Se acabó el Bond número 23

Se acabó, pero porque se cancela oficialmente. Hasta ahora, el Bond número 23, el que escrito por Peter Morgan (El desafío Frost contra Nixon y La reina) iba a suponer la llegada a la saga de Sam Mendes como director, nunca será realidad. Y o las cosas cambian mucho o vamos a tener que esperar un buen rato para ver otro Bond. Explicamos el porqué.
A inicios de este año EON Productions, la compañía de Albert Broccoli que ahora dirige su hija Barbara, anunció la suspensión temporal de desarrollo del proyecto por los problemas económicos que están hundiendo a la major MGM. Ahora, la última hora es que se acabó lo que se daba y definitivamente se cierra la producción. Porque cuesta un dinero tener precontratados y en espera desde Daniel Craig (en el que iba a ser su tercer Bond) hasta los electricistas. Era lógico. Y Craig quiere libertad porque es casi seguro que encarnará a Mikael Blomkvist, el periodista de investigación de la saga Millennium, en la versión hollywoodiense de las novelas de Larsson.
El problema para futuros Bond es que MGM es copropietaria de los derechos del personaje creado por Ian Fleming (la otra parte es de EON), y no se puede rodar sin ellos, y parece que el estudio de Hollywood va a juntar sus últimos (y maltrechos) recursos para levantar The Hobbit. Intentan empezar a rodar en enero, si reúnen el suficiente dinero. Así que para un Bond habrá que esperar o que alguien compre MGM e inyecte efectivo o que el estreno de The Hobbit levante la cuenta bancaria de MGM. Mal vamos