<!--:es-->La Virgen de Guadalupe
Icono cultural de las Américas<!--:-->

La Virgen de Guadalupe Icono cultural de las Américas

No hay muchos símbolos más vinculados con México como lo es la Virgen de Guadalupe. Un verdadero ritual rodea las celebraciones en su honor el 12 de diciembre. En México y en muchas ciudades del mundo donde existen grandes comunidades mexicanas hay misas, procesiones, bailes y cánticos, incluso fuegos artificiales en algunos lugares.

Patrona de América

Pero lo que muchos quizás no saben es que ella no es solamente “Reina de México”, sino “Patrona de América”. O sea que si usted es un católico y vive en éste continente, ella es su patrona también.

Seguramente la Iglesia Católica quiso aprovecharse de su magnetismo para atraer a más fieles del continente. Pero cualquiera que haya sido la razón, se ha dedicado a elevar su imagen y su nombre por siglos.

Espero que no sea un sacrilegio decir esto, pero creo que el Papa Juan Pablo II estaba obsesionado con la Virgen de Guadalupe. Desde que hizo su primer viaje a México, en 1979, el primero al exterior como Papa, declaró su admiración por “La Virgen Morena”.

Juan Diego

Su historia va algo así. Un día cuando un indígena mexicano de nombre Juan Diego cruzaba una desierta colina rumbo a misa, fue detenido de repente por una luz brillante. Ante él apareció una hermosa mujer de piel morena que se anunció como la Virgen María. Ella le pidió que le dijera al obispo que ella quería que se construyera un templo en su honor en la colina del Tepeyac. Ocurrió el 9 de diciembre de 1531.

Cuando Juan Diego cumplió la petición, el obispo incrédulo le pidió que regresara con una prueba de la aparición. El 12 de diciembre Juan Diego regresó a la colina y otra vez vio a la mujer y le dijo cual era la exigencia del obispo.

Ella le pidió entonces que recogiera algunas flores de la desolada colina en su manto y que se las llevara al obispo como prueba de su existencia.

Cuando Juan Diego llegó donde el obispo y abrió su capa para dejar caer las rosas, se vio una imagen perfectamente clara de la virgen. El templo fue construido y luego reemplazado por uno más grande. El Vaticano reconoció el milagro más de 200 años después.

Elevado a los altares

Durante siglos este relato ha sido un símbolo de la historia cultural y espiritual de México, pero durante el mismo tiempo ha sido cuestionada e investigada una y otra vez.

El Santo Padre Juan Pablo II hizo lo posible por despejar dudas. Beatificó al indio Juan Diego en 1990 y dedicó una capilla en La Basílica de San Pedro a la Virgen de Guadalupe, en 1992. En 1999 la denominó “Patrona de América” y Juan Diego por último fue canonizado en 2002 en una elaborada ceremonia que atrajo a millones de personas de todo el mundo.

En medio del proceso, parte de la oposición a la santificación de Juan Diego vino de una fuente improbable. Guillermo Schulenberg, el abad de la Basílica de Guadalupe durante más de 25 años, puso en duda la historia de Juan Diego y por ende la existencia de la Virgen de Guadalupe. Sugirió que Juan Diego fue más un culto que realidad. Un mes después de sus polémicos comentarios, fue forzado a renunciar.

Icono cultural

La Virgen de Guadalupe es, literalmente, sobrenatural. Es más que una figura religiosa, es un ícono cultural. La Basílica de Guadalupe es el segundo centro católico más visitado en el mundo después del Vaticano. Su imagen ha sido comercializada en todas formas, desde pinturas y sellos hasta ropa y joyas.

Usted puede verla colgada o pintada en el vidrio trasero de un vehículo o tatuada en el brazo de una persona. Su imagen es idolatrada hasta en los grupos más despiadados. En Los Ángeles, California, por ejemplo, algunos negocios tienen murales de la Virgen de Guadalupe pintados en sus paredes para evitar que pandilleros dibujen graffiti en ellas.

Algunos creen que la Virgen de Guadalupe puede hacer milagros. En un intento aparente por atraer a votantes hispanos, el ex candidato presidencial Republicano, John McCain, visitó la Basílica de Guadalupe durante un viaje a México en julio pasado. Quizás no le funcionó ésta vez, pero por si acaso no es una mala idea mantener a la virgencita de su lado.

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