Niños y Adolescentes Conflictivos

Niños y Adolescentes Conflictivos

Psynetica News:

Los estudiantes referidos a nuestra Clínica fueron catalogados como de lento aprendizaje, con problemas de conducta, poca o nula memorización, dislexia, tartamudez, nerviosismo, déficit de atención e hiperactividad, llevando a los afligidos Padres a un doloroso peregrinar entre Psicólogos, Psiquiatras y Neurólogos.
Todo niño tiene habilidades y capacidades diferentes. Son los Padres, Maestros y las circunstancias los que afectan la personalidad del infante. Intentando darles buena educación, algunos Padres inscriben a sus hijos en escuelas donde el estándar educativo es muy exigente. Pero no todos los infantes pueden soportar la misma presión escolar.
Ningún niño o adolescente es igual a otro, ni siquiera a sus propios familiares. No piensan igual, no observan igual, ni tampoco tienen los mismos sentimientos. Muchas veces los progenitores tienen sueños de grandeza y planes fantásticos para sus vástagos, pero muy alejados de la capacidad intelectual y sobre todo, de la resistencia del menor a la frustración.
Los Maestros buscan en sus alumnos un nivel de inteligencia promedio, y sobre ese parámetro estructuran sus clases y aplican las reglas de autoridad. El fracaso del sistema educativo es que ha querido estandarizar la inteligencia de los educandos para simplificar la labor del Maestro. Las escuelas están dirigidas por personal agotado física y mentalmente.
Pocos Maestros tienen el tiempo y paciencia para penetrar en el cerebro de sus educandos, buscando el nutriente exacto que llene su sed de conocimiento y sus vacíos de afectos. Se ha olvidado el desarrollo de la capacidad emocional, y se le ha dado más importancia a la memorización y a una conducta sumisa, la cual es reforzada con diplomas.
Cada estudiante asimila su entorno y percibe a sus Maestros en forma muy diferente a lo señalado en los programas escolares. Esto es desesperante para los Mentores quienes buscan crear una inteligencia de término medio. Y la segregación le produce al escolar una profunda desorientación sobre el significado y objetivo de la escuela.
Que un Maestro muestre la devoción de modelar la mente y el corazón de sus educandos, es una noble tarea digna de mención y respeto. Pero nuestro sistema educativo depende de personas que controlan la economía del país, y están en contra de evolucionar los métodos de formación y educación.
La recomendación a esos afligidos padres es muy simple: cámbielo de salón, y si no es posible cámbielo de escuela, no importa cuántas veces pierda el año escolar. Porque lo más importante debe ser que su hijo(a) se sienta feliz en la escuela. Y si no aprende y se rebela, es porque no está de acuerdo con su entorno.
Un estudiante de cualquier edad, al saberse etiquetado y rechazado, tanto en la escuela como en su hogar, vive siempre infeliz. Un niño o adolescente aprende, sólo cuando es enseñado y dirigido con paciencia y en un ambiente de aceptación. Así podrá desarrollar no únicamente su capacidad intelectual sino lo más preciado, que es: su desarrollo emocional.

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