Comisión de Fomento económico propone una Agenda de Economía de inclusión social y financiera para cooperativas, ejijidatarios y comuneros.
Las cooperativas que son el sector social de la economía misma que se define como el conjunto de empresas y organizaciones formadas por trabajadores que sostienen la primacía del trabajo, quienes optan por la propiedad social de los medios de producción y establecen que el excedente generado es un medio para elevar el nivel de vida de sus miembros, que busca la rentabilidad financiera, social y ecológica en beneficio de sus asociados y de la comunidad tiene como marco jurídico la Ley de Procedimiento Administrativo y la Ley del Sector Social de la Economía integradas en primer grado por Asociaciones Cooperativas, Empresas Asociativas de Campesinos, Tiendas Comunitarias de Abastecimiento y Consumo, Tiendas Populares de Abastecimiento, Planes Cooperativos Sindicales, Cajas de Ahorro y Crédito, Asociaciones de Productores, Cajas Comunales, Empresas de Servicios Múltiples y en segundo Grado por Federaciones, Uniones, Centrales, Empresas Cooperativas, Agroindustriales.
Empero, en México operan unas 15.000 cooperativas, en su mayoría de consumo y producción de bienes, y en ellas participan unos cinco millones de personas, sin embargo desde el 2012, que fue designado el “año internacional de las cooperativas”, nuestro país aún no tiene un desarrollo real de este modelo de negocios, según lo señala Juan Domínguez, coordinador general de la Sociedad Cooperativa de Asesores para el Avance Social, que trabaja desde 1990 con organizaciones de la sociedad civil quién aduce que el crecimiento de las empresas cooperativas en México está estancado debido a las dificultades que enfrentan para obtener créditos, no se tiene un gran capital para empezar y hay problemas para comprar insumos y para tener infraestructura lo que apunta a ausencia de una política de Estado que promueva su desarrollo. En contraste con Estados Unidos, por ejemplo, había en 2009 unas 29.000 cooperativas, con 80 millones de integrantes.
En 2006 el reimpulso al cooperativismo de hecho comenzó en el país de la ciudadano de las iniciativas adoptadas desde 2006 por el Distrito Federal, gobernado por el izquierdista Partido Revolucionario Democrático (PRD), cuyo tema es parte de su agenda política.
Ante este escenario, la Comisión de Fomento Cooperativo y Economía Social que preside la Dip. Alliet Mariana Bautista Bravo, plantea colocar en el escenario público, una agenda nacional que considere la importancia que debe tener el sector de la economía social y el cooperativismo, con el fin de conjuntar los esfuerzos de todos los actores públicos, privados, sociales e internacionales, interesados y comprometidos en su impulso a efecto de consolidar una nueva cultura empresarial con el ensayo de nuevas formas de vinculación para el crecimiento del mercado social; generación de políticas públicas para asegurar la viabilidad de los negocios comunitarios; promoción y desarrollo del modelo de organización cooperativa, como instrumento idóneo para la incorporación de emprendedores, desempleados y microempresarios, a la ejecución de actividades económicas con impacto social de la cual está comprobado está comprobado que la pequeña y mediana empresa, es la que más empleos crea, y la que más posibilidades tiene de competir en el exterior.
Para ello se requiere efectuar una actuación decidida del poder legislativo, y una concertación entre empresarios, productores, trabajadores, gobierno y comunidades, para la creación de redes de producción, inversión, complementación y comercialización, y para asegurar una distribución más equitativa de la generación de riqueza.
Es necesario entonces, diseñar acciones que tengan como objetivo prioritario, la creación de condiciones y oportunidades que mejoren las habilidades productivas y empresariales de la población; su capacidad de ahorro y acceso al crédito; que generen empleos mejor remunerados y sostenibles, a través de la dinámica de empresas micro, pequeñas y medianas, así como el fortalecimiento de organizaciones de carácter social.
No obstante la importancia y reconocimiento jurídico del sector social de la economía, y en particular del movimiento cooperativista a nivel global, en México no ha tenido el desarrollo que debería para el tamaño de la economía. Así, las cifras del más reciente Censo Económico del INEGI destacan que al cierre de 2008, año en el que se levantaron los datos censales, las cooperativas que formalmente se encontraban operando en el país apenas sumaban 9 mil 767 unidades económicas, las cuales dieron empleo a sólo 182 mil 928 personas. Esos datos son realmente poco significativos, ya que representan una cifra muy baja en comparación con las 5.1 millones de unidades económicas y los 27.7 millones de trabajadores censados en total en ese año.
Sin embargo, a las cifras del Censo hay que agregar la referencia no al número de empleados, sino al número de socios. En ese sentido, por ejemplo, el Fondo de Protección de las Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo informó que a marzo de 2013, las 622 cooperativas de ahorro y préstamo que registró contaban con 6.08 millones de socios. Eso multiplica el número de beneficiarios mucho más allá de los empleos directos generados por las Cooperativas de Ahorro y Préstamo como unidades económicas. Aunque son pocas, su impacto benéfico es muy amplio1 .
Además, en contraste con las cifras del Censo, se ha podido medir que en 17 de las 32 entidades de la República, 200 instituciones autogestionarias muestran un peso de relativa importancia en el desarrollo regional. Eso es particularmente significativo en el caso de las cooperativas pesqueras.
Además de de las cooperativas hay otras figuras asociativas que forman parte del sector social de la economía. Por ejemplo, en México el censo ejidal de 2007, el más reciente, reportó 5.6 millones de ejidatarios y comuneros, que con sus familias sumarían por lo menos 22 millones de personas. A lo anterior se agrega la posibilidad de que una parte de la economía informal esté conformada por algunas de las figuras asociativas que caracterizan a la economía social; cabe señalar que en México la economía informal proporciona 6 de cada 10 empleos.
Evaluar y eficientar el desarrollo de las cooperativas ,la cual depende de dos programas federales y una institución bancaria que se ejecutan con estrategias diferentes para la atención de un sólo sector, como son el Programa de Coinversión Social, el Fondo de Apoyo a Empresas en Solidaridad y el Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros”, por lo que es imperativo políticas públicas que reconozcan su papel, la fortalezcan y le permitan operar, como dice la ley, en las condiciones del trabajo socialmente necesario, en condiciones de productividad y competencia que le permitan sobrevivir a efecto de reducir la desigualdad, la pobreza y el hambre.