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Tyson busca reverdecer viejos laureles

Ex campeón reaparecerá ante McBride

WASHINGTON – El ex campeón mundial pesos pesado, Mike Tyson, volverá el sábado a los cuadriláteros para enfrentarse al irlandés Kevin McBride, y más que nunca es toda una incógnita lo que puede ofrecer como boxeador.

¿Cuál Tyson subirá al ring?

A pesar que Tyson, que no boxea desde el pasado mes de julio cuando fue derrotado en el cuarto asalto por nocáut contra el británico Danny Walliams, ha vuelto a recuperar el viejo lenguaje agresivo de los viejos tiempos, dentro del cuadrilátero está por ver si va a ser también el “Iron Mike”, que logró ser el campeón del mundo más joven de todos los tiempos.

Tyson (50-5, 44 KOs) advirtió a McBride (32-4-1, 27 KOs) que lo iba a “destripar” como un pez cuando se enfrentaran en el MCI Center de la capital de la nación.

Sin embargo, una cosa son las palabras y otra los hechos, los que en los últimos años no le han dado para nada la razón a Tyson, que podría estar en la última oportunidad de su turbulenta y conflictiva carrera profesional.

Tyson durante la conferencia de prensa previa a la pelea del sábado, mostró la imagen y la dialéctica del viejo ex campeón del mundo cuando “atemorizaba” a sus rivales no sólo con las palabras sino también con los puños.

Pero las acciones de Tyson hay que ponerlas en perspectiva, especialmente porque su rival McBride no ha demostrado nada como boxeador y aunque dijera que llegaba a la pelea como un contendiente, el irlandés no parece ser un grave peligro para el ex campeón del mundo en la pelea programada a 10 asaltos.

Además, la pelea de McBride contra Tyson, de 38 años, se pactó porque el irlandés aceptó una bolsa de sólo $150,000 dólares, mientras que el ex campeón recibirá cinco millones de dólares.

Tyson, que ha sido recibido con todos los honores en la capital de la nación y asistido a todo tipo de actos beneficios, incluida una visita a un centro médico donde se encuentran soldados heridos que han llegado de la guerra de Irak, sabe que si quiere seguir teniendo ese tipo de bolsas millonarias necesita ganar bien y rápido a McBride.

Otra derrota sorpresa como la que sufrió ante Williams, en Louisville, podría ser el final definitivo a su carrera profesional.

Además, el propio Tyson, después de devolverle un “yo también te amo, hermano”, la mejor definición que hizo del campeón de los pesos pesados irlandés fue que era una “lata de tomate”.

Pero la realidad para Tyson es que tampoco puede hablar mucho de su condición en las últimas tres peleas, dos de las cuales las perdió antes del límite.

Aunque insiste que su carrera profesional ha entrado en otra etapa positiva después que comenzó a entrenar con Jeff Fenech, que no fuma ya marihuana y quiere volver a ser el antiguo campeón del mundo de los pesos pesados.

“Quiero volver y recuperar lo que la gente me debe”, destacó Tyson, que se mostró siempre amable y diciendo chistes durante toda la rueda de prensa.

Pelea para pagar deudas

Pero eso es también otra ironía porque Tyson tiene una deuda económica de 40 millones de dólares, y de los cinco que va a cobrar lo único que recibirá será $250,000, porque el resto del dinero estará dedicado a pagar a los deudores que están acogidos bajo su nuevo plan de reorganización de la bancarrota.

Tyson ahora más que nunca necesita el dinero y un triunfo claro para que pueda seguir con su carrera, que todavía sigue atrayendo a los aficionados al mundo del boxeo.

De acuerdo al promotor de la pelea, Marty Wynn, la venta de entradas ya ha llegado a las 13,000 de un aforo de 17,300 que pueden entrar en el MCI Center.

“Estamos seguros que vamos a conseguir un lleno completo en la venta de entradas para la pelea”, comentó Wynn, que además tiene opciones para los próximos dos combates de Tyson, si el ex campeón del mundo consigue la victoria.

La pelea también será televisada por el canal de pago y quienes quieran verla deberán desembolsar $44.95 dólares, algo que solamente sucede con la figura de Tyson para un combate a 10 asaltos y sin título en juego.

El propio Tyson reconoció que la mayoría de los aficionados considera la pelea como un circo y los periodistas un “fiasco”, pero se olvidaban que él era la gran figura, la estrella internacional y todo un símbolo.

“Estoy listo para de nuevo demostrar que se equivocan conmigo y ahora sólo falta que salga al cuadrilátero y dejar en evidencia a todos aquellos que no confían en mi como persona y boxeador”, agregó Tyson.

Para McBride, al margen del resultado de la pelea, lo más importante de todo es que al final vio realizado el sueño de enfrentarse al legendario Tyson, aunque haya sido cuando el ex campeón tiene ya 38 años y ha perdido la mayoría de la credibilidad que comenzó a adquirir hace 20.

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