La otra cara del partido Republicano es Latina
El crecimiento y la evolución de la población latina en Estados Unidos ha dado paso a una diversificación de los hispanos en múltiples ramas, y la política no es la excepción.
Si alguna vez se creía que ser latino era equivalente a ser demócrata, los nuevos rostros del partido republicano son una clara señal de que esta tendencia ha dado un giro significativo.
Entre las nuevas caras del partido republicano, que han ganado seguidores más allá del electorado latino, se encuentran el gobernador de Nevada, Brian Sandoval, así como la gobernadora de Nuevo México, Susana Martínez, y el senador de Florida Marco Rubio, cuyos nombres se rumoran como posibles candidatos vicepresidenciales para el 2012.
Aunque el Great Old Party (GOP) ha dado la espalda a iniciativas típicamente asociadas con los hispanos, como el candente tema de la reforma migratoria, también ha ofrecido una alternativa a los votantes latinos que decepcionados del partido demócrata se han distanciado de este.
Dice el Consejo Nacional de La Raza (NCLR) que para los hispanos el tema de la reforma migratoria es la prioridad número uno, incluso por delante de la economía, la educación y los servicios de salud. Al menos así lo decidieron los asistentes a la conferencia anual que esta organización llevó a cabo el pasado junio. Y es que para el 45 por ciento de los que respondieron a una encuesta, la inmigración es el tema prioritario, mientras que el 25 por ciento se inclinó por el empleo y la economía, el 21 por ciento por la educación y solo el 6 por ciento por la salud.
El columnista Rubén Navarrette, considera que, aunque los latinos tienen otros intereses, el asunto de la inmigración ayuda a definir la relación entre los hispanos y los partidos políticos, para que estos escuchen lo que tienen que decir sobre otros asuntos.
De latinos a latinos
Con unos 50,5 millones de hispanos en la nación, la creciente afiliación hispana al partido republicano resulta en parte un fenómeno natural que corresponde al crecimiento de esta población.
“Es inevitable que más y más hispanos se identifiquen con el movimiento republicano porque esta comunidad está creciendo de manera impresionante”, dijo Israel Ortega, portavoz de Heritage Libertad.
Ciertamente no es lo mismo ser un inmigrante latinoamericano que se ha enfrentado a un complicado sistema migratorio en EE.UU., que un hispano de segunda o tercera generación nacido en esta nación… así como tampoco es lo mismo ser latino de origen mexicano en Los Ángeles, que de origen boricua en Nueva York o cubano en Miami.
Aunque la mayoría de los hispanos que han llegado a ocupar puestos públicos lo han hecho a través del partido demócrata y con posturas más bien liberales sobre la inmigración, unos cuantos se han decidido por tomar otro camino.
En Florida, el hijo del exilio cubano, el republicano Marco Rubio, se abrió paso al Senado apoyando la aprobación de leyes contra indocumentados como la famosa SB1070 de Arizona, y promoviendo el inglés como el idioma oficial de la nación.
Por otra parte, la mexicoamericana Susana Martínez se convirtió en gobernadora de Nuevo México, tras una campaña electoral de fuerte oposición a la inmigración indocumentada, que pretendía prohibir la expedición de licencias de conducir a indocumentados y reforzar la seguridad en la frontera. Ya electa y al mando del estado, se destapó como nieta de un indocumentado. Algunas voces latinas de la opinión pública saltaron para calificar este hecho como una contradicción mientras que otros defendieron la postura de Martínez.
“Hay un estereotipo de que los hispanos deben estar a favor de políticas diferentes a las que yo estoy expresando, y eso no es lo que yo estoy encontrando”, dijo la republicana.
Él columnista Navarrette pidió a Martínez que respondiera a quienes la acusaban de hipócrita:
“Estoy orgullosa de mi acervo cultural. Pero el hecho de que sea una estadounidense orgullosa de sus ancestros mexicanos no tiene nada que ver con mi responsabilidad y deber como gobernadora, de asegurarme de que los habitantes de Nuevo México estén protegidos”, dijo la gobernadora.
Navarrette agregó que “Martínez no es culpable de hipocresía (…). Pero es culpable de algo mucho peor en la opinión de algunos, de ser una republicana hispana”.
¿Una alternativa o estrategia política?
Diversas organizaciones que pretenden informar a los latinos sobre el partido republicano y enlistarlos entre sus electores han cobrado fuerza recientemente.
“Muchos hispanos no conocen a los republicanos, y a la vez piensan que ellos no tienen mucho conocimiento de la comunidad latina. Creen que son anti-inmigrantes o incluso racistas, y estos son factores que hacen difícil que el partido republicano pueda crecer entre los hispanos”, dijo Ortega, de Heritage Libertad. “En general, estamos a favor de la inmigración legal, pero en contra de la inmigración ilegal”.
Aunque las grandes figuras hispanas y republicanas son contadas, el GOP se asegura de hacer alarde de ellos, invitándolos a giras por todo el país o rumorando incluso posibles candidaturas vicepresidenciales, con la esperanza de acaparar el voto de los latinos que sufren el desencanto demócrata.
Y quién podría culparlos, tomando en cuenta que una de cada seis personas en EE.UU., y uno de cada cuatro menores de 18 años, es de origen hispano. Esos son muchos votantes, o futuros votantes.
Según la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos (NALEO), los hispanos batirán el récord de participación en las próximas elecciones presidenciales en 2012, en las que se espera que unos 12,2 millones depositen su voto. Estos supondrían el 8,7 por ciento del total de los votantes del país. Definitivamente suficientes votos para inclinar la balanza.
“La pregunta es con cuántos hispanos van a contar los republicanos y eso depende de nuestra forma de llegar a ellos y de la cantidad de latinos que acudan a las urnas”, dijo Ortega.
En el 2008, Obama logró captar el voto latino. Hoy las encuestas siguen dándole el beneficio de la duda frente a sus rivales republicanos, pero ahora el mandatario afronta una base electoral desencantada de latinos golpeados por una alta tasa de desempleo –11 por ciento– y decepcionados a falta de una reforma migratoria integral.
Si hace tres años hispanos le dieron su apoyo en un 67 por ciento, en la actualidad sólo un 48 por ciento se dice dispuesto a volver a elegirlo en 2012.
¿Y a dónde más habrían de acudir los desencantados?
La respuesta tiene temblando a activistas latinos y demócratas liberales.
Según Navarrette, “ellos temen a los funcionarios republicanos hispanos, porque les preocupa que conduzcan a muchos latinos a las puertas del Partido Republicano. Una situación de destruir o ser destruido”.
Solo el paso del tiempo dará la respuesta:
¿Por quién votarán los hispanos si el partido demócrata no les ha cumplido y el partido republicano parece no escucharlos?
Aunque, en general, los votantes latinos continúan favoreciendo a los candidatos demócratas, durante los comicios legislativos del año pasado también eligieron a varios de los suyos de entre las filas republicanas.
Estrellas latinas y republicanas del Congreso
La comunidad hispana marcó un hito en su participación cívica al elegir en ese entonces a un total de ocho republicanos latinos en el Congreso.
Actualmente los hispanos suman 26 escaños, la mayoría en la Cámara Baja. Marco Rubio, de Florida, es el único republicano latino en el Senado, y Bob Menéndez, de Nueva Jersey, el único demócrata en esta cámara.
Del lado de la Cámara de Representantes, se unieron este año Raúl Labrador, de Idaho; David Rivera de Florida; Bill Flores y Francisco Canseco, de Texas, y Jaime Herrera, la primera latina en representar al estado de Washington.