¿Ya no bajas?

Cambiar el menú

Haz variaciones. Pídele a tu nutriólogo diferentes opciones para que puedas ingerir otros alimentos además de los que se te indicaron en el programa inicial. Esto también hará que no te aburras por comer siempre lo mismo. Por ejemplo:

En el desayuno

1 taza de leche

2 rebanadas de pan integralcon una de jamón de pavo

1 manzana

Cámbialos por:

Yogur descremado

1 sándwich de atún con queso panela, jitomate y aguacate

2 guayabas

Cámbiala por:

1 galleta

Colación

1 naranja

En la comida

½ taza de arroz

1 tortilla

1 pechuga

1 guarnición de brócoli con zanahoria

1 vaso de agua de jamaica

Cámbialos por:

1 plato de lentejas

1/2 rebanada de pan

120 gramos de filete de pescado

1 porción de papas

a la francesa

1 vaso de agua de melón

Colación de la tarde

1 taza de plátano con papaya

Cena

1 vaso de yogur

1 taza de sandía

2 rollitos de jamón rellenos de verdura

Cámbiala por:

1 taza de palomitas

Cámbialos por:

1 taza de leche descremada

50 gramos de granola, almendras y nuez

1 quesadilla

¡Cuidado!

Puedes llevar a cabo pequeñas modificaciones pero no debes cambiar de dieta cada vez que quieras. Si lo haces, es probable que el programa alimenticio no funcione.

Desintoxicarte

“El consumo de un solo alimento al día, por ejemplo papaya, es seguro siempre y cuando sea monitoreado por un nutriólogo. Las monodietas son efectivas para desaparecer esos molestos kilos que te sobran. Como no son balanceadas, crean un desequilibrio en el metabolismo que te permite librar el estancamiento”, señala Saraí García Hernández, nutrióloga de la Clínica del Bosque.

¡Cuidado!

Durante estas 24 horas no debes hacer ejercicio. Si padeces diabetes o eres hipertensa, no puedes someterte a ella. En caso de que presentes mareos o palpitaciones, tienes que suspenderla.

2. Mente

Liberar el estrés

Cuando los niveles de tensión son altos debido a preocupaciones del trabajo o de otra índole, se produce un cambio a nivel del sistema nervioso central que altera tu metabolismo. El cuerpo libera una hormona llamada cortisol, con la cual es probable que te dé más hambre o que la baja de peso se estabilice.

Hacer al menos cinco respiraciones profundas antes de dormir y la misma cantidad cuando te sientas tensa, te ayudará a reducir el estrés. También te conviene practicar yoga o alguna disciplina oriental que implique relajación y meditación, aconsejan los National Institutes of Health de Estados Unidos.

¡Cuidado!

Para lograr una buena oxigenación, inhala por la nariz y exhala por la boca. Aunque no tiene consecuencias si no lo haces de esta forma, de nada te servirán los ejercicios, pues seguirás alterada.

3. Cuerpo

Revisar tus hormonas

Según la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, que no puedas bajar un kilo más muchas veces se debe a los cambios hormonales por los que atraviesas. De hecho, son estas sustancias las que determinan qué cantidad de energía de los alimentos se convierte en grasa corporal. Por lo general, antes de la menopausia las mujeres suben dos kilos como mínimo. Aunado a esto, las terapias hormonales alteran la recepción hacia los alimentos y hacen lenta la digestión.

¡Cuidado!

Es necesario que vayas al ginecólogo para que determine si esta condición es la que interfiere en tu dieta o si tienes algún problema hormonal que nada tiene que ver con los cambios normales en la mujer.

Ponerte

en movimiento

Seguir un programa de alimentación para bajar de peso es útil al principio, pero llega un punto en que ya no tiene ningún efecto si no haces ejercicio. “Para que puedas bajar los kilos planeados, necesitas realizar alguna actividad física que requiera esfuerzo. Puedes correr tres veces a la semana durante 45 minutos”, sugiere Raúl Rodríguez Castro, instructor físico.

¡Cuidado!

A veces las dietas estrictas crean un desequilibrio en tu cuerpo que te deja sin aliento o te hace sentir que todo a tu alrededor se mueve cuando haces ejercicio. No exageres en ella, ni en tu rutina.

Dormir bien

La University of Michigan explica que si duermes mínimo seis horas diarias te será más fácil eliminar los kilos extra porque cuando tu cuerpo tiene suficiente energía, el metabolismo se activa y acelera.

¡Cuidado!

Tampoco debes excederte en descanso, porque resulta contraproducente: en lugar de ganar energía, la perderás.

¿Qué no funciona?

1. Nutrición

Comer menos

¿Decidiste consumir menos calorías de las que te recomendó el nutriólogo porque crees que así bajarás los kilos que te hicieron falta? Lo único que lograrás es descompensarte o que tu metabolismo se alente, pues cuando estás mucho tiempo sin alimento el organismo reacciona y guarda reservas en forma de grasa, advierte el artículo Controlando su peso: lo que se requiere para reducirlo, de la Academia Estadounidense de Médicos de Familia. Es como si te estuvieras automedicando y puedes empezar a sentir malestares como cansancio y mareos.

Hacerla eterna

“Es muy fácil que tu cuerpo se acostumbre al mismo programa y por tanto el peso se estabilice. Debes acudir al menos cada mes con el nutriólogo para que te diseñe nuevas dietas con base en el peso que has bajado, la circunferencia de tu cintura y la manera en la que reaccionaste a la anterior”, recomienda Saraí García.

2. Cuerpo

El mismo ejercicio

Rodríguez Castro dice que aunque ejercitarte es fundamental para bajar de peso, si nunca cambias de rutina los beneficios obtenidos serán menores. Debes variar el ritmo, la fuerza y la actividad que realizas al menos cada mes, así lograrás que tu organismo reaccione ante los cambios. Puedes empezar por correr tres días a la semana y nadar dos.

Para tener

en cuenta:

* 0.75 kg es el peso máximo recomendado para bajar por semana. Fuente: Academia Estadounidense de Médicos de Familia

* 5 ó 6 comidas al día son más benéficas para bajar de peso. Fuente: University of California

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