
Migrantes doblemente vulnerables en EU y México
Mientras se desvanece la posibilidad de una reforma migratoria en Estados Unidos, el patrón migratorio ha dado un vuelco inesperado por el que es urgente un dialogo binacional que no solo aborde el status quo de millones de indocumentados, de millones de atorados en trámites burocráticos, de millones de trabajos ocupados por individuos inelegibles; sino que además corrija las condiciones que crearon esta situación e instrumente nuevas políticas migratorias ahora insuficientes por el hecho de que ambos países envían y reciben migrantes vulnerables y de que existen amplios sectores de la población afectados por los nuevos flujos migratorios; tales como repatriados y niños no acompañados, de los cuales ambos gobiernos son responsables del acceso de estos grupos a los bienes sociales a los que tienen derecho.
El cambio en el patrón migratorio vigente, rompió el paradigma vigente durante 70 años, haciendo obsoleto los estudios que centran la responsabilidad de la migración sobre las políticas y prácticas administrativas en la legislación estadounidense, omitiendo la contribución mexicana al flujo migratorio y a las poblaciones resultantes, como es el saldo migratorio de retorno y sus hijos (binacionales) nacidos en EU, lo que plantea un análisis de las políticas mexicanas y su éxito o no en su reintegración.
Dos acontecimientos han definido el contexto actual de la migración en la última década: la peor crisis económica de Estados Unidos en 70 años y un nivel de control migratorio sin precedentes; aunado a niveles mucho más bajos de migración mexicana a EU y un gran contingente de migrantes de retorno localizado en México lo que exige una política activa e incluyente que refleje como los gobiernos estas reaccionando positivamente ante estos cambios.
La nueva dinámica demográfica en los flujos exige reconfigurar nuevas políticas públicas ahora insuficientes de estas nuevas poblaciones, cuyas condiciones presentes dificultan su integración e impiden su contribución sustantiva a las dos sociedades. Los censos y estadísticas oficiales afines en Estados Unidos y México, complementadas con las encuestas existentes e investigaciones de campo, revelan la nueva paradoja migratoria que exige de un nuevo sentido de responsabilidad compartida de ambos gobiernos e implica un cierto número de acciones positivas, independientemente de la reforma migratoria.
Tanto para México como para Estados Unidos, la política de atención a la situación de los migrantes vulnerables tiene que ser más sistemática y sostenida, y debe extenderse más allá del acento en la reforma de la política de admisión y residencia para plantear temas como el trabajo, la educación, la salud, la seguridad personal, dado que esta población tiene una doble vulnerabilidad, aunque pueden ser más emprendedores, están marginados para el acceso a una educación y capacitación laboral que les permita competir por mejores salarios. Si las políticas en México no les permiten ganarse la vida de manera adecuada, van a quedar rezagados y requerirán de programas sociales asistenciales que les presten atención de emergencia.