<!--:es-->UNA MUJER INCONVENIENTE<!--:-->

UNA MUJER INCONVENIENTE

HELEN POTTS ESTABA, COMO SOLÍAN DECIR EN AQUELLA ÉPOCA, EMBARAZADA CON HIJO.

Justo a principios del siglo pasado, el veneno era un utensilio muy popular en el crimen, mucho más que hoy en día. Cuando Carlyle Harris se encontró en verdaderos apuros, recurrió al veneno como solución a su problema.

Cuando una mujer casada abandona este planeta bajo circunstancias poco usuales, la policía tiene unos hábitos bastante molestos de sospechar inmediatamente de su marido. Yo no sé por qué es así. Hay tantos maridos que raramente asesinan a sus esposas. No saquemos conclusiones, amigos, y veamos el fascinante caso de Carlyle Harris, cuya mujer murió bajo extrañas circunstancias.

Carlyle fue a un baile en Ocean Grove, N.Y., en 1888. Miró a lo largo de la pista de baile y observó a Helen Potts. Este encuentro fortuito iba a cambiar la vida de ambos para siempre. Poco tiempo después, la familia Potts se trasladó a vivir a la ciudad de Nueva York. Este traslado resultó ser bastante conveniente para todos, pues Carlyle estaba cursando su último año de medicina quirúrgica en la Universidad de Columbia. Helen y él se vieron cada vez que les fue posible. Pasaron varios meses, y finalmente la madre de Helen habló con la pareja, aconsejándoles que Carlyle estaba todavía cursando sus estudios y que no deberían hacer nada apresurado.

NOMBRES FALSOS

Ellos escucharon atentamente, asintieron en acuerdo, y después se marcharon en secreto al ayuntamiento donde se casaron usando nombres falsos.

La Sra. Potts más tarde testificó que fue seis semanas después de la boda secreta cuando se dio cuenta de que el joven Harris no estaba visitando tan frecuentemente como solía hacerlo. Mientras la Sra. Potts estaba contenta de que el romance se estuviera enfriando, la entristecía ver que su hija se veía muy afectada por la falta de atención de Carlyle. Lo que ella no sabía era que Helen, como se solía decir en aquella época, estaba embarazada con un hijo.

Carlyle, que parecía estar dotado de diferentes talentos, llevó a cabo un aborto ilegal en su propia mujer. Helen visitó a un tío en Scranton, Pa., durante unos meses de convalecencia. En este momento, ella le contó a su madre sobre el matrimonio y el aborto. Mientras Helen se recuperaba, Carlyle estaba tan desconsolado que se escapó con una mujer llamada Queenie Drew.

Mamá Potts entonces recibió una visita de Carlyle quien le dijo que realmente amaba a su hija y que existían buenas razones para excusar todo lo ocurrido. La Sra. Potts acompañó a Carlyle a la oficina de su abogado donde se le mostró la copia del certificado matrimonial con nombres falsos y todo. Carlyle explicó que se habían casado bajo nombres falsos, por si no se llevaban bien, pudieran terminar con el asunto sin que nadie se viera afectado por ello.

Para mantener a la Sra. Potts feliz, el abogado redactó un affidávit confirmando que Carlyle estaba casado con Helen. Ella salió de la oficina estando segura de haberse asegurado que su hija era una mujer honesta. Más tarde ese mismo día, Carlyle sugirió a Helen que se matriculara en la Escuela Interna para Mujeres Jóvenes de Comstock. Helen pensó que era una buena idea. Postuló y fue aceptada, trasladándose así a la escuela.

La Sra. Potts, que no paraba de ocupar su tiempo libre, empezó a molestar a Carlyle diciéndole que para sentirse totalmente contenta con la situación, le encantaría que se celebrara una ceremonia religiosa. Ella incluso le llegó a dar un ultimátum pues quería que el matrimonio se celebrara el 2 de enero.

Carlyle, con su forma de actuar totalmente diabólica, le mandó una nota asegurándola, “Todos sus deseos se cumplirán, ya que no habría otra forma de satisfacer sus escrúpulos”.

