¿Sabes aceptar la derrota?

Sam Luna

Para algunos es una ley a seguir: “Ganar no es lo importante, es lo único”, sin embargo, hay que reconocer que no siempre la victoria está de tu lado, pero lo que cuenta es el esfuerzo y el trabajo que le imprimes a cada actividad en tu vida. Parte esencial, también es aprender de la derrota y no tomar una actitud negativa al respecto, eso se llama saber perder, ¿tú sabes aceptarlo?

1.- Las personas que te conocen se refieren a ti como alguien muy culto, pero cada vez que juegan Maratón, pierdes y las burlas no se hacen esperar, tú:

a) Reconoces al ganador y te alegras de saber que tus compañeros de juego mejoran.

b) Argumentas que hicieron trampa, pues casi siempre la respuesta correcta es la “B”.

c) Le sonríes discretamente a quien ganó y le dice que ése es un juego para ‘ñoños’, y que no gastarás tu tiempo en esas cosas.

2.- ¡Siempre pasa! Tú le vas a los “Pumas” y tu mejor amigo, al “América”, cuando ambas escuadras se enfrentan y pierde tu equipo, ¿cómo reaccionas?

a) Te ríes de ti mismo y sigues las bromas que te hace. Siempre habrá una revancha.

b) Comienzas a poner mil pretextos para explicar el tropiezo de tu equipo; estás seguro de que el árbitro estaba “vendido”.

c) Te enojas como si en ese partido te hubiera ido la vida, y le dejas de hablar por unas horas.

3.- Todos los días haces un gran esfuerzo para acudir a los entrenamientos de tu equipo de fútbol americano, pero cuando nombran al equipo titular, no apareces en la lista, ¿qué haces?

a) Le preguntas al entrenador la razón, entiendes los motivos, y continúas esforzándote.

b) Te enojas y te desapareces de los entrenamientos, pero después de unos días vuelves más tranquilo.

c) De plano abandonas el equipo, si no te saben valorar, que sufran las consecuencias.

4.- Estás compitiendo con otra persona por un ascenso en el trabajo, cuando se toma la decisión, la balanza se inclina por tu compañero porque él domina otro idioma. Tú:

a) Lo lamentas mucho, pero de inmediato te inscribes en un curso para que no se te vuelva a ir la oportunidad.

b) Piensas que fue lo mejor, así no tendrás tantas obligaciones.

c) Dudas que la elección haya sido justa y pones en entredicho la calidad profesional de tu compañero.

5.- Tu novia decide terminar contigo. Te lo explica con toda sinceridad para que queden en los mejores términos. La reacción que tienes es:

a) Aunque te duele, la escuchas con atención, aceptas su decisión y le deseas lo mejor.

b) La escuchas, pero te sientes súper ofendido y prefieres no volver a saber de ella.

c) Le dices que no hay problema, pero si tienes oportunidad la harás pagar los platos rotos.

Mayoría de A: ¡Felicidades! Aunque es cierto que perder no es una experiencia agradable, sabes sacar el mejor provecho de la situación, lo cual es muy positivo por que puedes estar seguro de que difícilmente volverás a pasar por lo mismo, pues tomas todas las medidas necesarias para detectar tus errores.

Mayoría de B: Ni tan tan, ni muy muy. Cuando las cosas no salen como tú las habías planeado tiendes a buscar una válvula de escape, pero en realidad esto no es de mucho provecho para ti, ya que no te das la oportunidad de evaluar la situación y de ver en qué fallaste, esa es la causa principal por la que te vuelves a equivocar. Es necesario que le digas adiós a las excusas, ya que si siempre tratas de justificar los errores en lugar de remediarlos, tú mismo te estarás poniendo barreras para triunfar.

Mayoría de C: ¿Sonrisa de Monalisa? Tú eres de los que asumen una actitud indiferente cuando se presenta la derrota, pero en el fondo te enoja tanto que estás seguro de que si no eres tú, nadie puede ganar de forma justa. No te equivoques, es necesario que hagas un balance de esta situación y aprendas a obtener aprendizaje de todas tus experiencias de vida, que sin duda te van a enriquecer.

La derrota es parte de la vida misma y muchas veces perder es la más grande enseñanza que se puede tener. Si analizas qué fue lo que pasó para que no salieras triunfador en cualquier actividad de la vida, podrás sacar provecho de aquel tropiezo y convertirlo en una oportunidad de crecimiento.

“Somos buenos,

seamos mejores”.

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