La piel, vestido natural del cuerpo

La piel es la capa que rodea y cubre todo el cuerpo y es el órgano más grande en extensión.

Dependiendo de la raza, edad, herencia, clima y estado de salud, la piel presenta diferentes tonos de color determinados por la melanina y desempeña varias funciones, entre las que están: la sensibilidad, ya que es el sentido del tacto, la eliminación de sustancias tóxicas del organismo por medio del sudor, la protección de los órganos internos y el mantenimiento de la temperatura corporal.

Según la parte del cuerpo, tiene diferentes formas de presentación, es lisa en algunas partes, rugosa en otras para facilitar los movimientos de los huesos y músculos, está libre de vello en ciertas áreas y con pelo abundante en otras, como la cabeza.

Es gruesa en las palmas de las manos y plantas de los pies y muy delgada en los párpados, firme en las regiones óseas como la frente y fláccida en las partes blandas como los testículos.

La piel es como una “tarjeta de presentación”, refleja el estado de salud y las emociones como el miedo, la ansiedad o la pena y requiere de mucha higiene y cuidados como una adecuada alimentación.

Como está en contacto con el medio que nos rodea, se le deben dar cuidados especiales ya que el sol o muchos contaminantes ambientales pueden hacer que cambie de color, se manche, deshidrate o cambie de textura, y aunque la edad no se puede ocultar por sus efectos en ella, ahora existen muchos tratamientos para cada una de sus partes, lo que permite retrasar el envejecimiento prematuro y otros problemas.

Está formada por 3 capas: la epidermis, la dermis y la hipodermis.

En la epidermis se localizan varias capas de células planas y las células que dan pigmento a la piel, llamadas melanocitos. También hay otras células nerviosas qlue tienen una función hormonal y otras más que producen una sustancia oleaginosa, que sirve como barrera para los líquidos corporales y para la formación de lípidos.

Entre la epidermis y la dermis se localiza la membrana basal que controla el intercambio celular entre los dos tejidos e interviene en el proceso de curación de las heridas. Tiene una función protectora contra los traumatismos y en ella se deposita el agua, la sangre y los electolitos. Una de sus capas tiene las fibras que dan resistencia y elasticidad a la piel y los músculos erectores de los vellos y pelos.

La dermis, es un tejido fibroso, mucho más grueso que la epidermis. Contiene los apéndices que dan origen a los vellos, pelos y uñas y ahí se localizan las glándulas sudoríparas y las sebáceas.

Las glándulas sudoríparas producen una secreción ácida que controla y limita el crecimiento de bacterias y las glándulas sebáceas producen el sebo, formado por gotitas de lípidos y restos celulares. La función del sebo es lubricar la piel y estas glándulas se localizan especialmente en el cuero cabelludo, la cara, en la línea media del pecho y la espalda, en el conducto auditivo externo y en el área genital y anal.

La piel puede enfermarse por muchos motivos, enfermedades infecciosas, virales y hongos.

La higiene, una adecuada alimentación y el tomar por lo menos 8 vasos de agua al día, son la mejor herramienta para conservarla saludable. Y ahora existen diversos productos para proteger la piel y conservarla bella.

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