Si uno sabe que tiene un historial familiar de cáncer de páncreas, es posible que deba realizar algunos cambios en su estilo de vida.
“A menudo les recomiendo a las personas que no fumen”, señala Frucht. “No es que el fumar provoque cáncer de páncreas, pero sabemos que el tabaco es un factor que realmente predispone a ello”.
En otras palabras, el fumar puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de páncreas en cualquier persona, y si usted ya está genéticamente en riesgo, se incrementan las probabilidades.
Los científicos también han determinado que ciertos cánceres de estómago son genéticamente hereditarios, aunque el porcentaje preciso no es muy claro.
Riesgos elevados
En cuanto a trastornos intestinales como la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn y el síndrome del intestino irritable, no se ha detectado ningún vínculo genético, afirma Roth. Sin embargo, los investigadores han determinado que el riesgo de desarrollar la enfermedad es más alto si se tienen familiares que la sufren, agrega.
La enfermedad celíaca, un trastorno autoinmune asociado con la intolerancia al gluten, también parece tener un componente genético, indica Roth.
El trastorno se desencadena cuando las personas que están genéticamente predispuestas consumen proteínas que están presentes en el trigo, la cebada y el centeno. Los niños que sufren de formas severas de la enfermedad celíaca tienen problemas con la absorción de nutrientes y pueden perder peso y ponerse anémicos.
Las formas más moderadas de la enfermedad se han asociado con osteoporosis, fatiga crónica, anemia, abortos y cambios de comportamiento.