Lo que deben aprender los niños sobre el dinero
Como hemos comentado en otras ocasiones, el legado más importante que podemos dejar a nuestros hijos es el de la educación.
En ese sentido, uno de los aspectos más importantes es la educación financiera, que no se enseña en las escuelas.
Desde luego, la educación financiera como cualquier tipo de enseñanza, debe ser progresiva. Es decir, de nada sirve sentarnos una noche con nuestros hijos adolescentes para darles un sermón y olvidarnos del asunto.
La instrucción debe comenzar cuando nuestros hijos están en una edad temprana, y debe ser reforzada a medida que van creciendo.
La forma más fácil de enseñar a nuestros hijos, cuando son pequeños, es mediante una combinación de los siguientes factores:
1. Fomentar el hábito del ahorro. Lograr esto es relativamente fácil y requiere únicamente de la ayuda de una pequeña alcancía.
Entregue a sus hijos de forma diaria todo el cambio que le haya sobrado en el día. A los niños, cuando son pequeños, les divertirá ver caer monedas dentro. Si lo hace con regularidad, ellos aprenderán que la base del ahorro es la constancia.
Una vez que la alcancía se haya llenado, lleve con ellos esas monedas al banco para depositarlas en una cuenta separada. Poco a poco, inviértalas para que sus hijos vean crecer esos ahorros.
2. Enseñarles el valor del trabajo. A medida que los niños crecen, suelen incrementar su deseo por juguetes, ropa o artículos deportivos.
En ocasiones, pueden frustrarse al ver que necesitarán de muchos meses para juntar el monto que les permita adquirir algunos de estos artículos (sus metas).
Puede usted contribuir, si impulsa a sus hijos a realizar pequeños trabajos remunerados en el hogar, como podría ser lavar el auto o los platos.
De esta forma ellos podrán obtener ingreso adicional que les permita llegar más rápidamente a sus objetivos, mientras aprenden el valor del trabajo.
3. Crear un fondo para sus estudios universitarios. Realmente uno debe separar una cantidad muy pequeña cada mes para garantizar los estudios superiores de sus hijos, si se comienza este fondo desde que ellos nacen (o incluso antes). Cuando sus hijos sean pequeños, muéstreles este fondo.
Además, el producto de lo que ahorra en la alcancía con ellos puede depositarse aquí, para incrementarlo. Haga que sus hijos, a medida que crecen, se involucren activamente en el manejo del portafolio de inversión que tenga para este fin, y tomen decisiones con usted.
Incluso, puede pedirles cada vez que les entregue un “domingo” o “mesada”, que contribuyan a este fondo por lo menos con 10% de lo que reciben periódicamente.
Un fuerte incentivo para que ellos se interesen, puede ser garantizarles que si sus ingresos son suficientes para afrontar el pago de los estudios universitarios sin hacer uso de este fondo (o haciendo uso parcialmente), el monto acumulado al finalizar estos estudios será entregado a ellos.
Es decir, tendrán un capital con el cual comenzar más fácilmente.
4. Permitirles administrar sus propios recursos. Las cuentas bancarias infantiles pueden ser una herramienta didáctica importante, siempre que sean utilizadas de forma inteligente.
Enseñe a sus hijos que sirven para administrar sus recursos de corto plazo, no para invertir, ya que la tasa de interés que pagan es ínfima y por debajo de la inflación.
No en todos los paises está permitido hacer inversiones, por ejemplo en fondos de inversión, a nombre de menores de edad. En Estados Unidos, existen numerosas herramientas que permiten algún tipo de inversión aún para menores; Unos cuantos ejemplos serían: Los Bonos de Ahorro, respaldados por la fe y crédito del gobierno de los Estados Unidos; las Cuentas IRA educacionales, los planes conocidos como 529, por la normativa que los estipula bajo la Ley de Impuestos sobre la renta, y otras cuentas especiales de este estilo.
En México no se permite la apertura de cuentas de inversión (por ejemplo en una operadora de fondos de inversión) para niños; sin embargo, los padres pueden tener una cuenta separada dedicada exclusivamente a las finanzas de sus hijos.
5. Involucrarlos activamente en las finanzas del hogar. En muchas familias, el tema del dinero suele ser un tabú. Muchos hijos no saben lo que ganan sus padres, las deudas del hogar, los activos y los pasivos.
Si usted no fomenta la discusión acerca del dinero, ellos desarrollarán un miedo innecesario, aprenderán equivocadamente, que es malo hablar del tema. Por el contrario, si los niños son parte de estas discusiones, e incluso les es permitido contribuir, desarrollarán su talento natural para el manejo de sus Finanzas Personales.
Observarán la reacción de sus padres, podrán dar opiniones (lo cual fortalece el proceso de inteligencia financiera) e incluso, porqué no, a la larga podrían apoyarle a solucionar problemas financieros.