Tú también visita a tu ginecólogo
Muchos problemas de salud sexual y emocional se manifiestan durante la adolescencia, pero ¿cuándo es conveniente que una jovencita consulte al ginecólogo?
La adolescencia etapa de la vida entre los 12 y 18 años de edad, (según la Organización Mundial de la Salud) es una etapa de grandes cambios biospicosociales en el desarrollo y aunque la mayoría de los y las adolescentes la pasan sin mayores problemas de salud en general, ya que sus principales problemas son de tipo social, sexual y emocional, más que físico, la mayoría necesitan apoyo, consejo y ayuda para enfrentarse al cambio corporal, sentimental, emocional, social y de proyecto de vida.
Si bien desde hace tiempo se han implementado servicios de salud para atender los problemas específicos de este importante grupo de la población, los mitos, tabúes, temores y penas, aunados al desconocimiento de los padres sobre estos servicios, hacen una gran limitante para poder atenderlos adecuadamente.
Pero lograr atenderlos se requiere de tiempo, interés y experiencia profesional, y lo más importante es que se sientan en confianza, protegidos y sobre todo que sean tratados con el respeto que merecen, ya que cuando llegan al médico traen una serie de preocupaciones, prejuicios y ansiedades, principalmente sobre lo que es normal y lo que no lo es o llegan con mucho temor cuando creen o porque algo les ha sucedido y no quieren manifestarlo a sus familiares.
La visita al ginecólogo, durante la adolescencia o antes de que la mujer se “case”, es un problema que todavía no se logra salvar, a pesar de la importancia que tiene en el desarrollo y orientación integral de las jovencitas y muchos no saben a quién acudir después de que el niño o niña dejan de ver al pediatra porque “han dejado de ser niños”.
Esta visita al doctor, que puede ser en algunos casos el mismo pediatra o el ginecólogo en caso de problemas relacionados con el desarrollo sexual, es muy importante para la salud integral ya que en ella se pueden detectar también a tiempo problemas relacionados con la nutrición, la piel, la salud bucal, la salud mental, el crecimiento, adicciones, problemas del sueño, detección temprana de riesgos de enfermedades crónicas, de infecciones de transmisión sexual y muchos otros problemas que atendidos a tiempo evitan muchas complicaciones.
Entre los problemas ginecológicos más frecuentes en la adolescencia están los relacionados con los problemas hormonales, la menstruación temprana, normal o tardía, cólicos, amenorrea, dismenorrea, presencia de quistes ováricos, bolitas o tumoraciones en los senos, infecciones urinarias, que en muchos casos son consideradas como normales, sin necesariamente tener que serlo.
También es innegable que la edad de inicio de relaciones sexuales es cada vez menor, por lo que las adolescentes que sean sexualmente activas, deben ya programar una revisión general rutinaria al año y deben aumentarle el examen de Papanicolau y tener una adecuada orientación sobre los métodos anticonceptivos ideales, la prevención de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no planeados y la prevención de la violencia sexual.
La visita al ginecólogo durante la adolescencia debe ser con un médico responsable y serio que guarde la confidencialidad y aunque la mayoría de los médicos lo son, para su seguridad deben acudir acompañadas de preferencia por un adulto y durante el momento de la revisión física, solicitar que esté presente alguna enfermera.
Es necesario exponerle al médico todas las dudas, temores y sentimientos abiertamente, solamente así se podrán solucionar muchos problemas, de todo tipo y de forma oportuna.
Para las mujeres que no son sexualmente activas, los métodos para el diagnóstico y revisión de ovarios y útero son diferentes, la exploración no pone en riesgo “su virginidad”, asunto que es muy importante y determinante para la aceptación de la revisión médica, ya que se realiza por medio de ultrasonidos y no por tactos vaginales.
Lo importante siempre es detectar a tiempo cualquier enfermedad o complicación, y estar siempre bien informadas sobre los cambios de la adolescencia y sus repercusiones en la vida diaria, esto ayudará a detectar siempre oportunamente cualquier cambio no normal y a tomar decisiones acertadas con respecto al ejercicio de una sexualidad responsable.
Por ello, se recomienda también que las jovencitas reciban información con respecto a su cuerpo y que lo conozcan palpándolo y viéndolo en un espejo, para que si observan cualquier cambio, o presentan algo que sientan que no es normal lo consulten y puedan atender a tiempo.