El mismo día que Carlyle escribió la nota, mandó hacer seis cápsulas en la farmacia de Ewen McIntyre e hijos de la Sexta Avenida. Dos días más tarde, cuando Helen se quejó de jaquecas, Carlyle le administró cuatro cápsulas indicándole que tomara una por noche. Tras tomar la primera píldora, Helen se siguió quejando que no se sentía mejor. Su marido médico le aconsejó que tomara las tres restantes, lo que ella hizo.

El sábado por la noche, el 31 de enero, Helen se preparaba para retirarse por la noche. Sus compañeras de cuarto testificaron más tarde que justo antes de irse a la cama, dijo, “me siento entumecida por todo el cuerpo, me siento tan extraña, chicas, me gustaría que vinierais para ver qué es lo que me pasa”. Las compañeras acudieron alarmadas y llamaron al médico de la escuela, el Dr. P. Fowler. Helen estaba tan mal que no podía ni hablar. El doctor y la directora de la escuela registraron la habitación buscando alguna pista de lo que Helen había tomado. La única cosa que encontraron fue una caja con una inscripción C.W.H., Estudiante. Afuera estaba escrito, “una antes de dormir”. A la mañana siguiente a eso de las 11, Helen estaba muerta.

En la superficie, la muerte parecía lo suficientemente normal. La madre de Helen declaró que su hija había sufrido del corazón cuando era pequeña. Carlyle admitió de inmediato el haberle administrado las cápsulas, incluso sabiendo sobre su enfermedad de corazón. El farmacéutico declaró que cada cápsula contenía 41/6 granos de quinina y 1/6 de morfina. Esta dosis no se consideraba peligrosa de ninguna forma. Cooperando al máximo, Carlyle presentó dos de las cápsulas. Él sólo había dado cuatro a Helen. El médico forense no estuvo de acuerdo en que las cápsulas no producirían daño a una muchacha con problemas cardíacos. Él entregó el cuerpo dudosamente, confirmando que la causa de la muerte fue debida a la conjunción de tomar las píldoras padeciendo de asuntos cardíacos.

ENTERRADA

Ahora, os debo revelar un pequeño secreto. Helen nunca padeció del corazón. Mamá Potts se inventó la historia, para que no se llevara a cabo ninguna autopsia en el cuerpo de Helen. Ella sabía que si se hubiera hecho, el aborto secreto de Helen saldría a la luz pública y ella hubiera hecho cualquier cosa por evitar un escándalo. El cuerpo de Helen fue entregado a su madre y se la enterró sin mucha ceremonia.

Pasaron varias semanas. Pero después, un reportero que le olía a gato encerrado toda esta situación, descubrió lo del matrimonio y el aborto. Al preguntarle sobre estos hechos la Sra. Potts se derrumbó y confesó que sabía todo sobre la vida secreta de su hija.

Entonces la Sra. Potts acusó públicamente a Carlyle Harris de haber envenenado a su hija.

El cuerpo de Helen fue exhumado el 25 de marzo, y el 30 de marzo Carlyle fue acusado de asesinato. El 14 de enero de 1892, comenzó su sensacional juicio en Nueva York. Miles de posibles espectadores fueron rechazados. Cada minuto detallado fue publicado en las portadas de los periódicos.

Se analizaron las dos cápsulas que estaban en posesión de Carlyle y se probó que contenían lo que él exactamente había dicho que contenían. El ministerio fiscal resaltó que el engañoso Harris podría haber manipulado las cuatro cápsulas que entregó a su esposa y se quedó con las dos sin manipular, sabiendo que eventualmente serían analizadas. La Sra. Potts subió a declarar y confesó haber mentido sobre la condición cardiaca de su hija. Los expertos médicos testificaron que, tras haber llevado a cabo la autopsia, descubrieron que Helen había muerto de un envenenamiento de opio.

El jurado tan sólo tardó 22 minutos en encontrar al joven y atractivo estudiante de medicina culpable de asesinato en primer grado.

Todas las apelaciones para salvar la vida de Harris fracasaron. Él fue ejecutado en la silla eléctrica en la prisión de Sing Sing el 8 de mayo de 1893.

Share