LA MEDIDA DE TU GRANDEZA

La vida nos envía únicamente aquellos problemas que podemos resolver. Según la trascendencia del problema que estemos enfrentando, en esa misma proporción es nuestra medida de grandeza. La Vida nunca le envía una dificultad a quien no podrá resolverla. Por lo tanto, si grande es el conflicto que tienes, grande también es la capacidad que posees para enfrentarlo y resolverlo.

Los seres extraordinarios han llegado ser individuos notables, sólo a través de las vicisitudes que les ha planteado una vida difícil, De no haber tomado sus dificultades como acicates para cambiar su realidad, jamás se hubiesen movido a superar un impedimento, a llenar una necesidad, a vencer una debilidad o conquistar el mundo.

Quienes viven constantemente resolviendo situaciones problemáticas, son los que han adquirido más experiencia en el arte de la supervivencia. Ellos son los que han templado su fuerza de voluntad para enfrentar las condiciones más adversas; y gracias a ello, han podido adquirir la maestría de la vida.

Una infancia infeliz o llena de carencias, dispara en los espíritus emprendedores la necesidad de sobresalir a toda costa, a buscar el reconocimiento que les fue negado, o conquistar la felicidad mediante el éxito económico. La adversidad les ha dado el coraje para ser diferentes, el impulso para ser batalladores y el carácter para ser perseverantes en pos del triunfo.

A esos espíritus excelsos, donde la mayoría tuvo una infancia obscura, carente de amor y falta de reconocimiento, las dificultades les dieron la fortaleza para templar su corazón en la fragua de las decepciones y las injusticias. Les impulsó a buscar nuevas formas para destacar y ser notados. Les dio el ingenio para crear obras o acciones de gran impacto que les dieran el reconocimiento a su estatura.

Es posible que a causa de vivir careciendo de lo más estricto hayan aprendido a no perder su rumbo en lo banal o lo superfluo, para obtener finalmente el derecho a dejar huella de su paso sobre la tierra. Tenemos miles de nombres de estas vidas ejemplares que aprendieron a sacarle ventaja a las aparentes desventajas.

Amemos nuestras aparentes desgracias, porque ellas nos han asegurado la clave de nuestro destino. Aceptemos con entereza las dificultades que vivimos hoy o las aún nos esperan mañana, porque ellas son la medida de la superación que habremos de conquistar.

Demos gracias a la Vida que nos llena de dificultades, porque están hechas justamente a la medida de nuestra capacidad para resolverlas, tal como lo hacen a cada instante los individuos emocionalmente inteligentes.

Jorge Hugo García Valdivia, Ph. D.
Doctor en Psicología, UHS.
INTELIGENCIA EMOCIONAL
jorgehugo_garcia@yahoo.com.mx
(664)-630-0778
Playas de Tijuana, B. C. N. México.
www.psynetica.com

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