Puerto Vallarta será sede del Foro Económico Mundial y de la Cumbre Global de Cultura de Paz

No todo en México está mal hecho; Puerto Vallarta es prueba inequívoca del ascenso de un destino turístico de vocación natural de sol y playa que con el concurso de tomadores de decisión a nivel local y estatal comparten la visión del Dip. Rafael Yerena de “Reinventar Vallarta” como destino seguro trabajando la Cultura de Paz, paralela a las estrategias de turismo de reunión hacen de esta perla de occidente una marca cotizada internacionalmente para el turismo de negocios e icono para el turismo de aventura y pueblo mágico logrando así atraer a este paradisiaco destino la realización del Foro Económico Mundial del 16 al 19 de abril; la Cumbre Global de Paz y el Tianguis Turístico que anualmente se realizaba en Acapulco y por razones de al incremento de la violencia se traslado a sedes itinerantes, siendo elegida Vallarta al Tianguis Turístico a celebrarse del 25 al 28 de Marzo. En suma el Puerto será epicentro de la actividad económica Mundial y de la Paz global.

Vallarta es un claro ejemplo que en México no todas las regiones son hiperviolentas y que toda exageración es una simplificación. El Puerto trabaja en un Plan Nacional de Cultura de Paz, convocado por el Dip. Yerena, para erigirse mundialmente cómo una ciudad pacífica que reivindica la marca de un destino turístico; y reconociendo que a nivel federal la mentira siempre precede a la violencia, apunta a que el principal problema de México según el Reporte Global de la competitividad 2009 del Foro Económico Mundial no es el narcotráfico, ni la corrupción –como se ha hecho pensar- sino la ineficiencia gubernamental calificado con un 12.8 % como el principal factor decisorio que impide el crecimiento de nuestro país.

Este reporte complementa el Informe de Transparencia Internacional 2009, que advierte que México descendió 11 lugares al pasar drásticamente de la posición 72, al 89 entre 180 países evaluados.

De acuerdo con el Foro Económico Mundial, la competitividad de México pasó del lugar 32 en el año 2000 al 60 en el 2008, entre 134 países, lo que representa una pérdida de 28 lugares en 9 años y una calificación de 4.2, menor que Chile, Panamá y Costa Rica. En tanto que otras economías emergentes como las asiáticas han avanzado considerablemente en el ranking mundial.

Para el Foro Mundial, México tiene un excelente tamaño de mercado (lugar 13) y una estabilidad macroeconómica aceptable (35), pero no contamos con capacidad de aprovechamiento por la baja capacidad institucional (85), eficiencia de las instituciones (92), baja infraestructura (61), mala educación superior y capacitación (72), falta de mercados eficientes (61), rígido mercado laboral (91), mercado financiero (67), disposición tecnológica (60), negocios (54) y capacidad de innovación.

El Impacto Nacional en el entorno Internacional

Entrevistado por Nino Canún el Dip. Jorge Humberto López Portillo precisa respecto a la competitividad entre las entidades federativas “los indicadores muestran que se mantiene un patrón de desarrollo regional desequilibrado, en virtud de que históricamente los esfuerzos de gasto público y de inversión privada se orientaron hacia los estados del Norte, seguidos por los del centro occidente y finalmente a los ubicados en el Sur-Sureste del territorio”.
Para Rafael Yerena líder sindical de la CTM y diputado federal, advierte que “la situación actual de los trabajadores es en muchos casos precaria: el 21 por ciento labora sin salario, otro 39 por ciento no tienen seguridad social y uno de cada tres laboran en la informalidad.

Adicionalmente el lento crecimiento económico ha propiciado el aumento del fenómeno de la informalidad, la cual se estima en más de una tercera parte de la actividad económica comercial, con los severos perjuicios que continuará ocasionando a la seguridad social, a la protección de los derechos laborales y al sistema fiscal.

En efecto, a pesar de que México se han logrado equilibrios macroeconómicos con una política monetaria que disminuyó la inflación a niveles de 3 por ciento a 6 por ciento, se redujo sensiblemente el déficit fiscal y se obtuvieron finanzas equilibradas, pese a los sesgos contables derivados de las formas de financiamiento de los proyectos de energía, pero todo ello tuvo como resultado la estabilidad sin crecimiento.