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Los alimentos anti cáncer

¿Sabías que una familia de verduras ayuda a evitar el cáncer del pulmón? ¿O que un popular vegetal no sólo ahuyenta a los vampiros, sino también a ciertos agentes tumorales? Algunas de las medicinas más eficaces y baratas para prevenir el cáncer están al alcance de la mano, o mejor dicho de tu boca: ¡en la nevera, la mesa o la despensa!

Coles y ajos,

oncoprotectoras

Los expertos son tajantes: no existen los “alimentos milagro”que ayuden a por si solos a prevenir las enfermedades cancerosas, aunque si se sabe que mantener una dieta bajas en grasas y productos industriales, y rica en frutas, verduras y comidas naturales actúa como un elemento de protección.

Las últimas investigaciones científicas parecen confirmar una de las claves de la denominada dieta oncoprotectora: ¡cuántas más ingredientes vegetales incluyas en tu menú, más a salvo del cáncer estarán tus células y tejidos.

Las coles ayuda a evitar el cáncer pulmón. El consumo semanal de los vegetales comestibles de la familia de las coles, como el brócoli, el repollo y la berza, pueden reducir el riesgo de cáncer de pulmón, en las personas con una constitución genética que los predispone a padecer la enfermedad.

Según los autores del estudio, el Grupo de Epidemiología Genética de la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer en Lyon, Francia, las verduras crucíferas son ricas en isotiocianatos, unas sustancias que tienen propiedades protectoras específicas contra el carcinoma pulmonar.

El ajo desactiva los carcinógenos de la cocción. Al cocer las carnes y huevos a altas temperaturas, se libera un químico llamado PhIP, que puede hacer que algunas sustancias del cuerpo se transformen y produzcan cáncer o dañen el código genético o ADN.

Un componente del sabor del ajo, el dialil sulfido o DAS, parece inhibir los efectos del PhIP, de acuerdo a los últimos hallazgos presentados en la reunión de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer, en Baltimore, Estados Unidos. Los expertos creen que agregar este bulbo a la dieta puede beneficiar la salud.

Semillas, aceites

y vegetales,

antitumor

Los granos y semillas son antitumorales naturales. Científicos del Colegio Universitario de Londres (UCL) han descubierto un nuevo y potente compuesto anticancerígeno en la comida diaria: el inositol pentaquifosfato, que se encuentra en judías, nueces y cereales y que inhibe una enzima implicada en el crecimiento de tumores.

Los resultados de esta investigación, sugieren que una dieta rica en estos alimentos vegetales puede ayudar a prevenir el cáncer, e incluso creen que este compuesto inhibidor ofrece una nueva herramienta para las terapias contra el cáncer.

Los aceites de oliva y lino protegen la mama. En los últimos años se han efectuado diversos estudios en Italia, Grecia y España en los que se concluye que existe una reducción del 25 por ciento en el riesgo de padecer cáncer de mama cuando se comparan mujeres que consumen grandes cantidades de aceite de oliva virgen con aquellas que consumen otro tipo de aceite o grasa.

Otro alimento que parece favorecer el equilibrio hormonal y reducir el riesgo de cáncer de mama es el aceite de lino. Al ser rico en ácidos grasos omega 3 ayuda a combatir el exceso de prostaglandinas tipo 2, que son muy inflamatorias, tienen gran capacidad de acumularse en los conductos mamarios y favorecen los procesos neoplásicos de la mama.

La dieta vegetal retrasa la enfermedad de la próstata. Cuando el carcinoma de próstata reaparece, consumir una dieta rica en granos integrales, vegetales, frutas y legumbres, y reducir el nivel de estrés mediante técnicas como la meditación, el yoga o el tai- chi, puede ayudar a demorar la progresión de la enfermedad, según un estudio reciente.

Un equipo del Centro del Cáncer Moores UCSD en La Jolla, California, Estados Unidos, estudió si una dieta vegetariana puede ser otra forma de reducir el avance del cáncer de próstata recurrente, ya que se atribuye a la alimentación de tipo occidental, rica en proteína animal y reducida en verdura, la capacidad de acelerar la progresión de la enfermedad.

En los pacientes que modificaron su la dieta durante seis meses, se desaceleró la tasa de aumento del antígeno prostático específico, o PSA, considerado uno de los mejores indicadores de la evolución del cáncer. En algunos de ellos incluso se redujo el nivel de PSA.

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