Seis mitos en torno a la artritis reumatoide

Se denomina artritis comúnmente a la inflamación de una o más articulaciones, lo que provoca dolor, hinchazón, rigidez y limitación de los movimientos. Aunque la mayoría de las personas definen de manera general “artritis” a cualquier dolencia en las articulaciones, la realidad es que existen más de 100 tipos diferentes de esta enfermedad, entre los cuales destaca la artritis reumatoide.
Ésta se caracteriza por afectar las articulaciones, pero no se deriva de causas externas o desgaste ya que es causada por el propio sistema inmunológico, y se agrupa dentro de las enfermedades reumáticas. Es crónica y hasta el momento no existe una cura definida.
Dentro de sus principales afecciones se encuentra el deterioro progresivo de las articulaciones que acaba provocando deformidad e incapacidad funcional. De no tratarse a tiempo de la manera adecuada, puede ocasionar daño irreversible, así como incapacidad.
Algunos pacientes además de presentar artritis, cursan con manifestaciones en otros órganos como pulmones, ojos, corazón, piel, hígado o riñones.
En torno a padecimientos crónicos como éste existen muchos mitos, principalmente difundidos por el desconocimiento. Por tal motivo, a continuación se exponen algunos de ellos, que de no aclararse podrían mermar la calidad de vida del paciente.
Mito 1: La artritis reumatoide sólo afecta a personas de la tercera edad
La realidad es: La artritis reumatoide es un padecimiento que afecta principalmente a las mujeres (tres por cada hombre) en la etapa productiva, es decir, entre los 30 y 40 años de edad. Sin embargo, existen casos nada inusuales donde se presenta un grupo de enfermedades articulares inflamatorias denominado artritis reumatoide juvenil o artritis idiopática juvenil en niños menores de 16 años. También es posible que pacientes mayores de 55 años desarrollen la enfermedad.
Mito 2: Al ser la artritis reumatoide crónica e incurable no hay nada que hacer para detener la enfermedad
La realidad es: Si bien es cierto que es incurable, hay mucho que los pacientes pueden hacer por no ver mermada su salud. El paso número uno es la detección oportuna de la enfermedad para iniciar con el tratamiento lo antes posible a fin de evitar el mayor daño articular posible. Investigaciones señalan que cuando el paciente es tratado de manera adecuada en el primer año del padecimiento, existen altas probabilidades de entrar en etapa de remisión (control y desaparición completa de la inflamación), mismas que disminuyen conforme pasa el tiempo; por ejemplo, si la enfermedad se trata con una terapia biológica en el primer año de la enfermedad, cerca de 50 % de las personas alcanzan la remisión; en cambio, entre los 10 y 15 años después de un diagnóstico, cerca de 20 % de las personas la presentan al tratarse adecuadamente con un fármaco antirreumático modificador de la enfermedad (FARME). Al hablar de los tratamientos, estos van dirigidos principalmente a aliviar la inflamación y el dolor, sin embargo, esto no disminuye el deterioro articular. Actualmente existen tratamientos biológicos como Etanercept, que evita la progresión del daño articular, previene deformidades articulares y por ende la discapacidad.
Mito 3: Si tengo artritis reumatoide nunca podré embarazarme
La realidad es: Es posible el embarazo en una paciente con artritis reumatoide; sin embargo, deberá ser sumamente planeado debido a que será necesario suspender la toma de los medicamentos algunos meses antes de la concepción dependiendo del tratamiento que se siga en ese momento y durante todo el proceso. De manera adicional, el equipo de especialistas que atienda a la futura madre deberá ser multidisciplinario.
En la mayoría de los casos de embarazo existe una remisión de los síntomas, sin embargo, existe un porcentaje en que las pacientes continúan con síntomas de actividad de la enfermedad, mismos que se mantienen incluso en la lactancia.
Mito 4: La artritis reumatoide es hereditaria y se transmite de padres a hijos
La realidad es: La artritis reumatoide no es hereditaria, pero sí se puede tener una carga genética con una predisposición a contraer la enfermedad, la cual al combinarse con otros factores de riesgo como ser mujer, tener parientes cercanos con el padecimiento y fumar, entre otros, pueden desencadenarla.
Mito 5: La artritis reumatoide confina al paciente a la inmovilidad y discapacidad
La realidad es: La rehabilitación es fundamental dentro de un tratamiento integral, ya que ayuda al alivio del dolor, a recuperar fuerza muscular y sobre todo a mantener la capacidad de movimiento. La rutina de ejercicios, de la mano del tratamiento adecuado, debe ser personalizada de acuerdo a cada caso y articulaciones afectadas.
Una vez que se presentan los primeros síntomas, es necesario acudir al reumatólogo, quien podrá determinar el tratamiento a seguir ya que cada caso es diferente, pues hay personas en las que la enfermedad se presenta sólo por un corto periodo y después desaparece sin causar daños. No obstante, hay quienes tienen épocas en que los síntomas empeoran y otras en que se mejoran. En los casos más graves, la enfermedad ocasiona daños irreversibles en las articulaciones que pueden permanecer por un largo tiempo o por el resto de la vida, generando una discapacidad en la vida del paciente3. Si el padecimiento se detecta de manera oportuna y se trata adecuadamente, se puede llevar una vida completamente normal y tener una excelente calidad de vida.
Mito 6: Los pacientes con artritis reumatoide no pueden comer carne
La realidad es: La causa de la artritis reumatoide es desconocida; se sabe que hay un componente genético y algunos factores ambientales probables como virus, tabaquismo, etc. La alimentación, específicamente la ingesta de carne no es un factor predisponente para la artritis reumatoide. Los pacientes pueden incluir todos los grupos de alimentos en su dieta, la cual se recomienda sea equilibrada y balanceada. De igual forma, es importante que el paciente se mantenga en su peso ideal sin sobrecargar las articulaciones que le dan soporte a su cuerpo.

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