La Infedilidad

Entrar en el plano de la infidelidad no es algo casual o inesperado, tomar la acción de ser infieles es algo que ya habíamos considerado mucho tiempo atrás. Aunque en ciertas ocasiones esto pudiera suceder de improviso, de alguna forma y en algún momento, ya se había coqueteado con la posibilidad o la fantasía de llevarla cabo.
La infidelidad tiene muchos matices, tantos que es imposible no caer en ellos. Se puede dividir en un número casi infinito de posibilidades, pero hablemos sólo de las siguientes siete situaciones que son las más comunes:
Infidelidad Afectiva: Es cuando se mantienen en secreto ciertos afectos sentimentales o apegos emocionales hacia otra persona, los cuales no fueron del conocimiento o acuerdo inicial con la pareja actual. También cuando se mantiene un affaire virtual usando las redes sociales pero a escondidas de la pareja sentimental, etc.
Infidelidad Sexual: Cuando se rompe el compromiso o juramento de exclusividad íntima con la pareja, o lo acordado sobre la conducta sexual que regirá como aceptado o prohibido en la relación. También cuando se oculta una preferencia u orientación sexual diferente a la aceptada al inicio del compromiso, etc.
Infidelidad Religiosa: Es cuando se dice socialmente que se profesa un cierto credo religioso, pero muy oculto en el fondo hay indiferencia o rechazo hacia el mismo. También cuando se cambia de denominación religiosa por ciertos beneficios ya sean políticos, sociales o económicos, etc.
Infidelidad Imaginativa: Cuando se mantienen en secreto ciertas fantasías que pueden ser amorosas, sexuales, económicas o sociales, y donde no se incluye a la pareja. Estas ocultas comparaciones pueden llevar la relación hacia la indiferencia, el repudio o la separación, ya que cambian la atención o preferencia por la persona del presente, etc.
Infidelidad Social: Cuando se tienen amistades en forma individual o sin el consentimiento de su contraparte. Cuando se crean fuertes apegos hacia una amistad y se abandona a la pareja o familia. También cuando se evita compartir ciertas amistades con la pareja, habiéndose ya acordado una participación incluyente, etc.
Infidelidad Política: Cuando se hacen promesas de campaña a sabiendas de que no podrán ser cumplidas. Cuando se cambia de partido o de orientación política solo para obtener beneficios en la escala gubernamental, ya sean políticos, sociales o económicos. Cuando deliberadamente se olvidan los compromisos y se abandona lo pactado. Cuando no se reconocen las equivocaciones personales y se culpa a los subordinados de los errores, etc.
Infidelidad Económica: Cuando se tiene a la pareja muy ignorante y al margen de los ingresos reales y los movimientos de dinero. También cuando se le impide opinar o tomar decisiones conjuntas en aquellas operaciones que afecten el patrimonio. Cuando deliberadamente se esconde el dinero para evitar compartirlo, etc.
Por lo tanto, y considerando las cosas con esta óptica, la infidelidad tiene grados, preferencias y prioridades. El premio o el castigo solo dependerá de los usos y costumbres de la sociedad en que se viva. Por lo pronto, dejemos de ver la paja en el ojo ajeno porque sin quererlo aceptar, nosotros tenemos una enorme viga en el nuestro. Y ya sea que se acepte o no, todos hemos venido siendo infieles.
Con la finalidad de llegar a comprendernos y de aceptarnos un poco más, solo nos queda la opción de sincerarnos con nosotros mismos. Para lograrlo, decídase a escoger la infidelidad que más le acomode y hágase responsable de ella, tal como le correspondería hacerlo a una persona emocionalmente inteligente.

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