Maltrato: cuando los niños sufren

La jueza Marielssa Bernard, de la Corte de Distrito del condado de Montgomery, en Maryland, ha estado frente a decenas de historias de violencia doméstica. Pero su memoria se marcó a fuego con un caso de sus días de abogada.

Terribles casos

“La mujer había denunciado a su esposo por maltrato e inmediatamente se le entregó a él una orden de restricción que le prohibía acercarse a su familia. Ese día, ella decidió cambiar la cerradura de su apartamento, por temor a que el hombre regresara. Y lo hizo esa misma noche: trepó dos pisos, entró por el balcón y mató a su mujer a cuchilladas. La hija, que vió el crimen fue la que llamó al 911”.

Expertos coinciden en que pocas veces el agresor y el agredido están en condiciones de medir el costo psíquico que implica para un hijo ser testigo de la violencia entre los padres. Por eso, en el Mes de la Prevención de la Violencia contra la Mujer, que se conmemora cada octubre, este tema está de nuevo sobre el tapete.

María del Carmen Fernández Alonso, de la Organización Mundial de la Salud (OMS) define una lista de lista de consecuencias en niños que han visto como el padre agrede a la madre, comprobadas en el corto y mediano plazo:

– Riesgo de alteración de su desarrollo integral.

– Sentimientos de amenaza (piensa que su equilibrio emocional y su salud física están en peligro luego de ver las escenas de violencia).

– Dificultades de aprendizaje.

– Problemas en la socialización.

– Adopción de comportamientos violentos con sus propios compañeros.

– Aumento de trastornos psicosomáticos.

A más largo plazo se ha observado lo que científicamente se llama “violencia transgeneracional”. Se ha establecido que niños que han vivido la violencia en el hogar tienen mayor riesgo de repetir el modelo en sus propias vidas de adultos.

“Uno de los pasos más importantes es lograr que el niño no sienta culpa, que no se considere responsable por lo que le está pasando a su familia”, explica Carla González, terapeuta familiar.

“Y el trabajo de los padres y del psicólogo, si se llega a esa instancia, es ayudarlo a exteriorizar sus emociones: no hay caso más difícil que el de aquél niño que se encierra en un mutismo, en una fortaleza emocional, a la que es muy difícil ingresar”, agrega.

Un agravante, comprobó un estudio de la OMS realizado en 50 países de los cinco continentes, es que en el 50 por ciento de los casos de maltrato, las víctimas se desquitan lastimando a sus propios hijos. “Muchas veces la mujer entra en una profunda depresión producto del maltrato lo que la inhabilita para velar por sus hijos. Por eso, asegura González, el profesional de salud debe estar alerta ante cualquier signo de agresión en el niño”.

Frente a estos escenarios, los especialistas enfatizan que hay que enseñarle al niño mecanismos de autoprotección: a identificar una situación peligrosa, que sepa a quién pedir ayuda o a qué teléfono llamar frente a una situación de riesgo.

Y, por supuesto, coinciden en que el primer paso para comenzar el arduo camino de la recuperación familiar, es que la madre denuncie el abuso y pida ayuda. “Si estas terribles tensiones siguen manteniéndose puertas adentro del hogar, será muy difícil que la mujer y sus hijos puedan tener una vida digna”, destaca el documento Violencia contra las mujeres: responde el sector salud.

El mismo texto destaca que una de las principales acciones contra el agresor es colocarlo bajo la luz pública. “Cuando la mujer da ese paso, comenzará un proceso de fortalecimiento que la ayudará a volver a tomar las riendas de su vida, condición esencial para recuperar la confianza en sí misma y para proteger y ayudar a sus hijos”, finaliza González.

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