La Felicidad en la Pareja Día de Hoy

Todos tenemos un concepto de felicidad muy personal, el cual en nada se parece a la de los demás. Por lo tanto, nadie podrá llenar nuestra larga lista de necesidades para hacernos felices, excepto nosotros mismos. Por la misma razón, nadie tendrá la capacidad para hacernos infelices, excepto nosotros mismos.
La verdad es que NO amamos a otras personas, nos amamos a través de ellas. Y en todo momento, ese sentimiento ha sido nuestra decisión y no algo inesperado. Siempre que escogemos a una pareja lo hacemos para que encarne nuestras fantasías afectivas; y así, iniciamos el difícil y eterno aprendizaje de nosotros mismos, que significa: descubrirnos y aprender a comprendernos.
Sin embargo, algunas personas confunden el amor con sufrimiento, y escogen a una pareja solo para sufrir y ser infelices. Y así como el amor nos ata a la fantasía que hacemos de alguien; de igual manera nos encadenan el odio y el resentimiento, descalificándonos para disfrutar de la relación.
Aun cuando nos sea incomprensible a nuestra razón, todo en la vida nos sucede así como lo necesitamos: para aprender una lección que estamos evadiendo. No existen culpables. La responsabilidad es solo nuestra, y la lección que más nos duele es la que realmente nos corresponde. Difícilmente la sabiduría nos llegará a través de las experiencias ajenas.
Cuando surge un conflicto en la pareja, ambos deben responsabilizarse por partes iguales. No existe el “me debes o te debo”. Y para corregir lo viciado de su entorno, deberán empezar a dialogar con lenguajes y ángulos diferentes. Y sobre todo, proponer nuevos acuerdos que ambos se comprometan a cumplir.
Sin embargo, ningún nuevo comienzo es perfecto. La convivencia se va negociando y corrigiendo sobre la marcha, a sabiendas que planear y acordar no significa cumplir. Además, las equivocaciones y el éxito nunca son definitivos, pero son necesarios para evolucionar.
Al decidirnos a transformar nuestro entorno, este nunca debe aceptarse tal como es o como está, sino cómo pudiera llegar a ser. Con un instante de valiente decisión y buena voluntad, todo presente puede ser modificado.
Las personas que en el presente no tienen un ideal, un proyecto de vida, o una razón para amanecer mañana, se debaten en la depresión y los resentimientos. Viven rumiando el pasado, estancadas en aquello que dejó se ser o hubieran querido que fuera. Y por no haber cerrado el ciclo de su historia sentimental, se han incapacitado para reconocer y disfrutar las oportunidades que sí tienen en el presente.
La verdadera felicidad no nos la dará ese amor que pase a la posteridad, sino lo que hacemos hoy para maravillarnos mañana de nosotros mismos. La felicidad no es un destino o un lugar que nos espera, es un eterno trayecto que se reinventa a cada instante, como un camino sin principio ni final.
Con mis mejores deseos de Paz Profunda. Jorge Hugo.

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