
Paris Hilton recupera su libertad
Su puesta en libertad fue tan espectacular como lo fue su condena y sus días en prisión, el final de una saga que convirtió los alrededores de la prisión de mujeres de Lynnwood -un barrio industrial de Los Ángeles- en la fiesta más animada de toda la ciudad, iluminada por “flashes” de centenares de fotógrafos allí congregados.
Escoltada por guardas de la prisión que apenas contenían sus bostezos dada la hora, una sonriente Hilton cruzó el umbral de la cárcel como una Cenicienta que sale del palacio, pero en su caso poco después de las campanadas que marcaban la medianoche.
Como buena princesa de cuento de hadas, la joven heredera de 26 años había pasado antes por el servicio de la cárcel para cambiarse y sustituir el mono naranja de presidiaria por unos vaqueros azules, una camiseta blanca y una chaqueta verdosa con bordados, algo de maquillaje y el pelo recogido en una trenza.
Así se presentó ante los congregados en lo que recordaba más a una pasarela de moda que a una salida de la cárcel.
Eso sí, en lugar de alfombra roja el camino estuvo marcado por la cinta amarilla de plástico con la frase “no pasar” que utiliza la Policía para acordonar una zona.
Iluminada por los flashes y sin poder contener su alegría, Hilton dio pasitos cortos, coqueta, divertida e ilusionada a partes iguales.
Se dedicó a saludar a fotógrafos y seguidores por igual, chocando las manos al estilo de los baloncestistas hasta culminar en un gran abrazo a su madre, Kathy Hilton, que la esperaba montada en un “todo terreno” negro, la carroza para las princesas de cuento de hadas versión siglo XXI.
En el mundo de los mortales, esta entrañable escena de prensa rosa puso fin a un culebrón que comenzó en mayo cuando la joven modelo, actriz y, sobre todo, reina de la vida nocturna de Hollywood fue condenada a 45 días de prisión por incumplir la libertad condicional que le fue impuesta por conducir ebria en septiembre del año pasado.
La protagonista de “The Simple Life” se personó en el centro para mujeres sin su chihuahua la pasada noche del 3 de junio dispuesta a cumplir su condena y tras haberse despedido de su libertad con otro paseo por una verdadera alfombra roja en la entrega de premios MTV.
Sin embargo, unas 96 horas más tarde Hilton fue excarcelada y enviada a su casa para cumplir el resto de la sentencia bajo arresto domiciliario, una controvertida decisión que al día siguiente fue anulada por el juez encargado del caso, quien la volvió a mandar entre rejas entre las súplicas y las lágrimas de la reclusa.
Finalmente Hilton tan sólo tuvo que cumplir 23 días de su condena gracias a una reducción habitual por buena conducta.
Como declaró hoy Steve Whitmore, portavoz del “sheriff” del condado de Los Ángeles, Lee Baca, Hilton “ha pagado su deuda”.
Una nueva página se abre ahora por delante de una joven que ganó su popularidad gracias a ese vídeo “perdido y aparecido” en internet, que recogía una sesión de amor y sexo con su ex novio, pero que ahora habla de una nueva vida que suena más cercana a la madre Teresa de Calcuta.
En entrevistas telefónicas desde la cárcel o en comentarios de su familia y de su abogado, Richard Hutton, Hilton describió estos días como una experiencia que le ha cambiado la vida.
Ese cambio lo puede hacer patente en los próximos días, cuando se le presente la oportunidad de reducir su nueva libertad provisional, vigente hasta marzo de 2009, colaborando con “servicios a la comunidad” o con un anuncio para la televisión en el que advierta de los peligros de conducir bajo la influencia de alcohol o drogas.
Esas son algunas opciones legales, aunque la realidad mediática es que Hilton tiene una cita ineludible con la fama que tanto la hace sonreír con una entrevista ya concertada para mañana, miércoles, en la cadena de televisión CNN.