Poniendo limites al sufrimiento

Por Jorge Hugo García

Doctor en Psicología

Somos una civilización orientada a considerar al sufrimiento como una virtud.

Y eso nos ha acarreado en todas las épocas trágicos resultados. Este sentimiento ha sido aprovechado por muchas organizaciones, políticas, sociales y religiosas, para manipular a las personas espoleando sus sentimientos de lástima y piedad con fines siniestros.

Sin embargo, quien sufre sólo está perdiendo el tiempo y consumiendo su energía nerviosa en actitudes inútiles. Ni aporta, ni construye nada para sí mismo ni para la sociedad, excepto cuando su sacrificio es explotado con fines de lucro por algunos vivales.

La historia humana tiene excesivos y dramáticos ejemplos, en donde se han usado los sufrimientos para manipular y mover a las masas a la acción cuando se les toca su fibra emocional. Se han usado sus sentimientos para transformarlos en convicciones religiosas y políticas, de esta forma perversa se han provocado las más grandes crisis del ser humano.

El individuo no vino al mundo a padecer, está aquí para adquirir experiencia en el arte de la supervivencia, con la finalidad de transmitirla a las generaciones siguientes. De esta manera les facilita su desarrollo, haciendo señalamientos y aportaciones positivas en favor de la comunidad, y sobre todo emprendiendo acciones que edifiquen una armoniosa estructura de valores y sentimientos.

La Vida no es perfecta todavía, y se mueve hacia el futuro buscando siempre el perfeccionamiento de sí misma. Construcción y destrucción, son dos fuerzas que gobiernan la creación en su movimiento eterno, y el cambio estructural es el fermento de la evolución ya que nada estable permanece, porque todo lo que se detiene muere o deja de ser.

La persona sufre cuando ha equivocado el rumbo en tres aspectos muy importantes de la existencia: en la forma de pensar, de sentir y actuar. Los conflictos ocurren dentro de la mente de la persona, y por lo regular usan a su pareja o sus hijos para proyectarlos. Esto presenta situaciones muy complejas que se esconden en conductas incomprensibles para la familia. Por ello, el trabajo de los psicólogos requiere de una labor casi detectivesca. Lo difícil en esta profesión, es hacer que la persona comprenda y acepte que tiene un problema emocional creado y sostenido por ella misma. La mayoría han vivido pensando que así es su destino o su mala suerte, y en el peor de los casos “que alguien externo tiene la culpa”

Para los casos desesperados y sin aparente solución, la Clínica de Psynética ha creado estrategias para el borrado de memorias traumáticas, las cuales han dado resultados sorprendentes. Estas producen un cambio acelerado en las estructuras mentales con pocas horas/terapia. El secreto se apoya en una terapia triple, que consta de procesos de hipnosis programada en módulos audio grabados, y apoyado con nutrientes para incrementar las funciones cerebrales. También se agrega psiconutrición para mejorar los procesos metabólicos, los cuales ayudan a restaurar el agotamiento creado por el estrés emocional.

Con este novedoso enfoque se pueden resolver las adicciones al alcohol o las drogas, olvidar una traición amorosa, sanar de un divorcio traumático, superar la muerte de un ser querido, vencer la depresión o la angustia, adquirir una personalidad decidida, perder peso, borrar de la memoria un suceso indeseado, etc.

Sus comentarios al (664) 680-2592 de Tijuana, México; jorgehugo_garcia@yahoo.com.mx;

www.psynetica.com; www.psynetica.com.mx.

Share