Las Relaciones Compartidas

Muchas impredecibles circunstancias intervienen para involucrarse en un triangulo amoroso. No es nada fácil entrar en una relación compartida, ya sea con personas casadas o solteras. No todas las personas tienen esa capacidad, para compartir su amor con terceras o más personas. Desdeluego que no es una situación cómoda, sobre todo cuando no existe el mismo nivel de evolución emocional y de compromiso entre las partes involucradas.
Aunque este fenómeno social no es nuevo, actualmente se están presentando con más frecuencia las relaciones compartidas, tanto así que el código civil les ha dado el titulo de concubinato, tratando de proteger los derechos de los participantes, aunque en su contenido no se hayan establecido muy claramente los aspectos morales o legales de sus obligaciones.
Todos los seres vivos necesitan del afecto porque es el principal nutriente del espíritu. Nadie puede vivir largo tiempo sin amor, caricias o expresiones de ternura. A los seres vivos nos es indispensable pertenecer a algo a alguien, porque otra manera la existencia no tendría sentido. Y para llenar esta carencia se han inventado las asociaciones políticas, filosóficas, sociales, religiosas, etc. Al ser humano le es indispensable creer, y sobre todo sentir, que no esta solo en este mundo.
El sentimiento de soledad es lo que le impulsa a congregarse. Se trata des una necesidad innata e imperiosa, que lleva a muchas personas a aceptar, a veces sin proponérselo, una relación triangulada con tal de llenar su profunda necesidad de amor y pertenencia. Entrar a una relación así puede parecer fácil al principio, pero se trata de un largo proceso de adaptación, en donde el aceptar, ceder y perdonar a cada momento ante situaciones y emociones desconocidas se vuelve una constante desdicha.
En occidente, y debido a los conceptos morales o religiosos imperantes, algunas personas pueden rechazar la idea de compartir a su persona amada o entrar a un triángulo amoroso. Pero la realidad es que 8 de cada 10 matrimonios viven en este predicamento a sabiendas, o sin siquiera imaginarlo. Esto ha venido creando una complicada gama de conflictos, que al ser descubiertos concluyen en violencias y rencores que desbaratan el entramado donde se apoya la familia tradicional, esa que ha dictado que la relación solo debe ser: un hombre para una mujer.
Pero la realidad es muy diferente a las formas convencionales del vivir en pareja, ya que existen distintas maneras de entender una relación sentimental. Todo depende del proyecto de vida y la intensidad de la necesidad interior de cada cual Y la verdad es que el acuerdo, ya sea legal o solo verbal, que se establece entre dos personas pertenece al ámbito de la vida muy privada, y cadaquien puede redactarlo como guste.
Los acuerdos pueden llegar a establecerse, pero el cumplirlos dependerá de la interpretación que se les dé, y el nivel de compromiso y responsabilidad que posea cada quien. Porque las crisis se inician cuando cada uno entiende la relación en forma muy diferente, por lo que pretender llegar a acuerdos y exigir su cumplimiento se hace casi imposible, iniciándose así los conflictos de adaptación. Por lo regular, el hombre entiende la relación en forma sexual y la mujer se compromete en forma emocional.
Actualmente las relaciones compartidas se dan con más frecuencias en las redes sociales. Se ha presentado una desesperada búsqueda por romance, y el Internet ha facilitado la congregación de personas solitarias, alimentando sus fantasías en un ámbito virtual, sin el compromiso y las desilusiones que conlleva el contacto personal. Esto implica el riesgo de que una persona pueda estar manejando varias relaciones al mismo tiempo, sin que sea fácil poderle descubrir.
Encontrar la relación idónea toma mucho tiempo, ya que llegar a consolidarla es un largo e interminable proceso de adaptación, es un esfuerzo de 24 horas, y no una situación que se consolide en un momento de romántica aceptación. Una relación compartida no es recomendable para todo mundo, ya que se debe tener un criterio muy amplio y el valor de sostenerse firme ante los embates de una sociedad que externamente la desaprueba, pero que a tras muros vive ocultando su innegable realidad.

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