Mamá: Tengo Síndrome de Down

Francesca Guízar

La ilusión de traer un hijo al mundo suele ser un evento que por su naturaleza está rodeado de alegría, no obstante, hay ocasiones en que se puede recibir una noticia que a simple vista puede parecer poco alentadora: el bebé tiene Síndrome de Down.
Los padres que atraviesas por esta dura experiencia se sienten desilusionados por no haber tenido un bebé sano: “Mientras se vive el embarazo se planea y construye una vida e incluso se proyecta un futuro de la mano de un hijo que tendrá plenitud de funciones físicas y mentales, cuando esto no ocurre los padres pasan por un proceso de duelo, ya que representa una pérdida el hecho de que no puedan ver cristalizadas sus ilusiones, también les duele pensar en cómo será la vida de ese niño y sobre todo, muestran temor a lo que les puede esperar; temen que sean sujetos de burlas, que no tengan un desarrollo pleno y por lo mismo sean incapaces de bastarse a sí mismos. Lo mejor en estos casos es darle cause al proceso conocido como elaboración del duelo”, explica el doctor Manuel González Oscoy, catedrático de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Juntos por el camino
Cuando tú y tu compañero han llegado al punto de aceptar su nueva condición de vida, el sendero se vislumbra más claro, ahora estarán en condiciones de buscar las mejores alternativas para un buen desarrollo. Al respecto, el especialista menciona la importancia de corroborar el diagnóstico médico y definir qué nivel de discapacidad tiene, esto con el fin de tener muy claro qué expectativas pueden tenerse en cuanto a sus capacidades y evitar con esto que se presente una nueva desilusión.
El doctor Gerardo Espinoza, catedrático de la Facultad de Medicina de la UNAM, afirma que: “Aunque hay rasgos físicos en el niño que pueden dejar al descubierto la presencia de este síndrome, es necesario constatar la información. Cuando ya se ha confirmado, hay que establecer qué coeficiente intelectual tiene, normalmente el promedio en estos pequeños es de 50, sin embargo, algunos puedes desarrollarlo por encima de esa cifra. En la actualidad existen terapias de integración y formación que permiten que logren incorporarse con plenitud a la sociedad, sin embargo, hay que buscar la intervención temprana para que puedan explotar al máximo sus habilidades”.
Es posible que te preguntes qué puedes esperar en respuesta a su desarrollo. La respuesta es gratificante, comenta el doctor Espinoza: “Ellos pueden hacer la mayoría de las cosas que hace un niño sano, la diferencia radica en el tiempo que tardará en lograrlo, además de que requerirá de reforzar lo aprendido constantemente”.

El apoyo siempre llega
El sentimiento de desamparo se presenta con mucha frecuencia en estos casos, así lo explica el doctor Manuel González Oscoy: “Los padres pueden sentirse así cuando se dan cuenta que quienes los rodean tienen otra circunstancia de vida, pueden sentir a su hijo desvalido, pero aquí va a jugar un papel fundamental el tratamiento que ellos le den. De inicio los papás deben saber que hay centros a los que pueden acudir para que no solamente sus hijos sean preparados para incorporarse al mundo, sino que hay áreas especializadas para que ellos también sean apoyados en este trance, sepan cómo educar a su pequeño, además de recibir la ayuda psicológica que se requiere en estos casos para mantenerse fuertes, reforzar la autoestima e incluso encontrar el consuelo y el consejo en personas que están familiarizadas con el síndrome”
El camino puede parecer complicado, pero no hay nada por difícil que parezca, que acompañado del amor, el entusiasmo y la perseverancia, no se pueda resolver y convertirse en una oportunidad para aprender y crecer; en este caso, de la mano de un niño que desde el momento de nacer ha puesto su confianza y su porvenir en ti, con la seguridad de que juntos van a vencer todos los miedos.

Fundación México Unido
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