La Ventaja de tu Problema

Un conflicto de cualquier índole, es una llamada de atención que nos invita a corregir nuestra vida por el sendero que nos sea más adecuado. Nadie nos había explicado que de todos nuestros problemas obtenemos innumerables ventajas. Si nos permitimos un instante para meditar, y sin culpar a nadie, nos daremos cuenta que un sufrimiento nos proporciona muchas enseñanzas que desconocíamos o habíamos evitado comprender.
Una pena sentimental nos sirve para darnos cuenta de que algo en nuestra vida afectiva está mal enfocado. Lo más probable es que estemos comunicando nuestros sentimientos con las palabras o las acciones equivocadas, y que por lo consiguiente, se estén obteniendo resultados opuestos. O posiblemente, la persona que hemos escogido no ha sido la más adecuada para satisfacer nuestras necesidades, o tampoco nosotros para llenar las suyas.
Con el tiempo nos vamos dando cuenta que no existen las almas gemelas, tan solo afinidades. Y estas pueden presentarse con cualquier persona en el instante menos esperado. Pero estas afinidades no siempre son permanentes, algunas veces solo llegan a ser temporales o pasajeras. Entonces entramos en crisis porque deseamos que nuestra fantasía cobre realidad eterna.
Un conflicto entre lo que deseamos creer como nuestra verdad, o el choque de nuestras fantasías contra una realidad brutal, nos provoca confusiones mentales y desasosiegos. Pero si no hubiese sido por ese conflicto, jamás nos habríamos dado cuenta del engañoso escenario donde estábamos actuando. Es innegable que despertar a la triste realidad será siempre doloroso, porque las lecciones de la Vida no siempre son gratas, pero nos hacen madurar, aunque no de inmediato.
No todas las personas evolucionan al mismo tiempo, ni piensan igual, y tampoco aman de la misma forma. No todas adquieren el criterio o desarrollan el sentido común para analizar los detalles más simples y obvios. Cada cerebro va creciendo a su tiempo y a su paso. Algunas personas se toman más tiempo que otras para madurar, ya se intelectual o emocionalmente, y no se les puede urgir a comprender con solo consejos o reprimendas.
La frustración provocada por un proyecto que se nos derrumba, una relación que se frustra, o un trabajo que se vuelve imposible, nos brinda la oportunidad de poder descubrir nuestras capacidades internas y así modificar nuestra realidad. Las situaciones frustrantes nos enseñan que en la Vida no existe la perfección, y que para evolucionar sólo disponemos de las equivocaciones, del perdón y del olvido. Porque a pesar de nuestros miles de intentos, aún nos somos dioses, pero las equivocaciones nos impulsarán a desarrollar el hábito de la perseverancia para llegar a lograrlo.
La existencia es un constante volver a intentarlo. Es espolear nuestra voluntad con cada respiración, para darle la fuerza de realizar un nuevo ensayo, una y mil veces más. Es tomar la rienda de nuestra decisión y dirigirla con mano firme hacia nuestro objetivo sin claudicar jamás, porque en la vida no existen las derrotas, sólo eternos desafíos.
Debemos aprender a vivir con lo inesperado que se nos va presentando cada nuevo día, para que el diario transcurrir sea una interminable sorpresa que nos impulse a vivir un día más. En la vida triunfa quien es perseverante ante lo imprevisto, ante lo no calculado o ante lo abrumador de lo jamás imaginado, porque a través de sus múltiples errores ha aprendido a enfrentar los embates de la fatalidad, y todas sus equivocaciones las ha transformado en resonantes victorias.
Un conflicto cualquiera, es un reto hecho a la medida de nuestra capacidad para resolverlo. Sin embargo, el verdadero reto es a nuestra valentía para tomar las decisiones que modifiquen nuestro entorno. Atreverse lo es todo. El valor, la decisión del cambio y la audacia, son las virtudes que distinguen a las personas Emocionalmente Inteligentes.

Share