
La Ley del Abuso Infantil
El Tribunal de Menores tiene dos partes. Una es para los jóvenes que cometen grandes o pequeños delitos. La otra es para proteger a los menores de sus propios padres u otros adultos. La primera parte se llama “Delincuencia”. La otra “Dependencia”. Esta última se llama así porque los niños pasan a “depender” de la Ley para su protección. En otras palabras, este tribunal juzga si algún niño haya sido abusado a tal grado que necesita salir de la protección de su propio hogar, pues allí en verdad no ha sido protegido. En tal caso, pasa a la protección o tutelaje del Tribunal de Menores. Este es el tal nombrado juzgado que “le quita” los niños a sus padres.
De veras, cuando yo trabajaba en esos tribunales, a veces me preguntaba si el niño no pasaba de mal a peor en esos juzgados. Recuerdo un tribunal en donde ninguna de las personas que representaba a la ley jamás había sido padre o madre. Ni los abogados ni los trabajadores sociales. Los abogados, aunque ya eran mayores, jamás se habían casado, y si estaban casados, jamás habían criado hijos. Los trabajadores sociales en su mayoría eran jóvenes que apenas terminaban un curso universitario, y al día siguiente estaban visitando hogares lidiando con casos complicados de familia y sospecha de abuso de menores. La función de estos últimos era escribir un reporte a los abogados que luego llegaba a las manos del juez. El juez decidía si en base al informe, los niños quedaban “detenidos” de sus padres. Me daba cuenta que esos trabajadores sociales tenían mucho poder en sus manos para cambiar todo el rumbo de una familia. Con muy pocas palabras, la policía podía sacar a esos niños – hasta a la fuerza – de las manos de sus padres. Esa decisión a veces se tomaba en los tribunales. Cuando el juez daba el fallo, de inmediato los oficiales se acercaban a los niños y literalmente los arrancaban de las manos de sus padres. Los gritos y los llantos de niños y padres no tienen comparación. Eran momentos que me sacudían el alma. Luego, se pasaba lista al próximo caso, y todo seguía como si nada hubiera pasado.
Pero la ley del Tribunal de Menores no ha sido dada para proteger a los padres. La ley ha sido dada para proteger a los niños, los más débiles en el hogar. La ley protege a los niños que esperaban ser protegidos en sus propios hogares. Muchas veces los padres propinan peores castigos físicos a sus propios hijos que lo que ellos tolerarían de cualquier extraño o tercera persona. En otras palabras, “Tú ni toques a mi niño, pero yo si le voy a dar hasta que aprenda”. Ese el maltrato físico, y el abuso infantil. La ley no pide que los abogados o trabajadores sociales sean padres o tengan experiencia. La ley pide que se respete el cuerpo y la integridad de los niños en todo momento y lugar. [Seguiremos con una serie de prevención del abuso infantil].
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