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Tips para enseñar a dormir a tu bebé

Bimba Galán

Si tienes un recién nacido en casa, seguramente estás recordando a cada momento las palabras que todo mundo te dedicaba antes de que tu bebé arribara al mundo: “Duerme ahora que puedes, porque después, nunca te volverá a pasar”.
El culpable claro, es el nuevo integrante de la familia que mientras se adapta al ambiente, entiéndase como alimento, clima, horarios y todos esos elementos que distan mucho de lo que tenía dentro de tu vientre, es un hecho, no dormirá completamente durante la noche, lo que va a causar que durante el día experimentes cansancio, irritación, dificultad para pensar, entre otros síntomas que son propios de no disfrutar de un sueño reparador.
Aunque todos los padres que se estrenan en esta labor, ya tienen presupuestado en su lista estos inconvenientes, también hay que poner una columna en la que incluyas las posibles soluciones a fin de que ese periodo de noches interminables dure solamente el tiempo que le tome a tu bebé entrar en ritmo con su actual estilo de vida.
El doctor Eduard Estivill, autor del libro ¡A dormir! El método Estivill para enseñar a dormir a los niños, Editorial Plaza & Janes, comparte que el sueño es un hábito, por lo que es algo que debe ser enseñado y qué mejor que hacerlo desde los primeros días después del nacimiento del bebé.
Y agrega: “Es importante que nuestro hijo duerma bien por una sencilla razón: nadie puede vivir sin dormir, incluidos los peces y los murciélagos. Durante el sueño, el organismo fabrica todo lo que gastará al día siguiente. Y si un niño no descansa lo suficiente, se sentirá cansado, irritado, nervioso y somnoliento”.

¡Manos a la obra!
Para introducir a tu bebé al mundo de los sueños el experto aconseja seguir los siguientes pasos, como una forma de ayudarlo a desarrollar el hábito de dormir:
Empieza de cero: Parte de la premisa que tu hijo ha nacido hoy mismo y olvida cómo ha dormido hasta ahora, así como los métodos que hayas puesto en práctica para ayudarlo.
Fija horarios: Está comprobado que el cerebro de un niño concilia el sueño con mayor facilidad si le enseñas a dormir en la franja horaria que va entre las 20 y 21 horas. Así que deberás ajustar los horarios para bañarlo a las 19:00 horas y darle la cena. Retira todos los elementos relacionados al hábito de la alimentación, en este caso, el biberón.
Muéstrale tu afecto: Después de la cena, dedica entre 15 y 20 minutos a compartir con tu pequeño una actividad relajante y agradable, en otro sitio que no sea su dormitorio. Intercambien risas, besos, mimos y abrazos.
Compañeros del sueño: Elige elementos externos que lo acompañen durante el sueño y al que pueda ver cuando despierte, esto ayudará a que haga la relación con el momento de descansar. Por esta razón, es importante que no recurras a objetos o situaciones que después tengas que retirar, como es cantar, mecerlo en tus brazos, darle la mano, pasearlo en coche, darle biberón o amantarlo, etc.
Una vez que has creado el ambiente propicio para el descanso y la tranquilidad, debes llevarlo a su cama repitiendo con una voz calmada, segura y dulce, la siguiente frase que recomienda Eduard Estivill: “amor mío, papá y mamá te va a enseñar a dormir solito. A partir de hoy dormirás aquí en tu cuna junto a tu muñeco ‘Pepito’ –o como lo hayan llamado-“; repítelo como discurso por medio minuto.
Después, acuéstalo en su cuna y aun cuando llore no pierdas la calma, acarícialo y aléjate un poco de él, mientras tú misma o tu pareja díganle esta frase: “te queremos mucho y por eso te enseñamos a dormir. Entendemos que llores, porque estás aprendiendo, pero no pasa nada”, sal con una actitud tranquila de la habitación y poco a poco se adaptará a las nuevas condiciones.
No pierdas de vista que a pesar de que sigas estos pasos, es conveniente que te mantengas alerta de sus necesidades, distingas las razones de su llanto y no lo dejes a la deriva. Recuerda que tú representas su seguridad y parte de ello es no abandonarlo en su camino de adaptación al mundo.

Para ver
Tres hombres y un bebé
Dirige Leonard Nimoy
Estados Unidos, 1987
Colaboración de Fundación Teletón México.
“La prudencia empodera las palabras”.
Bojorge@teleton.org.mx

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