Melatonina: la hormona del sueño y la juventud

Melatonina: la hormona del sueño y la juventud

La melatonina ha suscitado desde siempre un gran interés científico.

Más allá de ser la responsable de nuestro ciclos de sueño y vigilia, es también la llave de nuestro reloj biológico. De hecho, para muchos es aquí donde se hallaría el ansiado secreto para detener el envejecimiento, para frenar el deterioro y llegar a edades más avanzadas gozando de un mejor estado físico y psicológico.
Algo así puede resultarnos a simple vista poco más que una quimera, un imposible. Sin embargo, el neuroendocrinólogo Walter Pierpaoli nos explica en su libro “El milagro de la melatonina” que sus investigaciones en el departamento de Medicina de la Universidad de Richmond (Virginia) están dando buenos resultados a nivel de laboratorio.
Cabe decir, eso sí, que aún debemos esperar alguna década para tener datos más concluyentes, pero eso no ha evitado que desde entonces, la fiebre por la melatonina se intensificara aún más desde que las industrias farmacéuticas vieran en ella un filón. Se sabe que en Estados Unidos, por ejemplo, llegan a producirse más de 20.000 frascos al día de melatonina sintética.
Muchas de estas personas que la consumen no lo hacen solo por regular un poco mejor sus ciclos de sueño. Se ha demostrado que la melatonina decae en la pubertad y que llegada la década de los 40 nuestro cuerpo reduce su síntesis de forma bastante drástica. Por tanto, la clave para mantener un poco más nuestra juventud estaría -en apariencia- en cubrir ese déficit de melatonina.
Sin embargo, las bondades de esta hormona van mucho más allá que detener la aparición de esa arruga o esa cana en nuestro cabello, puesto que su papel en nuestra salud y equilibrio psicológico es sencillamente asombroso.

¿Qué es la melatonina?
La melatonina o N-acetil-5-metoxitriptamina es una hormona que se sintetiza a partir del triptófano y que se produce en la glándula pineal. Asimismo, es interesante saber que no solo las personas y los animales disponemos de este sofisticado y preciado elemento biológico, también está presente en las bacterias, hongos y en algunas algas. Es, por así decirlo, la llave de la vida.
Por otro lado, y para que pueda producirse con normalidad, necesita recibir los diferentes patrones de luz y oscuridad que se suceden a lo largo del día. Esa combinación entre el estímulo lumínico que nos llega desde la retina, los pinealocitos en la glándula pineal y el núcleo supraquiasmático del hipotálamo son los que orquestan su síntesis.
Se sabe por ejemplo que alrededor de las 8:00 pm, nuestro nivel de melatonina comienza a subir. Aumentará de forma progresiva hasta más o menos las 3:00 am de la mañana, instante además en que nuestra temperatura corporal suele ser más baja. Es lo que los científicos llaman “tiempo biológico cero”. A partir de este momento, el nivel de melatonina decae de nuevo.

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